"La cocina tiene un valor cultural"
ANTOFAGASTINIDAD. Claudio Santibáñez Veas, chef y profesor de cocina.
Claudio Santibáñez Veas, de 44 años, nació en Chuquicamata y estudió administración gastronómica en CIES Inacap Santiago.
Después de 14 años viviendo allá, regresó a Antofagasta en 2012 para participar en un proyecto con amigos y retomar contacto con la familia. Desde entonces, no se ha movido de la ciudad y ha participado en distintos proyectos, siempre en su campo, la gastronomía.
En el año 2014 comienza a dar clases de cocina en Santo Tomás, preparando a las próximas generaciones de chefs, y en paralelo se integra como miembro fundador a la Corporación Gastronómica La Chimba.
Claudio siente que un buen plato no sólo debe entregar sabores, sino también identidad y cultura, y eso lo traslada a sus preparaciones con un estilo bien particular, que además lo define como persona.
"Me gusta, participo y vivo la cultura psicodélica del psytrance, sus festivales y su música desde el chill out, pasando por progressive trance, el psytrance, el forest y el goa trance mi favorito", cuenta.
¿Cómo te comienzas a conectar con el arte de la cocina?
- Desde pequeño cuando trataba de ayudar a cocinar a mi abuela que era una gran cocinera. Cocinaba de todo y nos dejó varias recetas que son clásicos en la familia, como las hojuelas fritas bañadas con almíbar, esas no alcanzan si quiera a colocarse en un plato.
¿Cocina e identidad cómo se vinculan, según tu experiencia, y que nos ofrecen cuándo van juntos?
- Creo que la cocina es el medio con el cual podemos potenciar la identidad gastronómica local y de la región, mediante los distintos tipos de recursos que encontramos. La cocina con identidad no solo nos entrega el sabor de nuestra tierra, del mar a la cordillera, sino también un valor cultural gastronómico que refuerza y difunde la identidad local basada en la cocina.
¿Si tuvieras que definir tu estilo, cómo sería?
- Me encanta la cocina asiática y sobre todo la japonesa, de ahí nace el concepto del Sushi Chango con sabores japoneses y changos. Esta propuesta nace por mi pasión por el sushi, la práctica, la disciplina y el arte de elaborar sushi, pero con productos locales. Llevarlo a otro nivel, valorando los recursos marinos que nos proveen los changos actuales, pescadores artesanales y los recolectores orilleros que encontramos a la largo de la costa del norte.
Supongamos que te visita un amigo que viene por primera vez a la ciudad, y quieres ofrecerle un plato que lo enamore de Antofagasta, ¿qué le ofrecerías?
- Difícil pregunta, porque hay muchos platos y productos por ofrecer, pero me las jugaría por un pescado de roca que podría ser pejeperro, mulata, apañado, corvina, san pedro, lenguado o cabrilla, este se sella por un lado, se cubre con aceitunas, queso de cabra, quinoa tostada y se lleva al horno a gratinar, se puede acompañar con un cremoso arroz caldoso con tinta de calamar y ostiones salteados con pesto de albahaca y cilantro.
¿Cómo ha sido la experiencia de enseñar cocina?
- Enseñar el arte que te apasiona es una experiencia muy linda y gratificante. Sobre todo el trabajo que estuvimos realizando con la todo el equipo de la Corporación Gastronómica La Chimba, en la cual participamos en varios proyectos sociales mejorando las condiciones de vida de los habitantes de Antofagasta, mediante el trabajo colaborativo en torno a la cocina.
¿Quiénes han sido tu inspiración en la vida, a quiénes admiras?
- Hay muchos cocineros que admiro, mis ex profesores Sonia Moraga y Alejandro Ramírez, Ciro Watanabe, Rodolfo Guzmán, Mauricio kiltro suelto, Rubén Tapia mi amigo Pablo Godoy y así podría continuar. Me inspira y admiro al gran Itamae Jiro Ono, considerado el mejor artesano vivo de sushi.
¿En lo personal, cómo has vivido estos meses de pandemia?
- Como para muchos, han sido meses duros, creo que lo más difícil ha sido el encierro. Y en ese encierro y con el apoyo de mi esposa Yesika iniciamos un emprendimiento de venta de comida a domicilio promoviendo el consumo de pescados y mariscos de la región. Nos ha ido bastante bien y nos ha permitido pasar de buena manera esta pandemia,
¿Cuáles son tus proyectos, dónde quieres estar en diez años más?
- Como cocinero quiero tener mi propio local, dedicado en un comienzo al delivery, y crecer según se den las condiciones sanitarias. Para luego concretar en un restaurant con una barra de sushi donde solo se venda sushi tradicional nigiris, sashimi, y a la venta de pescados y mariscos de la zona con identidad regional, continuando con lo que hago actualmente. Me gustaría vivir en Viña del Mar, me encanta.
¿Qué crees que le falta a Antofagasta para ser una mejor ciudad?
- Creo que falta educación en distintos ámbitos (cultura gastronómica, reciclaje y educación vial), respeto y amor por nuestra ciudad. Es increíble la cantidad de basura que hay en la ciudad y en las playas, la falta de contenedores o frecuencia del limpiado de estos, ahí vemos la falta de amor y de respeto por la ciudad, por su entorno y por todas las personas que vivimos en la ciudad.