Alejandro Ahumada Rojo

El 8 de septiembre pasado, la Cámara de Diputados aprobó - por 84 votos a favor, 28 en contra y 39 abstenciones - la moción que modifica la ley creadora de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi) y que reconoce al pueblo chango como parte de las etnias originarias en Chile.

Casi en paralelo al hecho, las investigadoras Carola Flores y Verónica Alcalde, publicaban en la revista científica "Latin American Antiquity" una investigación de más de tres años que ahondó en una de las particularidades más características de los habitantes del norte costero de Chile, el uso de anzuelos para la pesca hechos en base a conchas del "Choromytilus chorus", conocido coloquialmente como "choro zapato".

Carola Flores, investigadora post doctoral del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA), indica que el interés en los artefactos de pesca surgió a raíz de los estudios del arqueólogo norteamericano Julius B. Bird quien fue el primero en estudiar la "Cultura del anzuelo de Concha" de los pueblos del desierto costero.

Siete sitios

Las investigadoras trabajaron sobre anzuelos provenientes de siete sitios arqueológicos cercanos a la costa de Taltal, los cuales corresponden a basurales conchíferos distribuidos a lo largo de aproximadamente 100 kilómetros de la costa. ¿El Objetivo?, describir las formas de los anzuelos fabricados por los primeros habitantes del desierto costero chileno y ver los cambios que registraban a través del tiempo.

"Hicimos este estudio morfométrico para ver cómo cambiaban las formas a través del tiempo. Así pudimos saber su antigüedad y si había una variación entre los que aparecían al norte o al sur de Taltal y si tenían relación con el tipo de especie de peces obtenidos o el lugar donde pescaban", indica Verónica Alcalde, arqueóloga de la Universidad de Tarapacá.

El análisis permitió estudiar los primeros anzuelos de concha utilizados en la costa de Taltal, región de Antofagasta, los cuales datan de hace 8.000 años, lo que los transforma en los anzuelos más antiguos de Sudamérica. Estos fueron utilizados durante miles de años, hasta que hace 4.500 años por razones aún desconocidas, los pescadores de la zona dejaron de utilizar las conchas de choro zapato para la fabricación de estos artefactos.

"Hace alrededor de 4.500 años atrás dejaron de usar las conchas y comenzaron a utilizar las espinas de cactus, luego, hace alrededor de 1.500 años atrás aparecen los anzuelos de metal, lo cual coincide con hallazgos de elementos asociados al interior de la región como alfarería o cerámica", indica Carola Flores.

En formas de "C" y "J"

El estudio estableció que durante 3.500 años de uso de los anzuelos de concha, éstos variaron en sus formas gracias al desarrollo de la técnica de pesca, que permitió perfeccionar su diseño de acuerdo entre otros factores, a la especie de pez a capturar o al lugar donde desarrollaban la pesca.

"Fundamentalmente los anzuelos son de dos tipos que incluso coexisten en algún minuto. Uno en forma de "C" y otro con forma de "J" con un vástago. La diferencia principalmente está dada por la abertura, el anzuelo más cerrado sirve para la pesca de orilla en aguas más profundas y el que es más abierto en cambio es más apto para pesca superficial, más rápida, tal vez utilizando alguna embarcación", sostiene Verónica Alcalde.

Las investigadoras señalan que estudios arqueológicos a lo largo de la costa Pacífica Americana evidencian el uso de otras conchas de moluscos como ostras o abalones para la elaboración de anzuelos. Sin embargo, a lo largo de la costa de Chile, desde Arica a Guanaqueros, las conchas de choro zapato fueron la única materia prima utilizada por los grupos pescadores ancestrales.

"Hace alrededor de 4.000 años, por alguna razón se deja de utilizar el anzuelo de concha en todo el norte chileno. Desaparece de la tecnología de pesca. Eso es súper curioso y no tenemos mucha información por el momento de la razón de su desaparición. Es curioso además que usen solo concha de choro zapato, porque en Taltal por ejemplo no hay bancos de choros en la zona. Era una materia prima escasa en ese lugar", indica Alcalde.

"El tornasolado de la concha, funciona como "chispa" que atrae al pez", agrega Flores. "Puede que la selección de esta especie de molusco, no haya sido solo por algo funcional, sino que también por su valor simbólico asociado al poder de atracción de la presa o a una mejor suerte en el desarrollo de la actividad. Sabemos que las creencias sobre lo inanimado y su poder para el éxito de una actividad, a veces define el uso de uno u otro recurso natural, pero eso es algo que aún debe ser estudiado", indica.

Memoria de un pueblo

Para Verónica Alcalde, arqueóloga antofagastina, el estudio plantea una serie de preguntas acerca de la evolución de la cultura del pueblo costero, mucho más hoy, luego del reconocimiento del pueblo Chango como etnia originaria.

"Esto se trata de la memoria de un pueblo. La reivindicación de ciertas prácticas como la pesca de subsistencia que requiere el estudio y observación de la naturaleza, tiene al menos 8.000 años de antigüedad en el territorio chileno. El estudio de estos anzuelos, habla de razonamientos lógicos, de conocimientos que se traspasan por generaciones y que perduran hasta hoy", señala.

Carola Flores, plantea que esperan continuar investigando otros sitios arqueológicos de la costa chilena a fin de describir y complementar la investigación desarrollada en Taltal.

"Nuestras investigaciones futuras buscan estudiar los anzuelos de concha provenientes de sitios ubicados desde Arica a Guanaqueros, tanto sus formas como las huellas de manufactura dejadas en estos artefactos. La práctica de cómo se hicieron los anzuelos, te habla del conocimiento transmitido culturalmente entre los pescadores de la prehistoria, ancestros del pueblo Chango. Otro elemento a evaluar es el intercambio de la concha de choro zapato como materia prima a lo largo de la costa norte de Chile. Ahí podremos explorar movimientos marítimos norte-sur y las relaciones que probablemente aún existen entre pescadores del norte chileno", finaliza.

"El estudio de estos anzuelos, habla de razonamientos lógicos, de conocimientos que se traspasan por generaciones"

Verónica Alcalde, aequeóloga