Política y economía
Manejar las expectativas y tener mucha sensibilidad para advertir los segmentos más complicados será un desafío para un ejercicio que no será fácil. Desde el mundo privado deberán hacerse desarrollos no contemplados y aportes que no tienen que ver con su giro específico, pero que servirán para salvar una situación extrema y urgente.
Si bien el 2021 aparece más venturoso que el 2020, en particular por el desarrollo de distintas vacunas, no es menos cierto que este año ofrecerá dificultades importantes, sobre todo en los segmentos medios y bajos, porque son estos los más golpeados por la pérdida de empleos y deterioro en sus actividades.
Por otro lado, el ejercicio 2021, hay que recordarlo, será muy político al estar marcado por una inédita cantidad de elecciones: desde Presidente, hasta concejales. Debe tenerse presente que estos son tiempos en que se extreman los discursos, muchas veces más allá de lo real o lo posible, causando expectativas infundadas y desilusiones que luego son difíciles de manejar.
Y aquí hay un dato que debemos tener presente: el año que recién pasó fue caracterizado y muy auxiliado por los dos retiros de los fondos de AFP, lo que significó una enorme ayuda económica para las familias más necesitadas. Pero ya sabemos que el grueso de las personas retiraron prácticamente el 100% del dinero de sus pensiones lo que hará que este año 2021 sea mucho más complejo si es que las condiciones estructurales de la economía nacional no repuntan.
Por eso es evidente que lo económico marcará también la agenda de este ejercicio: por las complejidades que habrán en los ingresos y en el mundo del trabajo, en especial de los segmentos vinculados al comercio y otras actividades que estarán sujetas a las restricciones propias de la pandemia. Como decíamos al principio, está la esperanza de vacunar a la población, sin embargo este será un proceso lento y no exento de contingencias que pueden ser desagradables, como posibles retrasos en las vacunaciones, lo que mantendrá el actual estado de las cosas.
Todo ello implicará enormes esfuerzos desde el Estado, que como sabemos, no tiene recursos infinitos. Esa realidad significará que desde el mundo privado deberán hacerse desarrollos no contemplados y aportes que no tienen que ver con su giro específico, pero que servirán para salvar una situación extrema, urgente y muy estresante para la paz social y la gobernabilidad que veremos amenazada nuevamente.
Solo tal conciencia, definitivamente el ponerse en un escenario crítico y difícil, permitirá salir adelante, con el concurso de todos. Si no lo conseguimos, sufriremos un retroceso enorme y doloroso para todos.