La constituyente y la caída de las metanarrativas políticas
Durante esta semana, diversas figuras del espectáculo, del mundo político y social inscribieron sus candidaturas para ser constituyentes, y se aprestan raudamente a trabajar para escribir nuestra próxima carta magna. El proceso no ha estado alejado de polémicas como el quiebre que se produjo en Chile Vamos tras la inscripción de la filósofa Teresa Marinovic en desmedro de la investigadora del CEP Sylvia Eyzaguirre por el distrito 10, que al parecer "entre gallos y medianoche se reemplazó a uno de los integrantes del equipo", señaló el diputado RN, Tomás Fuentes (EMOL, 13/01/2021). Al parecer, la jugada del Partido Republicano podría ser considerada un 'gol de media cancha', porque tironea la coalición de gobierno hacia la ultra derecha, palabra que disgusta al presidenciable José Antonio Kast. Es sin duda un conglomerado que ha perdido su centro político con tanta candidatura a La Moneda dando vuelta; con alcaldes que renuncian y otros/as se quedan al 'pan y pedazo', con ministros que duran menos que un caramelo en sus carteras y con personajes que suben como espuma, y la historia dice que así como ascienden, bajan de golpe.
Hace rato que vengo escribiendo sobre el concepto que Colin Cruch (2000) desarrollara sobre Postdemocracia, inclusive en una de mis columnas hablé sobre la derecha post-moderna (El Mercurio de Antofagasta, 16/08/2020). Me gustan las lecturas más contemporáneas porque permiten analizar fenómenos que serían impensables años atrás en Chile, y que yo ya los experimenté en las discusiones académicas, en los medios de comunicación y en las conversaciones en los pubs o en el transporte público, mientras estudiaba mi doctorado en Europa.
Es Francois Lyotard (1979) quien nos habla de la caída de los metarrelatos, que en realidad se refieren al ocaso de las ideologías: el liberalismo, el socialismo, el fascismo y el cristianismo más moderno. Éstas también fueron desahuciadas por otros autores (Daniel Bell, 1960 y Francis Fukuyama, 1992), aquéllas contenidas en los 'ismos' como nos señala Hannah Arendt (El Origen del Totalitarismo, 1951) con la aspiración soberbia de explicar totalmente la realidad. Para Lyotard, la Modernidad murió en Auschwitz, para nosotros/as la forma tradicional de ver la política feneció el 18/O y fue rematada por la pandemia y el Plebiscito del 25 de noviembre. Aquellas grandes narrativas de la construcción de 'lo político' a partir de los partidos políticos como entes absolutamente alineados y con prácticas de fidelidades 'militarizadas', se han ido desmoronando de a poco.
Por ende, como dije en la columna anterior, la derecha postmoderna es dispersa, no actúa como bloque, no muestra lealtades políticas o ideológicas incluso dentro de los mismos partidos y, por ende, no tiene la obligación de ir en bloques estructurados a la constituyente, o votar por su variopinto sector político, algo que Felipe Kast denomina 'el arribo del populismo' a Chile Vamos. Siempre hay algo que rompe las débiles suturas del conglomerado: apoyo para el retiro del 10% de las AFPs, hoy la presencia de una figura que en palabras de una declaración pública no cumpliría con una trayectoria y línea de pensamiento alineada a los principios de RN y Chile Vamos, y mañana de seguro será la lucha por el sillón presidencial.
Sin embargo, nuestra derecha local criolla pareciera todavía vivir en la Modernidad, no pasa por la etapa de los disensos que van resquebrajando profundamente una coalición política a la usanza tradicional de hacer política. Se han visto escaramuzas en la UDI o Evópolis que de seguro han aparecido en el Off the Record de este medio, pero nada para inquietar las huestes. Pareciera ser que aún el tablero de ajedrez se mueve al compás de la Dama de Hierro, ya no hay espacios para dos en la ciudad y la región, y prueba de ello es el nombramiento del nuevo intendente, más cercano al 'Paulinismo' que a otras milicias. Nada es para siempre.
Si cae este liderazgo autocrático en Antofagasta, el ajedrez se convertirá en una mesa de pool. Y Dios nos pille confesados/as.