Familias en campamentos aumentan por emergencia sanitaria y desempleo
REGIÓN. Fundación Techo y dirigentes sociales confirman el alza, que recién se verá reflejada en los próximos catastros habitacionales.
El estallido social, la crisis económica y la emergencia sanitaria que afecta desde principios de 2020 al país no solo ha puesto en riesgo la calidad de vida de miles de personas y sus fuentes de trabajo, sino que también ha agudizado otros problemas sociales que se arrastran por décadas.
Un catastro realizado por la Subsecretaría de Vivienda, actualizado a octubre de este año, señala que en los últimos 12 meses se concretaron 250 tomas a lo largo del territorio nacional, con más de 21 mil familias asociadas a ellas.
Miles de personas han perdido su trabajo o han visto disminuidos sus ingresos de forma dramática por la pandemia, afectando, incluso, el pago de arriendo de sus casas, empujando así a muchas familias a vivir en campamentos.
Actualmente en la región existen 79 asentamientos, con 7.641 hogares, siendo la comuna de Antofagasta la que concentra los mayores números (63 campamentos y 5.581 familias). Es más, en mayo de este año surgió una nueva toma en la capital regional, el Campamento Altamira, donde habitan cerca de 120 familias.
Gissela Martínez es dirigenta de este campamento, y dijo que el aumento de familias viviendo ahí es una realidad que se agudiza todos los meses.
"En nuestro campamento todas las semanas está llegando gente en búsqueda de un terreno para vivir. La mayoría son personas que perdieron su trabajo y no pudieron seguir pagando arriendos, tanto chilenos como extranjeros. Este es un problema que está afectando a muchas familias que no tienen donde vivir", aseguró.
Venezuela
Carla Funmayor es venezolana, tiene 29 años y hace un año llegó a la ciudad junto a su familia buscando un mejor pasar. Para esta mujer el escenario actual ya no solo es desalentador, sino que pasó a ser definitivamente desesperado.
Tras perder su trabajo en abril de este año, no le quedó más alternativa que recurrir a sus ahorros, recursos que solo duraron unos meses. Sin trabajo, sin dinero, sin un lugar donde vivir y todavía en condición irregular, fue a dar a una toma reciente, ubicada en la quebrada Uribe, para vivir junto a un amigo ya establecido.
"No tuvimos otra opción más que esa, la de irnos a vivir ahí. No tenemos dinero para pagar una pensión, nadie está empleando todavía. Ese fue el sitio que nos asignaron en esta toma", explicó la venezolana.
Por si fuera poco, en estos momentos el terreno donde está emplazado el asentamiento ilegal tiene orden de desalojo, por lo que nuevamente ella y su familia se encuentran en un escenario de incertidumbre.
"No nos vamos a ir. No hay trabajo ni opciones, lo único que queda es tomarse el terreno nuevamente y esperar a que la situación mejore", explicó Carla.
Ximena Rojo es dirigente del campamento Rayito de Sol y confirma que en los últimos meses se ha evidenciado la llegada de nuevas familias agravando aún más el problema de hacinamiento.
"En un terreno donde antes vivía una familia, ahora lo hacen tres. Lo que están haciendo es vender o arrendar un espacio para que otra familia pueda construir su casa. La situación ya está fuera de control, porque cada vez está llegando más gente a los campamentos, incluso muchas familias se están organizando para formar otros campamentos por la falta de espacio", comentó la dirigente.
Catastro
Actualmente Techo-Chile se encuentra trabajando en un nuevo catastro para dar cuenta de la situación de los campamentos y las familias que allí viven. Los primeros resultados podrían estar disponibles en enero del próximo año.
Sin embargo, desde la fundación adelantan que dada la actual crisis económica que vive el país y la información que han logrado levantar en terreno hasta ahora, indica que el escenario es mucho peor que años anteriores.
"Hemos visto en este tiempo un fuerte aumento de nuevas familias viviendo en campamentos. El último catastro oficial que tenemos es del Ministerio de Vivienda, que nos dice que hay 79 campamentos en la Región de Antofagasta y más de 7 mil familias viviendo en esta condición. Esto evidentemente ha cambiado durante este año, por lo que creemos que esa cifra va aumentar debido al estallido social del año pasado y también ahora con la pandemia, sobre todo por el impacto económico que la emergencia ha tenido en la población", explicó Javier Cifuentes, director regional de Techo-Chile.
El representante de la fundación agrega que los principales motivos que llevan a las familias a los campamentos son el alto valor de los arriendos y los bajos sueldos, a lo que se suma la crisis económica y la falta de empleo.
"En la información que hemos podido recopilar se ha identificado un aumento de nuevos campamentos en Antofagasta y Taltal. Lo mismo está ocurriendo en Tocopilla, principalmente en las caletas de la comuna, donde las familias que viven en esos lugares reúnen las características de un campamento, esto quiere decir, que ocho o más familias están viviendo en un terreno de manera irregular y sin algunos servicios básicos, como agua potable o alcantarillado", aclaró el encargado de Techo.