Camila Aguilera Castillo es la mayor de tres hermanos, hija de Samuel, un minero que trabaja en la Fundición de Codelco, y Sandra, paramédico y asistente dental.

A los 19 años ingresó a estudiar Trabajo Social a la UA, y estando allí se transformó en voluntaria de Techo Chile. "Fue mi despertar en el mundo social", recuerda ahora.

Actualmente Camila es directora regional de Fundación Trascender, una institución sin fines de lucro que fomenta el voluntariado profesional como forma de contribuir a la superación de la pobreza, y que ha tenido un rol muy importante durante la pandemia.

Tu llegaste a la fundación como alumna en práctica y hoy eres directora, ¿cómo fue este proceso?

- Fue un proceso de crecimiento constante. Me enamoré de la fundación y de todo lo que conocí gracias a ella, por lo que la oportunidad de mantenerme y seguir creciendo en ella ha sido un regalo. La labor de la fundación es muy importante en el fortalecimiento del tejido social del país, pues entrega las herramientas necesarias para que las organizaciones sociales fortalezcan el trabajo que realizan día a día para la superación de la pobreza.

¿Cómo se han adaptado a las nuevas necesidades surgidas?

- Nos tocó adaptar nuestra forma de trabajo a lo virtual, como equipos estábamos medianamente preparados para el teletrabajo, somos una fundación con oficina en Conce, Stgo. y Antofagasta, entonces constantemente estamos trabajando conectados a distancia. Pero los programas y proyectos que realizamos requerían la presencialidad y nos tocó adaptarnos. Sin embargo, la pandemia nos mostró que no son necesarias las fronteras para trabajar y hoy a pesar de tener presencia sólo en tres sedes, logramos vincular voluntarios y organizaciones de todo Chile y en algunos proyectos hemos tenido presencia de organizaciones sociales internacionales, lo que nos tiene muy contentos.

En lo personal, la pandemia me movilizó mucho. Desde allí, en conjunto con cuatro compañeros, creamos proyectos como la Despensa Solidaria y Pida no más; y con cuatro mamás creamos el Roperito Solidario. En el fondo nos movilizamos desde nuestra labor diaria, para acercar las redes y trabajar por los que no la estaban pasando bien en esta situación.

¿Cuesta más ser solidario en tiempos como los actuales?

- No, nosotros desde Trascender realizamos año a año la Encuesta Nacional del Voluntariado en Chile, y en los resultados siempre hemos visto que las emergencias nos movilizan y crece la solidaridad, pero cuesta que esta movilización sea permanente en el tiempo.

La mayor experiencia en voluntariado está relacionada al trabajo comunitario y a la donación de dinero, siendo actividades autogestionadas con grupos de amigos, familiares, etc. Yo creo que esto es muy necesario, pero también es necesario que haya participación en otros tipos de voluntariados, como Probono o voluntariado de habilidades, así como también que sea de manera permanente.

¿Qué lecciones o aprendizajes has sacado durante estos meses?

- La importancia en las relaciones y las redes, creo que es importante recordar que somos comunidad, que vivimos en una comunidad y que nos debemos a esta comunidad. Muy desde el modelo ecosistema. No estamos solos en esta sociedad, por lo tanto todo lo que hagas o dejes de hacer puede afectar a un otro, y muchas veces el hacer puede transformarse en una oportunidad para otra persona. Creo que entender eso es demasiado importante para vernos como agentes sociales responsables de la sociedad que construimos.

¿Cómo te definirías a ti misma?

- Uf! que difícil. Me definiría una persona muy apasionada, cariñosa, comprometida, responsable y enojona jajaja.

Me mueve el trabajar en conjunto por un bien común, me seduce mucho cuando me invitan a ser parte de proyectos. Por lo general no soy tan creativa, soy más operativa y muy buena en eso, la gestión y coordinación son lo mío.

¿Qué recuerdos marcaron su infancia?

- Creo que uno de los recuerdos que más me marcó fue que en mi familia siempre se habló del trato digno, de entender que jamás hay que ofender al resto y que hay límites que se deben respetar. Vengo de familias obreras, pamperas y estoy muy orgullosa de eso.

¿A quién o quiénes admiras?

- A mi mamá, suena muy cliché, pero en verdad la admiro mucho, es una mujer súper luchadora, trabajadora y que ama su trabajo, muy estudiosa para ser mejor profesional.

En otros ámbitos, admiré mucho a Gladys Marín, fue una mujer fuerte y luchadora, sufrí con su muerte. También a Gabriela Mistral, me causa emoción saber que una mujer, profe de Vicuña logró ser reconocida mundialmente como una poetisa tan destacada. Actualmente admiro muchísimo a Benito Baranda y su labor.

¿Cuáles son sus metas en la vida?

- Tengo muchas metas. Me gustaría viajar, es algo que he hecho poco y creo que me falta muuucho por conocer. Me gustaría vivir en otro país, al menos una temporada, trabajando siempre desde la sociedad civil. Me gustaría crear una empresa B con mucha responsabilidad social y me gusta el trabajo que hacen muchas organizaciones sociales, por lo que aspiro trabajar en algún momento de vida en una de ellas.