"Quiero construir una sociedad más humana"
ANTOFAGASTINIDAD. Juan Enrique Jara, seremi de Transportes.
Nació en Santiago, pero por el trabajo de su padre vivió en varias ciudades del país: Arica y Calama, por lo pronto.
Son los orígenes de Juan Enrique Jara, actual seremi de Transportes.
"Vivíamos muy cerca del glorioso Estadio Zorros del Desierto y recuerdo cuando se llenaba la cuadra para los partidos del fútbol de Cobreloa. Luego me volví a vivir a Santiago, donde me titulé de abogado. Y nuevamente el destino me trajo al norte. Recién casado nos fuimos con mi señora a vivir a Copiapó a trabajar a Fundación Integra, donde nacieron mis dos primeros hijos y luego nos vinimos a vivir a Antofagasta, también como servidor público, y aquí nacieron mis dos hijos más pequeños".
¿Cuál es la principal enseñanza de tus padres?
- La principal enseñanza es el valor de la familia y el matrimonio. El pasado 27 de octubre de este año mis padres cumplieron 50 años de matrimonio y ese ejemplo, de estar siempre juntos en las buenas y en las malas, es una gran enseñanza. También el amor al trabajo bien hecho, la honestidad e inculcarme la importancia de la fe cristiana, en especial mi mamá.
¿Qué es lo que más quieres de tu familia?
- En mi hogar tengo mi verdadero tesoro: un maravilloso jardín infantil en casa. Benjamín de dos meses, Carmen de dos años, Agustín de cinco, Martín de seis y por supuesto mi señora, Quenita, con quien cumplimos casi 15 años juntos.
¿Cómo llegaste a la política?
- Mi primer acercamiento a la política fue siendo presidente del Centro de Alumnos del Colegio Compañía de María. En esa oportunidad fui elegido por los demás presidentes de centro de alumnos como integrante del Primer Parlamento Juvenil que en aquella época fundó el expresidente de la Cámara de Diputados, Gutenberg Martínez y luego en la directiva de la Federación de estudiantes secundarios AGES.
También en un sinnúmero de trabajos de invierno y de verano y misiones en casi todas las regiones del país construyendo mediaguas de Un Techo para Chile o reparando escuelas. Y a partir del primer año en la Facultad de Derecho entré a trabajar a una municipalidad y desde ese entonces sigo desempeñándome en el ámbito público ininterrupidamente hasta la fecha.
¿Qué libro recomiendas?
- La biografía de Santo Tomas Moro, de Andrés Vásquez de Prada. Que muestra la tremenda vida de un abogado, padre de familia, que se dedicó a la política en Inglaterra y llegó a ser santo por su testimonio de fe frente al poder político de la época. Y en razón de ello, mis tres hijos varones llevan de segundo nombre Tomás.
¿Qué canción vuelves siempre a escuchar?
- El repertorio de Silvio Rodríguez, cantautor con quien no comparto las ideas políticas, pero compone canciones de gran profundidad y humanidad, tales como: Oleo de una mujer con sombrero, Ojalá, Quien Fuera, entre otras que escucho mil veces viajando en auto en la carretera.
¿Qué te gustaría que los demás supieran de ti?
- Que soy una persona común y corriente, un abogado que quiere construir una sociedad más humana. Hace muchos años saqué adelante una fundación en Santiago que se llama ¨Mirada más humana¨, que se dedicaba a promover el valor de la vida desde el momento de la concepción. Creo profundamente que la sociedad actual está al debe en la defensa de la vida y protección de los niños vulnerables. Ejemplos de ello son las urgentes reformas que necesita el Sename, las cárceles de mujeres con niños menores de dos años donde trabajé hace un par de años. En Gendarmería me di cuenta que el Centro Penitenciario Femenino de Antofagasta, ubicado en el centro de la ciudad y en pleno Siglo XXI, no tenía un baño para esas criaturas, por lo cual mi primer desafío en dicho trabajo fue construir un baño especial para esos lactantes.
¿Cuál es el espacio de la región que más te gusta?
- El volcán Licancabur, que tuve la oportunidad de escalar y llegar hasta la cumbre, donde pude apreciar la vista maravillosa hacia San Pedro de Atacama y sus alrededores, y como es un volcán fronterizo Chile-Bolivia, se ve un lago maravilloso color turquesa hacia este país vecino.
¿Dónde tenemos que poner los énfasis para saltar al desarrollo?
- En construir un país con verdadera igualdad de oportunidades, en especial en la educación inicial. Tuve la oportunidad hace algunos años de trabajar en Fundación Integra, donde se hace un trabajo maravilloso por fomentar la estimulación temprana en especial a los niños y niñas más vulnerables de nuestro país. Creo que la inversión en educación inicial aún es insuficiente para lograr ser un país desarrollado. Cada peso que se invierte en ello se multiplica por mil en el desarrollo de oportunidades para cada niño y su familia.
¿Qué debiéramos aprender las personas, que no enseñan en ninguna parte?
- La humildad, virtud tan valiosa y que muchas veces se echa de menos en la política. Cada generación debemos construir sobre lo que ya han avanzado todas las generaciones que nos preceden. Quien se cree dueño de la verdad y el que dice tener la solución para todos los problemas, genera falsas expectativas, desilusiona a las personas y daña la sociedad. Hay que valorar la sabiduría de los adultos mayores, las culturas orientales lo tienen muy claro y ello los ayuda a un desarrollo más integral de sus países.