Ofreciendo de nuevo el maravilloso espectáculo de la luz cenicienta al principio de la semana que viene, la Luna estará creciente (y entonces visible como un creciente durante la primera parte de la noche) hasta el domingo 21 de marzo, día durante lo cual alcanzará al Cuarto Creciente a las 11:40 (horario legal de Chile). Durante las noches siguientes, la Luna estará gibosa creciente (y entonces visible más y más tiempo cada noche, con una puesta cada día más tardía). Por lo que concierne a los planetas del Sistema solar, Neptuno y Venus permanecen totalmente invisibles. Venus alcanzará su conjunción superior el 26 de marzo y estará visible durante el atardecer algunas semanas después. Por su parte, Urano se pierde ahora dentro de las luces del atardecer, alcanzando su conjunción con el Sol el 30 de abril. No obstante, Marte permanece bien visible durante las primeras horas de la noche, pasando relativamente cerca del cúmulo abierto de las Híades estos días. Este acercamiento se puede apreciar con la ayuda de binoculares al inicio de la noche. Los tres planetas Saturno (más arriba), Júpiter y Mercurio (más y más abajo ahora) permanecen visibles dentro de las luces del amanecer, con un horizonte muy abierto en dirección del este, los dos primeros saliendo más y más temprano cada noche.

Christian Nitschelm es astrónomo del Centro de Astronomía de la U. de Antofagasta, www.astro.uantof.cl

El efecto Matilda fue descrito por primera vez por Matilda Gage en 1870, en un ensayo sobre mujeres inventoras. El término fue popularizado en 1993 por la historiadora de la ciencia Margaret Rossiter, quien lo bautizó en honor a Gage. Pero qué es el efecto Matilda: es una inclinación en contra del reconocimiento a los logros de las mujeres científicas, cuyo trabajo ha sido atribuido a colegas hombres. Uno de los casos más representativos del efecto Matilda ocurrió en el campo de la astronomía en los años sesenta. Jocelyn Bell, estudiante de Doctorado de la Universidad de Cambridge, Inglaterra, descubrió el primer radio pulsar. Por este descubrimiento, el premio Nobel de 1974 fue entregado a su supervisor, dejando a Bell sin crédito. Este año durante una entrevista con National Geographic News, Bell se refirió al hecho diciendo que en ese tiempo, las personas creían que la ciencia funcionaba con un científico senior (siempre hombre), que tenía a su cargo a una serie de minions que hacían lo que su jefe les pedía. La visión de la ciencia ha cambiado mucho desde los años sesenta, pero estas diferencias aún están presentes. Por ejemplo, según estudios de la UNESCO sólo un 30% de los científicos a nivel mundial son mujeres y el porcentaje empeora cuando consideramos a científicas en posiciones de liderazgo en la academia donde sólo un 16% alcanza un puesto senior, lo que no es de extrañar, considerando que ganan en promedio un 20% menos que sus colegas hombres por el mismo trabajo y que la deserción de mujeres en la ciencia es desproporcionadamente mayor a la de los hombres, particularmente entre aquellos que son padres trabajadores. Considerando estas cifras, la visión de Bell de la ciencia hace 60 años, continúa marginalmente vigente.

Penélope Longa-Peña es astrónoma del Centro de Astronomía de la U. de Antofagasta, www.astro.uantof.cl