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la tala de flora nativa llegó a extinguir ocho especies de las cuales dos arbustos han sido redescubiertos por guardaparques de la Corporación Nacional Forestal (CONAF). "El 2015, en Alejandro Selkirk -una de las islas de archipiélago- se encontró la especie Chenopodium nesodendron y, en 2016, en la isla Robinson Crusoe, se redescubrió la especie Robinsonia berteroi en la cima del cerro el Yunque a 916 metros sobre el nivel del mar", dice Araya.
Otra de las principales amenazas "muy silenciosas pero muy agresivas" para el bosque nativo, recalca Araya, son las especies vegetales conocidas como las 3 M, mora o zarzamora , murta y maqui , en complicidad con el el pájaro llamado zorzal (Turdus falklandii) que está declarado por la ley de caza como una especie dañina para los ecosistemas de Juan Fernández, ya que se alimenta y transporta de un lugar a otro las semillas de plantas invasoras como la zarzamora y el maqui.
A esto se suman las tres especies de roedores invasores (Mus musculus, Rattus norvegicus y Rattus rattus) que consumen más del 40 % de las semillas en el bosque endémico. Por otra parte, la introducción del conejo europeo (Oryctolagus coniculus), coatí (Nasua nasua) y gatos asilvestrados, destruyen el ecosistema debido a que compiten por alimento y hábitat con las especies endémicas de la zona.
Desde la década de los sesenta, Santa Clara fue usada sistemáticamente como corral para la crianza y mantención de ganado caprino y ovino, lo que sumado a una desproporcionada población de conejos europeos, introducidos a mediados de la década de los treinta del siglo XX, como suplemento alimenticio para la población, degradaron el ecosistema de la isla. "El conejo europeo ha generado una competencia feroz con el resto de los mamíferos introducidos que limitó la presencia del ganado en Santa Clara y lo convirtió en la especie dominante, afectando gravemente la vegetación nativa y endémica de la isla", cuenta Meza.
La presencia de ganado en Santa Clara se justificaba, por parte de las comunidades del poblado Juan Bautista, ubicado en la Bahía Cumberland, en la costa norte de la Isla Robinson Crusoe, por ser una fuente permanente de lana y carne.
Araya cuenta que se están realizando acciones para el control de las 3 M para la restauración ecológica del bosque nativo, además de proyectos cuya prioridad es la erradicación del zorzal y el control de conejos y coatíes en un sector de la isla Robinson Crusoe.
Ese esfuerzo no es nuevo. Desde la creación del PNAJF en 1935, CONAF ha implementado una serie de iniciativas tendientes a restaurar los ecosistemas degradados de las islas. En 1999, gracias al programa de control del conejo del Proyecto de Cooperación Internacional Juan Fernández Gobierno de los Países Bajos, se recopilaron datos que indicaban la alarmante cifra de 65 conejos por hectárea en isla Santa Clara.
Una de las especies más afectadas por esto era la Fardela Blanca (Ardenna creatopus). Esta ave marina la mayor parte del tiempo vive en el mar, en las costas de Baja California, Estados Unidos, y desde noviembre hasta mediados de mayo vuela 20 mil kilómetros hacia el sur para anidar, durante el verano austral, únicamente en tres islas de Chile: Robinson Crusoe y Santa Clara e isla Mocha. Esta última no pertenece al Archipiélago y está ubicada a 620 kilómetros de Santiago de Chile, región del Bío Bío.
Esta especie, declarada en peligro de extinción por el Gobierno de Chile en 2008, excava madrigueras en el suelo para reproducirse. Los conejos representaban así una grave amenaza para ellas, ya que usurpaban sus madrigueras para criar a sus propias crías dejando a merced de los depredadores el único huevo que pone la fardela. "La fardela pierde su cueva de nidificación por causa del conejo", resalta Ivo Tejeda, Director Ejecutivo de la Red de Observadores de Aves y Vida Silvestre de Chile.
Meza cuenta que durante el 2002 se implementó un control de la población de conejos utilizando métodos como la cacería masiva y el uso de productos químicos -permitidos por el Estado-, y posteriormente se realizó una meticulosa vigilancia para verificar la eficacia del proceso. En 2003, Santa Clara se convirtió en la primera isla chilena en erradicar por completo a este mamífero invasor. La especialista recalca que la hazaña marcó un hito en la historia en la lucha contra las especies introducidas por el hombre en el PNAJF.
La erradicación dio paso a la recuperación de la fardela blanca "que vio aumentar sus parejas reproductoras en casi un 40 % en tres años", dice la bióloga de la CONAF. Estos resultados surgen de los programas de monitoreo de la ONG Oikonos. "Nuestros datos indican que las fardelas pueden aguantar la presencia de conejos después de la postura del huevo, pero se encuentran vulnerables en la primera etapa de la temporada", cuenta Peter Hodum, director de Programas de la ONG Oikonos en Chile.
Sin embargo, todavía falta camino para erradicar definitivamente a las demás especies invasoras que amenazan a la fardela, como los gatos asilvestrados, los perros, las ratas y los coatíes que depredan sobre las aves y sus polluelos.
Siempre había estado fascinado con las aves marinas, desde cuando era un estudiante de biología en Bowdoin College en los años ochenta. En ese tiempo, Hodum, leyó un capítulo de un libro sobre el estado de conservación de aves marinas en Chile. Reparó en Juan Fernández por dos motivos: su comunidad única de aves marinas y la falta de información sobre sus especies endémicas. Estos hechos cimentaron su interés y el posterior desarrollo de los primeros lineamientos para el estudio de la fardela blanca de Juan Fernández.
Hoy, y durante los últimos 20 años, ha trabajado en estudios sobre la biología de la fardela blanca y su estado de conservación, así como en el desarrollo de programas de investigación y educación ambiental para la comunidad local basados en la preservación del entorno.
Pero, sin duda, el proyecto más destacado de estas décadas es la construcción, este año, de un cerco para proteger de las especies invasoras a la segunda colonia más grande de fardelas que nidifica en Robinson Crusoe, específicamente en el sector de Piedra Agujereada, un lugar de muy difícil acceso.
Pablo Manríquez, coordinador local de Oikonos en Juan Fernández, cuenta que para llegar al lugar es necesario un acercamiento en camionetas 4×4; luego andar en cuadrimoto y finalmente montar a caballo. Esta travesía es parte del trabajo para proteger el fardelario, que registra una alta mortalidad producto de la presencia de gatos asilvestrados, perros, ratas y coatíes que matan y devoran las aves y sus polluelos.
Por otra parte, la presencia de ganado es también una constante amenaza, pues el 50 % de las madrigueras de las fardelas presentan daños estructurales debido a que estos animales pisan las cuevas durante su pastoreo.
El cerco comenzó su construcción en 2012, pero en esos años solo buscaba evitar que entraran los vacunos, dice Gutiérrez, y "si bien había una protección, esta no era efectiva". Por eso, en 2020, luego de conseguir financiamiento a través de otras organizaciones internacionales, mejoraron el diseño del cerco que actualmente está en construcción y que rodeará una superficie de 3,3 hectáreas.
El jefe de proyectos de Oikonos comenta que esta iniciativa es capaz de combatir todas las EEI que amenazan al ave, a excepción de las ratas ya que la malla, que se introducirá también por debajo de la tierra, es permeable ante los roedores. Gutiérrez recalca que se podrían utilizar otras técnicas para solucionar ese problema, pero para ello se precisa de un mayor financiamiento y la utilización de otro tipo de materiales que deben ser necesariamente transportados en camiones. Una tarea demasiado compleja en un lugar de difícil acceso como Piedra Agujereada.
CONAF, Oikonos y la comunidad local colaboran en este proyecto. Los habitantes de Robinson Crusoe están a cargo de la construcción, y Gutiérrez destaca que debido al desempleo que ha provocado el COVID-19 en el archipiélago, los isleños han encontrado un trabajo con valor agregado, recalcando que es de suma importancia que la comunidad local sea parte de estas iniciativas.
Por otra parte CONAF, mediante su banco de semillas, pretende reforestar al interior de la zona protegida por el cerco, ya que antiguamente todo ese sector fue un bosque y Gutiérrez plantea que lo que buscan es "que en el futuro, además de ser un lugar de conservación, sea también un atractivo turístico local".
Que la Fardela blanca perdure en el tiempo y logre recuperarse de su amenazado estado, depende en gran medida de las acciones que se puedan llevar a cabo en Chile, el único lugar en el planeta donde se reproduce. "Buena parte de la conservación de esta ave marina se juega en las acciones que nosotros hacemos dentro de Chile", confirma el director ejecutivo de la Red de Observadores de aves y Vida Silvestre, Ivo Tejeda.
Es así como el plan para proteger el fardelario en Robinson Crusoe es parte del plan Recuperación, Conservación y Gestión (RECOGE), liderado por el Ministerio del Medio Ambiente en alianza con CONAF, la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura, el Instituto de Fomento Pesquero y Oikonos. Con esto, según destaca Gutiérrez, la fardela blanca pasa a ser la primera ave marina protegida dentro de un plan de conservación a nivel nacional.
La conservación de la fardela en el parque