"Todos tenemos algo que compartir"
ANTOFAGASTINIDAD. Francesca Fornazari Aguilera, médico.
Francesca Fornazari Aguilera nació en Antofagasta, aunque recuerda que hasta los seis años, viajó recuerdo habernos mudados con mi familia por distintas ciudades del norte de Chile debido al trabajo de mi padre.
"Mi infancia estuvo marcada por mi familia, por esas fiestas llenas de tíos y primos en la casa de mis abuelos en Antofagasta, donde esperábamos con ansias la llegada de cada uno de los integrantes provenientes de distintos lugares y de probar la comida que preparaba mi abuelita, inigualable. Por otro lado, las obligadas y sagradas vacaciones en Iquique, compartiendo con la familia de mi papá, quedándonos en la casa de mi abuela donde los recuerdos están basados en eternas carcajadas junto a mi hermano".
¿Cuál es la principal enseñanza que te dejaron tus padres?
- De mis padres, comprendí el amor y apoyo incondicional, la resiliencia y tolerancia. El valor e importancia de la familia como parte esencial en mi desarrollo. Agradezco haber tenido la oportunidad de crecer con ambos, cada uno queriendo y enseñando a su manera, pero siempre dando lo mejor de ellos para que mi hermano y yo pudiésemos ser quienes somos hoy día.
¿Qué recuerdas de tus años de estudiante?
- Estudié la educación básica en el colegio Eagle School y luego, la media, la realicé en el colegio San Esteban. Recuerdo ser una niña bastante tímida, callada, "matea", que disfrutaba tocar el piano y ajedrez, que odiaba la educación física y tenía habilidades con el lenguaje y el inglés. Luego, decidí seguir en la ciudad y estudiar Medicina en la Universidad de Antofagasta, donde la falta de sueño y el estrés constante junto a la satisfacción de aprender cosas nuevas eran parte del día a día. Gran parte de mi vida la he dedicado al estudio, sin embargo, son parte de las herramientas que me ha dado la vida para desenvolverme en la actualidad.
¿Cómo llegaste a la salud?
- Si bien en el colegio tuve más habilidades por lenguaje, siempre me interesó el trabajo con personas, estudiar Medicina me daba la oportunidad de realizarlo desde distintas areas y si bien, fue un camino largo y muchas veces difícil, logré entender que a través de la salud podía no solo tratar enfermedades, sino que podía ayudar a las personas a través de la confianza que la gente depositaba en uno.
¿Cómo ha sido esta experiencia de la pandemia?
- Ha sido un periodo agotador, reflexivo y desafiante, en el cual pude reencontrarme y reencantarme con mi profesión desde la importancia en el rol del médico dentro de la sociedad. Pese al ambiente hostil y la incertidumbre en que nos encontrábamos inmersos, tuve la oportunidad de formar parte de un equipo en terreno para Un Techo para Chile, donde visitamos y brindamos atención de salud a gran parte de los campamentos de Antofagasta y Taltal y a partir de allí, pude conocer y compartir con muchas mujeres chilenas e inmigrantes, sus familias, sus hogares y su lucha constante por entregar una mejor calidad de vida a sus hijos en un país ajeno y muchas veces adverso.
¿Qué es lo mejor de ser mujer?
- Saber que formamos parte de un género que históricamente se ha caracterizado por la lucha constante e insistente por sus derechos y por su valor como persona dentro la sociedad, logrando poco a poco consolidarse. Saber que actualmente podemos ser quien nos propongamos ser, sin importar las adversidad, ya sea una exitosa científica o una abnegada madre de sus hijos.
¿Qué te gustaría que los demás supieran de ti?
- Que, a pesar de ser una persona introvertida, donde ser el centro de atención puede ser realmente incómodo, he logrado realizar importantes campañas en ayuda de las personas más vulnerables. Que, gracias a la ayuda incondicional de mi familia, amigos y desconocidos, pude entregar decenas de cajas de alimentos, juguetes, ropa, pañales, medicamentos, materiales de construcción y un sinfín de donaciones a muchas familias de diversos campamentos. Y que mi objetivo actual es poder generar una fundación donde pueda gestionar de mejor manera estas donaciones, masificando la ayuda y pudiendo llegar a muchas más personas.
¿Cuáles son los libros y las canciones que siempre vuelves a escuchar?
- Puedo pasar horas escuchando música clásica, Beethoven, Brahms, Chopin, gusto que sin lugar a dudas se lo debo a mi abuelo Juan, quien pasaba horas escuchando discos y la radio de la Universidad de Antofagasta mientras se quedaba dormido en el sillón y yo intruseaba los numerosos títulos que tenía en las repisas de su escritorio.
¿Cuál es el espacio de la región que más te gusta?
- El lugar que más me gusta de la región es el sector de Muelle Histórico, terminal pesquero y antiguo parque O'Higgins, hoy sector de la Municipalidad de Antofagasta, por donde he vivido durante aproximadamente 20 años.
¿Qué debiéramos aprender las personas, que no enseñan en ninguna parte?
- Todos tenemos algo que compartir y aprender del otro, esa la mejor parte de convivir en sociedad. Ya sea aprendizaje obtenido de los estudios o de la experiencia de vida, lo que nos enriquece como seres humanos es la posibilidad de crecer, desarrollarnos y trascender a través del otro, de lograr convivir con empatía, solidaridad y altruismo. .