Ollas comunes se reactivan tras llegada de cuarentena
PANDEMIA. Líderes de estas iniciativas en campamentos y juntas de vecinos, explicaron que la nueva restricción aumentó la precariedad en barrios vulnerables.
Tras casi dos meses de acotada actividad, nuevamente las ollas comunes vuelven a ser la única opción de alimento para muchos vecinos que ya sea por pertenecer a un sector vulnerable, vivir en campamentos o por haber perdido su fuente laboral, se han visto en la urgencia de tener que acudir a una olla.
Con la llegada de la cuarentena (la tercera para Antofagasta), comenzaron a reactivarse distintas de estas iniciativas en la ciudad, como una forma de anticipar la gran cantidad de raciones que habrá que conseguir durante los próximos días.
Así lo expuso la dirigenta de la olla común "Comité Copihue de Chile", Yudith Valenzuela, quien comentó que fue necesario elevar las raciones de alimentos desde el jueves.
"El jueves comenzamos a notar la necesidad de aumentar las raciones, pese a que son tiempos más difíciles, ya no hay tantos recursos, pero nos llegó más gente y nada. Debe ser porque hay ollas que ya no están funcionando. Se nota que se viene fea la cosa", precisó.
Acotó que producto de lo mismo, tiene pensado operar la olla incluso durante el fin de semana, aunque sea entregando una sola colación.
"A veces nos comunicamos entre las ollas comunes, para ayudarnos mutuamente con las cosas que nos faltan", dijo.
"Sin ayuda"
Yocelyn Morales, de la olla común "Arenales 2", donde entrega 120 almuerzos diarios (tres veces a la semana), explicó que actualmente es mucho más difícil mantener la olla, ya que mucha gente, cuando Antofagasta gozaba de estar en la fase de Preparación, comenzó a desligarse de estas iniciativas.
"Cuando levantaron la segunda cuarentena, las ayudas se fueron a pique, nadie quería ayudar. Todas las personas que me ayudaban (cerca de unas 20), dejaron de hacerlo. Me decían que la situación ya se había arreglado y que por lo tanto ya no era necesaria la ayuda. Eso claramente dificulta mucho poder mantener esta actividad", dijo.
Acotó que lo más difícil de conseguir ha sido la proteína. "Eso es lo más difícil para todas las ollas", dijo.
Reactivación
María Díaz, dirigenta de la junta de vecinos "Nuevo Amanecer", tiene 56 años, y se las arregla para preparar el almuerzo de cincuenta de sus vecinos. Si bien había parado un par de semanas de realizar la olla, producto de una lesión en la mano, hoy está lista para reactivar la iniciativa a partir del lunes.
"Desde abril que estoy dando almuerzos, le daba a 100 bolivianos que estuvieron quedándose en el colegio Padre Cariola (en abril del 2020). Pero después continué entregando almuerzos a mis vecinos, a la gente en situación de calle y a los más abuelitos. Sé que es un momento complicado, sé lo que es pasar hambre y por eso ayudo lo que más puedo. Hay harto abuelito que está solo y necesita", dijo.
"Cuando levantaron la segunda cuarentena, las ayudas se fueron a pique. Nuestros colaboradores nos decían que ya no era necesario ayudar".
Yocelyn Morales,, Olla común "Los Arenales 2"
"Desde el jueves, que comenzamos a notar la necesidad de aumentar las raciones, pese a que no tenemos tantos recursos como antes".
Yudith Valenzuela,, Olla "comité Copihue de Chile"
"Habíamos parado como 20 días de la olla, pero por la cuarentena volvemos el lunes. Tenemos vecinos que se quedaron sin poder trabajar".
Mary Cruz,, Olla "El Bosque"