Bendita la lluvia, pero...
El fortalecimiento y ampliación del tejido social es cada vez más relevante en el Chile actual, donde la participación ciudadana y el rol de las organizaciones y dirigentes sociales adquiere un rol trascendental e insustituible.
Si tuvimos un 2020 muy complejo, marcado principalmente por la pandemia, este 2021 también presenta un difícil panorama hasta que no exista una solución definitiva al Covid-19.
En este contexto, la División de Organizaciones Sociales desplegó el año pasado una agenda que permitió mantener un contacto intenso con los dirigentes sociales, principalmente vía remota. Lo mismo hicimos con el objetivo de seguir realizando talleres, cursos e instancias de capacitación, colaboración y participación, de manera que los líderes locales, como las organizaciones que representan, pudieran continuar funcionando y desarrollando su importante labor.
No sólo extendimos el plazo de vigencia de las directivas de juntas de vecinos y demás organizaciones sociales, sino que también impartimos diferentes talleres a lo largo del país, donde los dirigentes pudieron capacitarse en distintos asuntos de interés para ellos y sus comunidades, como por ejemplo, presentar proyectos para postular a fondos públicos, gestión en el manejo de una organización, violencia de género, por mencionar algunos.
También realizamos cursos para que adultos mayores aprendieran a utilizar internet y herramientas digitales de uso diario, con el objetivo de que en pandemia y confinamiento no quedaran aislados y se pudieran comunicar vía remota con sus familiares y hacer trámites online sin correr el riesgo de contagiarse por tener que hacerlos presencialmente.
Además, estuvimos conectados de forma permanente con dirigentes sociales de muchas localidades, a través de contactos radiales que realizamos con radios comunitarias, en los que explicamos los distintos programas y actividades de la División de Organizaciones Sociales, y escuchamos y respondimos las inquietudes de sus dirigentes.
La Guía de Fondos Concursables 2020-2021, que distribuimos digitalmente y que se encuentra disponible en nuestro sitio web, fue otra herramienta de gran utilidad para las organizaciones de la sociedad civil, ya que en esta versión, el documento ofrece una completa información de los 72 fondos estatales que existen para que las entidades puedan optar a financiamiento de proyectos e iniciativas de impacto para sus comunidades. Se trata de recursos por cerca de 2 mil millones de pesos disponibles para emprender y desarrollar propuesta de impacto social.
Con todo, este año que comienza será un nuevo período de desafíos para nosotros como institución, donde tenemos como objetivo reforzar los vínculos con los liderazgos locales y las organizaciones comunitarias, tal como nos lo pidió el Presidente de la República, Sebastián Piñera, y donde las personas y los territorios continuarán siendo nuestra prioridad.
Cuando vemos las imágenes que nos muestran los destrozos provocados por el inusual frente de mal tiempo, que nos acaba de afectar en verano, vuelvo a reflexionar sobre lo mismo. Porque no cabe duda que Julio Iglesias se inspiró en los chilenos para escribir ese tema que dice "Tropecé tres veces, con la misma piedra". Pero al parecer, el cantante ibérico se quedó corto. Porque los chilenos hace más de cien años que vivimos tropezando con lo mismo. Llegan las lluvias y el agua la vemos pasar: La miramos, nos daña, nos quejamos, sufrimos y eso sería todo.
Siempre la misma letanía… Y de respuesta, la misma desidia.
En agosto 1923, la prensa de la época informaba que el presidente Arturo Alessandri había recibido un proyecto para construir represas, pretiles, embalses, drenes, diques, avenes y otras obras hidráulicas para contener el líquido que la madre natura nos enviaba desde el cielo. Ya en esos tiempos, el agua provocaba estragos en los campos y terminaba con la vida de muchos chilenos.
Pero a la fecha es poco lo obrado. Más bien, escaso. Todos son proyectos, dilaciones y embustes. En otras palabras, venta de humo. Es hora de poner coto a la mirada cortoplacista de nuestros legisladores, que solo piensan en sus inmerecidas dietas. Hay que mirar el futuro con audacia, haciendo del país una nación con conciencia hídrica. No dejar escapar esas aguas, que terminan en el océano. Mientras más represas construyamos, tendremos más agua para nuestros campos y volveremos a hacer de Chile el vergel de otrora. Y un paso fundamental, será reformular el Código de Aguas, donde menudean los abusos, los arreglines y escasea el líquido.
Tenemos que acumular todas esas crecidas, escorrentías, rebalses de zanjones, arroyos y esteros. Menos politiquería y más concreciones. Más hechos que palabras.
En el Norte, dos botones de muestra: El tranque "Lautaro", en el río Copiapó y el tranque "Sloman" en el Loa: ambos, colmatados con sedimentos acumulados en más de cien años. Bien podría recuperarse su capacidad de represar aguas, con las ocasionales crecidas de invierno o las de verano. Como adenda, confieso que desconozco algún programa para dragar el embalse Conchi, que ya tiene más de setenta años acumulando aguas y sedimentos en el Loa superior.
Y vuelvo al canto: porque hay otra canción que nos susurra "morir de sed, teniendo tanta agua".
Entonces, culmino con una inocente reflexión que plantea mi nieto.
"Nonino" -me consulta: "Si dicen que la próxima guerra será por el agua… ¿Por qué no juntamos municiones?".