Mascarillas y distanciamiento
Los mayores niveles de protección contra el covid se logran combinando elementos de seguridad con higiene y separación. Es clave que no lo olvidemos. Se ha instalado la creencia que usando mascarilla se evita todo riesgo de contagio, pero precisemos que su protección no es total, sobre todo si se mal emplea o no se cambia con regularidad.
Los primeros días de Antofagasta, Mejillones y Calama en fase 2, mostraron un escenario que invita a la reflexión. Avanzar a la etapa de Transición del plan Paso a Paso hizo que miles de personas salieran a las calles a realizar compras, trámites o simplemente a disfrutar algunas horas al aire libre, luego de meses de riguroso confinamiento.
Aquello no es malo, obviamente, pero hay que advertir sobre algunas situaciones de riesgo que se detectaron y que deben reconsiderarse, si el objetivo es avanzar hacia nuevas etapas de mayor normalidad.
Una de ellas es evitar las aglomeraciones y mantener la conocida distancia social.
En efecto, las fiscalizaciones realizadas en estas ciudades mostraron un alto cumplimiento en el uso de la mascarilla como mecanismo de protección frente al virus, pero mucha menor preocupación por otras medidas igual de relevantes para estar más seguros, como es la mencionada separación entre las personas.
Hay que tener presente que para aumentar la efectividad de la protección, se requiere una combinación de cuidados, y no sólo uno de ellos.
Un estudio publicado en la revista científica The Lancet midió la efectividad de las principales medidas que se emplean contra el covid, concluyendo que el uso de la mascarilla reduce del 17,4% al 3,1% la posibilidad de contagio, mientras que la distancia superior a un metro lo hace del 12,8% al 2,6%, y crece conforme aumenta. Un tercer elemento considerado fue el uso de protectores oculares, que también aporta, al bajar de 16% al 5,5% la exposición.
Como se infiere, aunque todos estos elementos de seguridad por sí solos ofrecen cierta protección, es combinados cuando mejor actúan, lo que finalmente se recomienda en la citada publicación.
En un mundo aún sin vacunas ni tratamientos efectivos, las medidas de protección, higiene y distancia social, actuando en conjunto, siguen siendo la mejor manera de prevenir la infección por coronavirus.
Confiar nuestra protección y la de nuestras familias exclusivamente al uso de la mascarilla, olvidando todo lo demás, es entonces una peligrosa ingenuidad. Tengámoslo presente.