Ollas comunes: con menos recursos pero con más personas que alimentar
ORGANIZACIONES. Alzas en los precios de alimentos y el gas generan dificultades a los coordinadores. La Municipalidad también ha experimentado problemas para proporcionar beneficios.
La actividad de Jonathan Morales en la olla común "Unidos por un mundo mejor" se ha visto dificultada durante el último par de meses. Ubicada en la calle Félix García, la olla ha entregado ayuda hasta en diez poblaciones en la zona norte de Antofagasta, pero hoy tiene que arreglárselas con una cantidad cada vez más limitada de recursos para llegar a los casi 200 vecinos que requieren su ayuda.
"Para cocinar una ensalada a la chilena necesito dos cajones de tomates y una malla de cebolla al día. Con los costos de ahora, hace casi dos meses que no ofrezco ensaladas. Anteriormente, las personas que me colaboraban solían enviarnos muchas verduras y ocupaba tres sacos de papas por día. Hoy difícilmente pueden donarnos porque el saco llegó a costar 20 mil pesos", explicó Morales.
Este dilema es parte de las problemáticas que han surgido en el funcionamiento de las ollas comunes durante las últimas semanas. El precio de productos de primera necesidad como los alimentos y el gas ha sufrido un incremento, el cual ha sido más notorio en lo que se lleva de 2021.
Más necesidad
Para Morales, quien además es presidente de la asociación de ollas "Alianza Solidaria", es una situación dramática que está causando que otras instancias de este tipo dejen de funcionar, a la vez que aumenta el número de personas que depende de ellas diariamente.
"Cuando se constituyó la alianza, en noviembre del año pasado, 36 ollas se asociaron. Hoy en día, con suerte 13 se mantienen activas. Lamentablemente todas las semanas se cierra una por no contar con recursos. Hemos organizado lucatones u otras actividades en el centro para reunir recursos, ya que a nosotros esta situación nos ha afectado demasiado", relató el dirigente.
Otra iniciativa que también se encuentra en esta disyuntiva es la Olla Común Población El Golf. En su caso entregan almuerzos durante los fines de semana, y gracias al compromiso de los diez voluntarios que la componen, han podido subsistir de forma más estable, aunque con una demanda cada vez mayor.
"A finales de mayo empezamos la primera olla con 40 platos, pensando en que eran pocas personas. Una vez que se fue acentuando la pandemia, fueron llegando 60. Después 80. Hay mucha gente cesante, mayores de edad, extranjeros, gente en situación de calle. Han venido personas incluso desde el sector de La Vega a buscar almuerzos", señaló el coordinador Roberto Araya.
Hoy son 230 las personas que alimentan cada fin de semana. Y junto con la gran cantidad de personas, también han tenido dificultades para armar el menú. Su idea inicial de diversificar platos se ha vuelto un desafío mayor debido a las limitaciones que han puesto los altos precios.
"Solemos hacer arroz con guiso, lentejas, legumbres. Tratamos de ir variando. Pero desistimos de cosas como carne o pescado, porque están muy caros. Hacemos cosas que nos alcancen con poca plata. Incluso hace un par de fines de semana, no pudimos realizar la olla por no contar con muchas cosas para hacer", indicó Araya.
Autoridades
El alto costo de la vida también ha impactado las gestiones administrativas que han intentado realizar las autoridades. Un ejemplo es lo sucedido con los tickets de gas que proporciona la Municipalidad de Antofagasta a los vecinos más vulnerables de la ciudad. La licitación que estaban negociando para la tarea se cayó después de que los oferentes no cumplieran los requisitos económicos que pedía el municipio.
"Se dispuso un presupuesto de 100 millones de pesos para la compra de a lo menos 8 mil tickets (de gas). A nosotros nos llegaron dos ofertas por 123 y 118 millones, que finalmente afectaron la realización de las compras. Hubo un alza del gas a finales de febrero, lo que generó que nadie pudiese cumplir los requerimientos que nosotros solicitamos a las empresas", puntualizó el director de Desarrollo Comunitario de la municipalidad, Jaime Araya.
"Es un tema donde el gobierno debiese tomar medidas que permitieran un cierto control de precios para algunos productos que conforman la canasta básica. No es normal que en tiempos de crisis aumente el costo de la vida. Hay una falta de sensibilidad en la materia que está afectando principalmente a las familias de clase media", agregó Jaime Araya.
Desde la visión gubernamental, el seremi de Desarrollo Social, Patricio Martínez, aseguró que la secretaría está tomando las acciones a su alcance para mantener a las ollas funcionando y que existe constante coordinación con el municipio para asegurar la subsistencia de los vecinos afectados.
"En la medida en que hemos tenido donaciones, las hemos derivado. Cuando los dirigentes sociales han pedido apoyo, nosotros no nos restamos. Con la Municipalidad tratamos de operar a través de Dideco o de programas nuestros en distintas comunas que han tenido algunos requerimientos, por lo que mantenemos una disposición absoluta a poder colaborar con las organizaciones del área civil", manifestó Martínez.
"Cuando se constituyó la alianza, en noviembre del año pasado, 36 ollas se asociaron. Hoy en día, con suerte 13 se mantienen activas"
Jonathan Morales, olla Unidos por un Mundo Mejor
"Desistimos de cosas como carne o pescado, porque están muy caros. Hacemos cosas que nos alcancen con poca plata"
Roberto Araya, olla común Población El Golf