Las iniciativas que ayudan a mantener vivas las ollas comunes
PANDEMIA. ONGs y diversas iniciativas particulares siguen aportando recursos o víveres a los comedores comunitarios ante la precariedad económica actual.
El funcionamiento de las ollas comunes no ha parado en Antofagasta y es por ello que una serie de ONGs y ciudadanos particulares siguen apoyando o realizando estas iniciativas solidarias.
Una de ellas es Karen Rivera de 38 años, quien junto a su hermana Paulina, entregan alimento desde su casa en Avenida Loa, a cerca de 200 personas diariamente. Según relata, la mala situación económica mantiene a varios de sus vecinos sin trabajo.
"Cada día va aumentando más la necesidad. Cada día estamos viendo más caritas nuevas en la olla ("La Familia"), además de los vecinos, de gente en situación de calle. Vienen de cualquier lugar, a mi casa. Esta es una olla familiar", precisó.
Acotó que durante el último tiempo se ha hecho más complejo poder reunir fondos para la olla, razón por la cual siguen manteniendo la iniciativa en base a aportes propios y algunas pocas donaciones.
"Nosotros estamos sacando de nuestros bolsillo en estos momentos, además del aporte de algunas personas, que son contaditos con la mano, todo para que la olla no decaiga. Lo bueno es que aunque sea de a poco, se van juntando alimentos", dijo.
La mujer comentó además que es importante que la ayuda que reciban estas iniciativas en el futuro, sea de forma consistente y no solo por momentos, ya que el hambre debe satisfacerse de forma diaria.
"Olla Digna"
José Cox, miembro de la ONG Olla Digna, que nace a mediados de abril en Viña del Mar, ampliando la iniciativa a Valparaíso, Santiago y otras regiones del país, incluida Antofagasta, explicó que la ONG, que nació como un soporte para el emprendimiento (apoyo financiero), rápidamente volvió su labor a las ollas comunes, debido a la necesidad.
"No podíamos quedarnos inactivos frente a lo que estaba sucediendo, decidimos tomar acciones. Tras comenzar con una idea, tuvimos que mutarla al universo que hoy nos mueve de manera central, que es el tema de las ollas comunes, y porqué, porque nos dimos cuenta de que con los mismos recursos podíamos ayudar a un número significativamente más grande de gente (...) la pandemia no se ha ido, puede volver, y entonces se necesitarán más manos", dijo.
Proteína
Otras de las iniciativas que ayuda a diferentes ollas comunes en el país, es la que lleva adelante el antofagastino, radicado en Francia , Francisco Daniels, director de la Asociación Pablo Neruda Siglo XXI, que ha aportado más de 3 mil kilos de carne de pollo a diversos campamentos de Antofagasta, pues según comenta, es la proteína uno de los alimentos más difíciles de conseguir para los comedores comunitarios.
Para lograr reunir los recursos para esto, junto a un grupo de fieles amigos, cada domingo vende empanadas chilenas en el pequeño mercadito de Rivotte, en Besacon, Francia.
"Todos seguiremos ayudando con nuestros modestos medios hasta que la necesidad desaparezca e inventaremos otros medios de solidaridad y apoyo más creativo y de mayor participación", escribe Daniels.
Hace tres días, realizó la misma campaña en favor de una olla común de Recoleta, donde logró reunir mil kilos de pollo.
Alimentos al vacío
Pablo Godoy, es un chef de 37 años, dueño del restorán Amares, quien en conjunto con otros tres locales de Santiago, comenzaron a mediados de abril una cruzada alimenticia en favor de las ollas comunes, entregando cerca de 2 mil menús a la semana. Dicha campaña culmina al final de la próxima semana.
"Fueron 9 meses largos, de distintos apoyos a 14 ollas comunes. Un trabajo que comenzó con 300 raciones semanales y hoy estamos en las 2 mil. Durante este tiempo llegamos a realizar 40 mil raciones, pero las lucas también se van acabando (...) necesitamos una ayuda permanente en este tema, un millón de pesos para una olla común, durará unos tres días", dijo.