"La familia siempre es lo más importante"
ANTOFAGASTINIDAD. Laura Bravo Boggioni, abogada.
Laura Bravo Boggioni nació en Calama y es la menor de cuatro hermanos (tres mujeres radicas en Antofagasta y un hombre que vive en Santiago), hijos del matrimonio compuesto por Armando Bravo y Norma Boggioni.
Es abogada de la Universidad del Mar, y tiene ocho años de ejercicio profesional, periodo en el cual ha trabajado asesorando a sindicatos mineros, pero también ha cultivado una faceta de servicio social.
En esta última, destaca su trabajo como profesora voluntaria en distintas ONG de Antofagasta, como Fundación Trascender, y desde el año 2017, como abogada del Programa PEE Puerto Esperanza, perteneciente a la Fundación Tierra Esperanza, que se ocupa de la defensa, protección y restauración de los derechos de los niños, niñas y adolescentes.
Laura es casada con el ingeniero en computación Diego Marín, y tiene dos hijos, Arturo de 5 años, y Federico de 1 año.
¿Qué recuerdos guardas de tu infancia?
- Recuerdo una vida más sencilla y tranquila, nos sentíamos seguros en nuestra ciudad, recuerdo pasar tardes enteras en el extinto playa club, los desfiles del colegio en la plaza Colón, y que el aniversario del Colegio San Luis era una celebración para toda la comunidad. Recuerdo los veranos en Juan López o Hornito, andar en moto y la sensación de invencibilidad con la que se vive la infancia.
¿Cuáles son tus pasiones, lo que más disfrutas en la vida?
- Lejos lo que más me gusta hacer es ser anfitriona y atender a mis amigos, disfruto cuando tengo que organizar cumpleaños, baby shower, bautizos, y en general cualquier tipo de evento. Me estreso durante todo el proceso, porque soy muy perfeccionista, pero me encanta decorar, preocuparme del catering, que siempre preparamos con mi madre y hermanas. Creo que si no hubiese estudiado Derecho, me hubiese encantado haber sido diseñadora de interiores o wedding planner.
¿Qué rasgos destacarías de tu personalidad?
- Siempre es difícil hablar de las fortalezas personales, pero creo que podría destacar mi resiliencia, sin importar las circunstancias de la vida, hay que seguir adelante, y ojalá con una sonrisa, disfrutando de los pequeños momentos (como siempre lo hizo mi mamá). También tengo una fuerte determinación y trabajo sin descanso hasta conseguir lo que me propongo.
¿Qué experiencias dirías que te han marcado en el ejercicio del derecho?
-He aprendido y tenido buenas experiencias laborales, que me han permitido hacer grandes cosas, en mis pocos años de ejercicio laboral, como trabajar de profesora voluntaria en distintas ONG de nuestra ciudad o participar en una negociación colectiva con la empresa Minera Esperanza, por lo que me siento muy agradecida.
Pero sin duda mi trabajo actual, en un programa de intervención a niños, niñas y adolescente que han sufrido vulneraciones graves de derechos, ha sido transcendental para cambiar el prisma con el que miro al mundo. Todos los días soy testigo de la desigualdad, el abandono, la indiferencia y la falta de empatía con que se trata a los más vulnerables, a nuestros niños, a pesar de que todos y cada uno de nosotros somos garantes de su bienestar. En atención a esto, he cambiado la forma en que realizo mi trabajo y hasta cómo ejerzo mi maternidad.
¿Qué valores buscas en las personas con las cuales te rodeas?
- Lealtad y sinceridad, es algo que yo siempre entregaré y espero reciprocidad.
¿A quién o quiénes admiras?
- Admiro a mis padres, sin duda ellos son un ejemplo a seguir. Cada uno en su propio rol me han entregado las directrices para conducir mi vida y ojalá ser una persona que aporte a su comunidad.
¿Cuáles fueron las mayores enseñanzas de tus padres?
- Primero, que la familia siempre es lo más importante, incluyendo a la familia que escogemos, como los amigos. En segundo lugar, que cada vez que se puede ayudar a otro, se debe hacer con humildad y desinterés. Algo que tengo muy presente y trato de emular es que nuestra casa siempre estuvo abierta para todos, ya sea porque necesitaban un refugio temporal, contención o simplemente cariño, siempre había mucha gente en nuestra casa. Y por último, me enseñaron la importancia de esforzarse para lograr nuestras metas, nada es gratis y siempre debemos trabajar para ello.
¿En tiempos tan inciertos, dónde has encontrado motivación?
- Efectivamente este año ha sido tremendamente difícil para todos, hay un cúmulo de sentimientos, positivos y negativos, como alegría por compartir más tiempo con la familia nuclear, pero también hay desgaste en las relaciones de pareja, burn up en el ámbito laboral, y en general toda la población está sufriendo de estrés. Pero a pesar de todo encuentro motivación en las pequeñas victorias del día a día, por ejemplo ver como mi hijo está aprendiendo a leer o ser testigo de que mi bebé de un año ya comienza a mostrar su personalidad, verlos disfrutar de una mañana de playa o de un paseo al parque, cosas que antes dábamos por sentado, pero que ahora son premios o lujos.
Y en el ámbito laboral, a pesar del cansancio y agotamiento, me recuerdo día a día que mi trabajo afecta la vida de niños, niñas y adolescentes, y ellos merecen que yo entregue mi mayor esfuerzo.