Un grupo de científicos informó esta semana que encontraron moléculas de fosfina en la superficie de Venus, un gas que no se produce naturalmente en la Tierra, lo que indica que puede existir vida microbiana en el planeta vecino. La noticia animó a la comunidad científica que busca evidencia de vida extraterrestre, pero los investigadores dijeron que es necesario realizar nuevos estudios en la superficie de Venus para demostrar que la fosfina que se encuentra en el planeta es producida por la acción de microbios. La búsqueda de vida en el Sistema Solar, sin embargo, no se limita al descubrimiento de fosfina en Venus.
En noviembre de 2019, científicos pudieron identificar la presencia de vapor de agua en Europa, una de las lunas de Júpiter. También se han detectado chorros de agua similares brotando de la superficie de Encelado, la luna de Saturno. Estas lunas tienen enormes océanos de agua líquida debajo de una corteza de hielo, lo que las convierte en objetos de interés en la búsqueda de detección de vida fuera de la Tierra. Encontrar agua líquida es un primer paso importante, ya que la vida, tal como la conocemos, se ha desarrollado con agua como medio líquido. Titán, una luna de Saturno, también se volvió de interés en la búsqueda de vida después del descubrimiento del metano y el etano líquido, que reemplazarían el ciclo hidrológico del agua.
En julio de 2018, científicos informaron del descubrimiento de agua líquida en un lago subglacial en Marte. Desde los principios de la astronomía, se han observado marcas en la superficie de Marte en forma de ríos, lagos y océanos. Es decir, sabemos que Marte ha tenido mucha agua líquida en la superficie en el pasado. Nuevas misiones como los jeeps Curiosity y Rosalind Franklin tendrán como objetivo estudiar la evidencia de vida microbiana en Marte.
Guilherme Couto es astrónomo postdoc del Centro de Astronomía de la U. de Antofagasta, www.astro.uantof.cl