"Los docentes tenemos un rol social"
ANTOFAGASTINIDAD. Diana Moreno, directora Escuela República de EE.UU.
Diana Moreno Pastenes lleva toda una vida dedicada a la enseñanza en la educación pública. Actualmente esta profesora antofagastina de educación básica es la directora de la Escuela D-73 República de EE.UU., establecimiento en el que lidera un proyecto educativo enfocado en los valores humanos universales, como el respeto, la responsabilidad, la convivencia y la fraternidad.
¿Dónde creciste y qué recuerdos guardas de tu infancia?
-Nací y crecí en la ciudad de Antofagasta. Tengo recuerdos maravillosos de mi infancia, juegos interminables en la calle con los amigos del barrio, salidas a la playa en mi amado balneario Juan López, del cual guardo grandes recuerdos, conversaciones con mi padre sobre los procesos políticos y sociales del momento que vivíamos.
¿Qué te apasiona de tu profesión?
-Todo, nací profesora, y tengo una gran vocación de servicio social, es algo innato, ésta es la mezcla perfecta en educación, porque los docentes aparte de ser entes de entrega de conocimiento, tenemos un rol social, el cual nos permite cambiar las realidades, romper los círculos de pobreza, inequidades y desigualdades, formar seres humanos, ciudadanos que serán parte del futuro de nuestra nación.
¿Por qué ha sido tan complejo acabar con la desigualdad en educación?
-La desigualdad proviene de las mezquindades de los Estados, la pobreza socio-económica forma parte de estas avaricias, las que finalmente redundan en la educación. No existe una preocupación real por la educación, solo hay caridad y no justicia en ella. Cada día la brecha educativa se dispara más entre el sistema público y el privado, fisura generada por lo anterior. Un niño, niña o adolescente que está en pobreza, carece de capital cultural, sus padres no tienen instrucción mayor, su entorno está desgastado, su vivienda no es digna, no tiene lo necesario para estudiar y un sin fin de otras realidades, versus a un educando que sí posee lo anterior, es decir, los estudiantes del segmento más precarizado nacieron con esta desventaja. Por lo tanto, necesitamos imperativamente que los actores educativos que laboran en la educación pública entiendan y comprendan el rol formador y social que tienen, y el impacto que esto genera en la sociedad, y de este modo, podremos ir rompiendo estas brechas tan violentas en educación. Todos los niños son iguales, solo basta que alguien confíe y crea en ellos, los impulse, y de este modo, podrán romper el círculo que les tocó vivir. El "dónde nació" no puede determinar su vida futura. Basta de caridad, apliquemos la justicia.
¿Qué proyectos está desarrollando actualmente?
-Educación, llevo 7 años aplicando un proyecto educativo diferente en la educación pública, en conjunto con mi equipo de gestión, específicamente en la escuela D-73, República de EE.UU., donde privilegiamos la convivencia escolar, en todos sus sentidos, relevando los valores humanistas universales, como el respeto por el otro, la responsabilidad, la tolerancia, la fraternidad, el espíritu democrático, entre otros, así como también, los aspectos socio emocionales de niños y niñas; sanamos sus corazones, cubrimos sus necesidades sociales, creemos en ellos y los impulsamos a ser mejores seres humanos. Hacemos una educación desde la integralidad, y esto nos ha llevado a tener éxito académico. Todo esto es posible, porque cada trabajador de nuestra Escuela D-73, comprendió su rol social y formador, está comprometido, cree en nuestro proyecto educativo y está al servicio de los estudiantes, entendiendo que ellos son los protagonistas de la educación.
¿Quiénes han sido tu inspiración en la vida?
-Soy una lectora empedernida, y mi instrucción humana y profesional, la he adquirido de algunos filósofos como Jacques Maritain, Alberto Hurtado, personas que admiro profundamente por su mirada y legado, el cual no sólo se ha extrapolado a la educación sino también a otras aristas de la vida, promoviendo y motivando siempre la dignidad humana, a través de un sentido y compromiso ético y moral por hacer las cosas bien y así buscar el bien común.
¿Cuáles son las enseñanzas que te dejaron tus padres?
-De mi padre el amor por la educación y la lucha por la justicia social, mi madre la fuerza y garra por vivir y sortear todos los obstáculos que me pueda presentar la vida, "no hay límite, nada es imposible", pero todo eso se debe acompañar con el actuar, es decir, ser buenos seres humanos.
¿Qué lecciones cree que aprenderemos de lo vivido el último año?
-La gran lección que nos ha dejado la Pandemia, es el despertar de los aspectos humanos ya olvidados por la vorágine de los tiempos: la conversación, la solidaridad, la empatía, la confianza, el volver a mirarnos a los ojos y comunicarnos con ellos. También, nos dimos cuenta, es decir, nos volvió a mostrar las grandes desigualdades que existen en el país y el mundo, que no somos nada, pero a la vez somos todo, refrendando que está en nuestras manos el cambiar la realidad, solo debemos volver a ser personas y dejar la robotización que nos dejó inmersos este sistema político, económico y social. Creo profundamente en el ser humano, y creo que esta lección ha sido aprendida por la mayoría, confío que podamos lograr una sociedad más humana, más comprometida, más solidaria más justa y fraterna, luego que esto termine.