Cómo funcionan las vacunas que frenan la dispersión del virus SARS-Cov-2
PANDEMIA. La irrupción del patógeno ha supuesto un esfuerzo sin precedentes de la comunidad científica y un trabajo inusitado para la industria farmacéutica.
Agencias
Las campañas de vacunación contra el covid-19 avanzan, pero la rapidez con la que se han desarrollado estos fármacos ha despertado dudas sobre cómo funcionan y cuáles son sus efectos secundarios.
Por definición, las vacunas son medicamentos que ayudan al cuerpo humano a desarrollar inmunidad contra los virus o las bacterias, sin que para ello se deba contraer la enfermedad.
Como explican los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU., cuando gérmenes como el virus que provoca el covid-19 atacan al organismo, estos se multiplican y causan una invasión, conocida como infección, que activa herramientas del sistema inmunitario para combatirla, sobre todo glóbulos blancos.
Entre ellos, están los macrófagos, glóbulos que absorben y digieren los gérmenes y que dejan antígenos, o pequeñas partes de los invasores que son identificados como peligrosas y que estimulan la creación de anticuerpos.
También entran en acción los linfocitos B, que producen anticuerpos que atacan las partes del virus que dejaron atrás los macrófagos, y los linfocitos T, que atacan a las células del organismo que ya están infectadas.
Reconocer antígenos
"La primera vez que una persona se infecta con el virus que causa el covid-19, su cuerpo puede demorar varios días o semanas en desarrollar y usar todas las herramientas necesarias para combatir los gérmenes y vencer la infección", recuerdan los CDC.
En este punto, las vacunas anticipan este proceso ayudándole al cuerpo a reconocer los antígenos del coronavirus, suministrando -bajo diversas técnicas- partes del virus, versiones modificadas del mismo o "instrucciones" para crear una reacción inmunitaria.
Hasta el 1 de febrero, el Registro de Vacunas contra el covid-19 del London School of Hygiene & Tropical Medicine, que recoge datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y laboratorios médicos, había documentado 293 prototipos de antídotos.
De ellos, 70 están en evaluaciones clínicas, 20 en fase III (avanzada) de pruebas y una decena ya han sido autorizados para su uso en diferentes regiones o en aplicación a pacientes.
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), "todas las vacunas pasan por diferentes fases de estudio antes de que puedan ser aprobadas para su uso en la población".
Estas etapas tienen como objetivo "garantizar la seguridad y la capacidad de la vacuna para proteger contra la enfermedad (eficacia)", así como otras cuestiones como los grupos de población en los que se puede administrar la vacuna, el número de dosis necesarias y el intervalo entre dosis"
Para que un fármaco sea recomendado por la OMS, este debe tener por lo menos un 70% de eficacia en la población base con resultados consistentes en los adultos mayores, un grupo particularmente vulnerable contra el virus.
Sin embargo, no todas estas vacunas anticovid utilizan las mismas tecnologías para combatir el coronavirus.
Distintas fórmulas
Hay al menos cuatro mecanismos preferidos por los científicos para tratar de proteger al organismo contra esta enfermedad, que ya deja en el mundo más de 2,2 millones de muertos y 100 millones de casos: los virus desactivados o atenuados, las subunidades de proteína, el ARN Mensajero y los vectores virales.
Sin importar cuál se elija, los CDC recuerdan que, "con todos los tipos de vacunas, el organismo se queda con un suministro de linfocitos T de 'memoria', además de linfocitos B que recordarán cómo combatir ese virus en el futuro".
Desde los CDC, los expertos han aclarado que si bien estas vacunas son nuevas "no son nada de desconocidas", ya que los científicos llevan trabajando en ellas por décadas y sus ensayos son igual de rigurosos que los empleados en el pasado.