El cambio climático, la escasez hídrica y la necesidad de realizar operaciones más sustentables, han provocado una verdadera transformación en la industria minera.
De acuerdo al informe de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) la industria redujo en un 6,8% el consumo de agua continental en sus procesos, alcanzando un nivel de 12,45 metros cúbicos (m3) por segundo.
Si bien, el informe indica que la proyección para el consumo de agua continental al 2030 se observa estable, Antofagasta registra un significativo cambio hacia el abastecimiento de agua desalada para sus faenas.
"Desde el punto de vista del agua continental, vemos que todas las regiones mantienen una tendencia estable para la próxima década, sin embargo la región de Antofagasta presenta una disminución para los próximos años, ya que se cambiaría por el uso de agua de mar. A nivel porcentual se espera que el uso de agua de mar a nivel regional para el 2030 sea de un 14% para la región de Tarapacá, un 69% para la región de Antofagasta, un 13% para Atacama y de un 4% para la región de Coquimbo", sostiene el informe.
Plantas en la región
En el caso de Antofagasta, las operaciones que actualmente utilizan agua de mar son Escondida, Centinela, Antucoya, Michilla, Mantos de la Luna, Minera Las Cenizas, Planta ENAMI Taltal y SCM Sierra Gorda. Por otra parte existen proyectos que planifican el uso de este recurso, entre los que se encuentran una posible nueva ampliación de la planta desalinizadora de Escondida, actualización de Esperanza y su posterior extensiones de red para abastecer el proyecto Encuentro, planta Distrito Norte de Codelco, Concentradora El Abra Project y Spence Growth Project, en proceso de puesta en marcha durante 2020.
Cabe indicar que a mediados de diciembre del 2019, Codelco canceló la licitación de la planta desalinizadora que, a principios de noviembre del mismo año, había adjudicado al consorcio formado por las empresas Marubeni, Transelec y Techint.
En la oportunidad la estatal indicó que entre el proceso de adjudicación y la firma del contrato, se identificaron oportunidades de ajustes al proyecto, por lo cual se definió llamar a una nueva licitación que se desarrollaría en un plazo de 24 meses.
Fuente consultadas al interior de Codelco indicaron que actualmente la iniciativa se encuentra "en curso de análisis de alternativas para avanzar con el proyecto", indicaron desde la estatal.
Interconectar sistema
Actualmente en el país hay 14 plantas desaladoras de las cuales diez están en la Región de Antofagasta. A nivel de Latinoamérica, Chile es el país con mayor capacidad instalada, lo que está ligado a la gran actividad minera.
Según el informe, las menores cifras de consumo de agua continental se explican principalmente por un descenso de 16% en el uso de fuentes superficiales. En contrapartida, la utilización de agua de mar y la recirculación del agua utilizada en faenas mostraron aumentos de 1,7% y 15%, respectivamente.
Para Luis Cisternas, director del Departamento de Química y Procesos Minerales de la Universidad de Antofagasta, la incorporación de agua desalada a los procesos industriales mineros permite alivianar la carga sobre cuencas hidrográficas altamente estresadas por la sobre explotación del recurso.
"El aumento de agua de mar desalada tiene un aspecto positivo porque deja de poner presión sobre aguas continentales. Las empresas han hecho esfuerzos por reducir el consumo, mejorando la recirculación interna, evitando que se pierda por evaporación. Hay que considerar que el agua desalada significa un mayor consumo eléctrico lo que deriva en mayor emisión de CO2. Lo ideal sería ir avanzando hacia el uso de agua cruda de mar en sus faenas para disminuir el consumo eléctrico", indicó.
Actualmente existen proyectos -en distintas fases- para la construcción de 13 plantas. Precisamente para el académico el alto consumo energético, los impactos ambientales asociados a la construcción y la necesidad de mejorar la eficiencia del abastecimiento, hacen necesario rediseñar el modelo.
"El sistema actual no es óptimo porque cada empresa construye sus propias plantas. Y desde el punto de vista económico es mucho más rentable tener un sistema interconectado, al igual que el eléctrico, que genere y distribuya agua y que permita dar solución no sólo a las grandes empresas. Eso haría más eficientes los procesos por cuanto serían empresas dedicadas a generar y distribuir y no a extraer cobre. Y que pueden abastecer a distintas empresa y aquellos poblados que permitan habitar el desierto", sostuvo.