"Hay que vivir la vida, con alegrías y penas"
A sus 58 años, Miria Véliz Hernández tiene un enorme recorrido como escritora, retratando el Norte Grande y en especial la Región de Antofagasta.
Nacida en 1962, y avecindada en Calama, la artista terminó un nuevo texto de "cuentos cortos, poemas, pensamientos de amor, desamor, muerte, vida, alegría, tristezas, en fin...Y en la parte central del libro va un capítulo especial dedicado a mi padre Enrique Osvaldo Véliz, profesor de esta zona, Mazorca de Oro 2008".
¿Dónde nació y que marcó su infancia?
- Nací en Copiapó, pero cuando contaba con ocho meses, nos vinimos a este norte tan hermoso con una maleta llena de sueños e ilusiones, ya que a mi padre le habían ofrecido venirse a trabajar como profesor en la Escuela N°22. Él había venido antes a un Nacional de Fútbol representando a la ciudad de Copiapó y le gustó el mineral por su familiaridad y tranquilidad, entonces aceptó gustoso.
De mi niñez sólo puedo contar puras cosas buenas, una niñez sana, tranquila, en familia, en las navidades salíamos a ver al Viejito Pascuero que estaba en almacén "La Verbena" y recorría las calles, Los días domingos salir a la plaza con mi padre. Compartir con amigas. En Chuquicamata todos éramos familia, todos nos conocíamos, en una palabra defino feliz, una infancia muy feliz.
¿Cual es la principal enseñanza que le dejaron sus padres?
- El valor de la familia, ir siempre por el sendero correcto, ser generoso, humilde, el valor de la amistad, vivir la vida a concho, que la vida es bella a pesar de todo, todo lo que uno haga trate de hacerlo lo mejor posible.
¿Qué le gustaría que los demás supiesen de usted?
- Como escritora que me he dedicado con el alma y corazón a que nuestra zona se conozca más a través de mis escritos, porque hay mucho que contar. Una persona que a pesar de no haber nacido en esta zona, la hice mía. Agradezco primero a Chuquicamata por haberme cobijado todos los años que viví allí y todo lo que significó. Agradezco a Calama tierra que he aprendido a querer y ponerme la camiseta por ella y su gente.
¿Qué ha sido lo mejor y lo más difícil del último año?
- Lo mejor es haberme reinventado, además de escribir dos libros en un año, cosa que no me sucedía hacía mucho. Pinté, borde, tejí con muy buenos resultados, humildemente sea dicho de paso.
Lo difícil y triste fue la partida de mi amigo, mi compinche, mi padre Enrique Osvaldo Véliz el 14 de enero del 2020, no hay palabras que mitiguen el dolor. Sólo se aprende a vivir, pero son personas que no mueren, ya que están por siempre en nuestros corazones, con sus enseñanzas, su todo, sólo se ha ido un poquito antes al lugar que llegaremos todos.
Y qué decir de la Pandemia que estamos viviendo, algo impensado, hoy sólo sabemos el hoy, más no el mañana.
¿Cuántos libros ha publicad y que caracteriza su obra?
- Tengo a mi haber cuatro antologías "Poetas del Mundo", "Kori", "Voces del Desierto", "Talleres literarios nortinos". De mi autoría está "El secreto de mis sueños", recopilación de cuentos infantiles.
"Cascada del alma" libro de poemas, lluvia de sentimientos plasmados en el papel. "Nuestra vida se quedó en Chuquicamata" trabajo de investigación del Chuquicamata de ayer y hoy, intercalada con entrevistas a personajes emblemáticos del mineral.
"Tras las huellas de los gigantes del Norte", siguiendo la línea de la investigación, pero esta vez abarca la zona norte, con siete biografías de personajes de Calama, historias, leyendas de la zona.
Luego "Un paraíso en medio del Desierto" siguiendo la línea de la investigación esta vez son 23 pueblos vecinos, su historia, sus costumbres, estos pueblos cubiertos de polvo, de historia que debemos rescatar.
"Tito Alvarez, gerente de la humildad", libro biográfico de uno de los grandes de la zona.
"Despertar consciente por la dignidad de un pueblo", ocho enfoques sobre el estallido al sistema neoliberal, las marchas pacíficas, los acontecimientos sociales, la labor de la Cruz Roja, la labor de los bomberos, poesía y contingencia, análisis sicológico del mismo, nuevo pacto social.
Hoy, saco a la luz "Vivencias cortas vividas de la vida" es una combinación de relatos en prosa y verso. Este libro se divide en tres partes, la primera desde la vereda de la ficción un conjunto de relatos en prosa, la segunda confesiones mi padre, es un homenaje a mi padre Enrique Osvaldo Véliz, su vida y algunos escritos de su autoría también, y la tercera parte, volvemos a la narración de historias cortas.
¿Qué cree que caracteriza a los nortinos?
- El amor a su tierra, a sus tradiciones, sus creencias, nobleza de espíritu a las personas que lo habitan.
¿Qué deberíamos aprender las personas que no enseñan en ninguna parte?
- A vivir la vida con sus alegrías y penas, vale la pena vivirla, ser felices, ser sinceros, auténticos, positivos, comprender a las demás personas, respetarlos, ser agradecidos.
¿Qué espera para este 2021?
- Primero y lo más importante que la salud nos acompañe para enfrentar los desafíos de mejor manera y vencer los obstáculos que la vida nos presente. Estoy escribiendo la historia de Calama, Dios mediante, pueda publicar este año el libro.
Amo mi zona norte, cada una con una belleza muy particular y digna de admirar. Estoy feliz de ser una nortina de corazón. Deseo y anhelo lo mejor para ella.