"Separados, John y Paul no llegaron ni cercano a los Beatles, pero juntos fueron geniales"
El 14 de marzo fue la última vez que Mario Olguín salió a la calle. En tanto, se confinó en su domicilio esperando tiempos más benignos y reinventando su proyecto "Beatlemanía", porque asume que no podrá hacer conciertos presenciales por un buen rato, como tampoco los viajes temáticos que cada año suele realizar con fanáticos de la agrupación británica a Londres y Liverpool.
"Pero como descubrí el Street View durante la pandemia, pude recrear un recorrido virtual. En los meses más duros se conectaban 80 o 90 personas por sesión. Anduvo muy bien eso", comenta el fundador de la banda tributo de The Beatles, quien recuerda perfectamente que es un año especial para los amantes del cuarteto original y de John Lennon, pues se cumplen 80 años de su natalicio y 40 de su asesinato.
¿Cómo te imaginas a Lennon si hubiese vivido hasta los 80?
-Tengo mis serias dudas si John hubiese llegado hasta esa edad, ni siquiera hasta los 50 años, dada la vida excesos que llevaba. Nunca dejó la heroína, tenía muchas falencias. Ahora, si es que hubiese logrado sobrevivir y la Yoko Ono lo convence, a lo mejor desde el punto de vista creativo o de la innovación musical, quizás hubiese llegado más lejos que Paul McCartney, que es un tremendo compositor, agradable, todas sus canciones gustan, pero que es muy tradicional. En solitario John tampoco hizo cosas muy geniales, pero quizás hubiera salido con alguna sorpresa. Pero que quede claro, la creatividad de John se potenciaba con Paul al lado, pero en solitario, si lo piensas fríamente, ¿qué hizo notable? Porque "Imagine" es una cancioncita, que le apuntó por el tema de la paz y Vietnam. Luego están, por ejemplo, "Starting Over" o "Woman", que son bonitas, pero nada que te diga: "Oye, pero qué es esto". Nada que te volara la cabeza.
Entonces cuestionas la genialidad de John.
-Es que me resisto cuando la gente quiere catalogar a John y Paul como genios de la música. Absolutamente falso, porque los genios lo son hasta el final. Picasso y Dalí lo fueron hasta el último día de sus vidas. Por eso te digo, en solitario fueron buenos, pero no extraordinarios. No hay ninguna canción después de los Beatles que sea mejor que una que haya hecho Elton John o George Michael. Separados, John y Paul no llegaron ni cercano a los Beatles, pero juntos fueron geniales.
¿La competencia entre ambos los hizo mejorar?
-Fue una combinación perfecta, así como Chamaco Valdés y Carlos Caszely. Mientras trabajaron juntos lograron todo y consiguieron un asunto de frecuencia que te hace vibrar. Notable e irrepetible. Al principio John fue el líder del grupo, pero de 1967 en adelante se desentiende del proyecto cuando conoce a Yoko Ono. De ahí en adelante fue Paul el que llevó las riendas. Por ejemplo, los discos "Sargent Pepper" y "Let it Be" tienen el sello de Paul. John era desordenado, flojo. Se le endiosa mucho como persona, cuando tuvo muchos episodios de violencia doméstica, drogadicción, mucha autodestrucción. Hay trabajos que se hacen bajo la influencia del alcohol y se nota. Sin embargo, cierra bien su vida con un álbum potente como "Double Fantasy". Pero vuelvo al tema de la genialidad. Después de los Beatles, dime ¿dónde están los hits número uno, la genialidad? Fíjate que en Paul hay que viajar a 1993 para encontrarse con la canción "Hope of Deliverance", nada impresionante, como el último número uno.
¿Había mucha diferencias de talento entre ambos?
-Paul era mejor pianista, bajista, baterista y guitarrista. Desde el punto de vista instrumental, Paul era 100 y John era 30. Esa era la distancia.
Categórico tu juicio.
-Cualquier músico podría ratificar lo que digo. Aquí en Chile, te aseguro, debe haber mil guitarristas que tocaban mejor que John. La gracia de John era su atrevimiento, no estar amarrado a moldes musicales, y donde sí era un maestro era con las palabras, la facilidad de juntarlas y administrarlas dentro de una canción. Era un crack en eso. Está el caso de una simple melodía como "Come together", donde pone palabras que suenan bien y no le importa necesariamente lo que dice. Hizo de las palabras un instrumento más.
Mucha habilidad en ese sentido.
-Mucha. Te dije, "Come together" o "Revolution" son canciones simples y por eso las canciones que más se recuerdan son las de John, porque de una melodía sencilla, de un riff, hacía maravillas con las palabras. A veces la gente mira a huevo la letra. Para los mensajes profundos están los escritores o poetas, acá la gracia es cómo ubicas las palabras. "Come together" no significa nada, solo palabras sueltas que encajaban bien. Si hago algo en inglés y pongo "te echo de menos" o cosas por el estilo, pasai piola. En inglés es más fácil de rimar, frases cortas, palabras que significan muchas cosas. El gran problema de los músicos a nivel mundial son las letras. Las melodías las sacan al toque, pero mueren en la letra.
Si Lennon no hubiese pasado por los Beatles, ¿habría llegado al nivel de artista que fue?
-De ninguna manera, tampoco Paul. Lo que sí creo es que, sin John, Paul habría llegado arriba, no al nivel de los Beatles, pero como un Elton John o por ahí. Pero John, nica. Era desordenado, no tenía disciplina de estudio, eso de quedarse mezclando, editando, corrigiendo detalles, por ningún motivo. Él llegaba al estudio y decía: "Tengo esta canción", la cantaba y se iba. Después volvía y Paul y George Martin (productor musical histórico de Los Beatles) le tenían armado todo.
Háblame de la voz de Lennon. Él decía que le cargaba escucharse.
-Es una voz tosca con tendencia a la desafinación. El 90% de las canciones de sus pistas son dobladas, es decir, tiene un parche con su propia voz. Sucedía que cuando la cantaba una vez aparecían algunas desafinaciones que se corregían al cantar el tema de nuevo. Luego al juntar las dos pistas sonaba bien. Y sí, a él no le gustaba su voz, pero tiene que ver mucho también con el tipo de voz que gustaba en esos años. Cuando George Martin escucha al grupo en 1962 pensaba que Paul tenía que ser el solista. La voz de John era aguardentosa. Cuando empezó a cantar rock ahí la empezó a llevar. Tenía un registro amplísimo, con facilidad para hacer un falsete, una voz grave. Mira como la raspa en "Twist and Shout". Era capaz de llegar a notas altas y de sonar como un saxo alto, pero como tenor. Podía ejecutar muchos tipos de voces, un tremendo registro, siendo barítono.
Una voz carismática, además.
-No tenemos grandes registros de las actuaciones en vivo, pero sí, indudablemente era una voz que cautiva. Eso lo podemos comprobar hasta 1967, después se incorporan muchos efectos de estudio que la distorsionan. Era especial, timbrada, muy característica.
¿Te parece que "Imagine" es una suerte de manifiesto?
-El 80% de la letra es de Yoko Ono, luego fue construida entre ambos y claro que fue un golazo. ¿Por qué pegó? No por la melodía, sino porque era John Lennon y nos hablaba de Vietnam. Pero quiero ser justo, la canción tiene un arreglo hermoso que te llega hasta el alma con esa entrada de piano conmovedora. Todos esos elementos la convierten en un himno mundial.
Y es parte de tu repertorio...
-El hecho que yo diga que no son composiciones que me vuelen la cabeza no significa que no me gusten o que no las encuentre hermosas. Siempre incorporo en mis conciertos a "Starting over", "Woman", "I'm losing you" y especialmente "Watching Wheels", que me encanta.
¿Cuál es su legado entonces?
-Suena duro decirlo, pero su muerte prematura ayuda a ponerlo en un sitial legendario. Pero la gente lo coloca en un papel que no le corresponde, como eso de animal político cuando su participación fue mínima. Tampoco fue un activista, ya que fue convencido por Yoko Ono para ir a las marchas. Como Richard Nixon, que lo enfrentó porque era Lennon eso tuvo una repercusión mediática, pero no mucho más. Hay mucho endiosamiento cuando se trataba de un ser humano común y corriente que con habilidad de combinar palabras y un poquito de música se encuentra con Paul y explota.
¿Lo sientes un ícono de la cultura popular?
-En todo tiempo la gente necesita sus dioses, como dice la canción, y también necesitan agarrarse de algo o alguien, pero no son ni la mitad de lo que son. Los Beatles son admirables con su música, pero me niego a asignarles cualidades sociales, cuando el mundo está lleno de gente menos famosa que hizo más cosas que ellos. Desde el punto vista político y social no fueron ningún aporte.