"Nos ha golpeado fuerte", enfatiza la jefa regional del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM), Lizza Aravena, frente a la crisis humanitaria que se vive en el Norte Grande de Chile.

Fue cuestión de días para que comenzaran a llegar al país un gran número de inmigrantes -en su mayoría de Venezuela- por pasos no habilitados en lugares fronterizos, principalmente a través de Colchane, pero también por Ollagüe en menor cantidad por ahora.

Esto ha generado que diversas comunas se vean desbordadas a causa de la presencia de los extranjeros, algo que también se ve en ciudades de la Región de Antofagasta, como la capital regional, Calama y Tocopilla, en donde los inmigrantes pernoctan muchas veces en la vía pública. Todo esto en el contexto de la crisis sanitaria por el Covid.

"No se trata solo de una ola migratoria, sino que se trata de una crisis humanitaria que se ha visto complicada por una crisis sanitaria", explica la jefa regional del SJM.

Países fronterizos

Sobre una posible solución a esta crisis humanitaria, Aravena enfatiza que esto no solo se debe contener a nivel país. "Es un esfuerzo que tiene que ser de todos los países que somos fronterizos. Debe haber un esfuerzo mancomunado", recalca.

La misma opinión tiene el exdirector de Extranjería en el Gobierno de Michelle Bachelet, Rodrigo Sandoval, quien comenta que "lo primero es entender que (esta crisis) no es abordable solamente desde la perspectiva de Chile".

"Hay que tener en cuenta que los fenómenos migratorios son, además de multidimensionales, fenómenos internacionales. Es difícil que un Estado por su cuenta sea capaz de absorber adecuadamente y prevenirlo eficientemente", explica.

Sandoval dice que "es necesario un ejercicio de cooperación internacional. Pero ese principio se hace difícil en un país que, por ejemplo, no estuvo dispuesto a firmar el pacto migratorio el año 2018. Precisamente una de las herramientas que entregaba es la de la cooperación internacional. Si Chile estuviera en ese pacto, seguramente la herramienta de cooperación internacional estaría presente en este momento".

¿Qué depende de Chile?

Muchos de los extranjeros que entran viene junto con menores de edad, muchas veces bebés, algo que enfatizaron los alcaldes de la región en un nota publicada por este medio el día de ayer. La jefa del SJM a nivel regional enfatiza que por esta razón "no podemos hacer vista gorda".

Aravena comenta que esperaría que se siguiera el ejemplo de María Elena, comuna que recibió hasta 300 inmigrantes en menos de dos semanas y fueron albergados en la escuela del lugar. "Si ellos pudieron, tal vez todos lo deberíamos hacer. (…) El tema es que hay que hacerse cargo igual de esto. Los niños y niñas son los complicados".

"Es una situación evidentemente de emergencia. El estado no puede tratarla como una cuestión netamente administrativa o migratoria en términos normales. Lo que hay que asumir es que hay que instalar campamentos (de emergencia). Se requiere un lugar que se reciba a las personas que están llegando en donde se le pueda dar lo suficiente para su subsistencia", dice Sandoval.

La socióloga venezolana experta en Migración y Derechos Humanos, Ligia Bolívar, explica que, aunque hubiera pronto un cambio de Gobierno en su país y Maduro dejara el poder, "el nivel de destrucción es tan grande, que la reconstrucción va a llevar décadas".

"La gente no va a salir corriendo a Venezuela (de regreso) porque no hay condiciones. La situación va a ser la misma. Habrá hiperinflación, no habrá seguridad social, habrá escasez de insumos y de medicina", añade la socióloga.

Por esta razón, Bolívar explica que los países, incluido Chile, deberían implementar medidas a largo plazo para incorporar socialmente a la población productiva que está ingresando. Agrega que deben existir "políticas de acogida y no esta actitud xenofóbica de restricciones que hay ahora, como la utilización del Ejército para controlar a una población que no es enemiga, sino que requiere protección internacional".