Antofagastino llevó su solidaridad hasta África para ayudar a niños
EJEMPLO. Jorge Torres recorre aldeas, escuelas y cárceles haciendo voluntariado.
"Aveces uno tiene sueños que quiere cumplir en su vida, así que postulé a un trabajo, pesqué mis cosas y me vine a África hacer lo que a mí me gusta que es hacer servicio de voluntariado".
Jorge Torres, 42 años, antofagastino, padre de dos hijos, defensor del patrimonio, Camiseteado 2019, hincha acérrimo de Deportes Antofagasta (por años fue la mascota del equipo) y activo voluntario entregando un momento de ameno a niños y adultos en hospitales, cárceles, hogares de ancianos y campamentos, sin pensarlo mucho partió en octubre del año pasado a Mozambique (África) motivado por su labor solidaria a -según él mismo explica- "ser un aporte y entregarle alegría a los niños" de ese país.
Pese a no manejar el idioma (Ñungwe, lengua nativa), sin una red de apoyo, con recursos limitados y en medio de una pandemia mundial, este antofagastino decidió emprender este viaje para conocer la verdadera pobreza, esa en que los niños que viven en aldeas mueren por desnutrición o en las fauces de algún animal salvaje. Una realidad ajena que lo impactó y motivó aún más para cumplir con su objetivo de ayudar al prójimo.
¿Por qué escogiste particularmente África como destino para cumplir este sueño?
-Toda mi vida pensé en venir a África a conocer la verdadera pobreza, ayudar a la gente, ir a meterme a las aldeas, a las cárceles, los hospitales, ver la realidad y ser un aporte para ellos entregando alegría, que es lo que yo hago.
Si bien cuentas que este viaje lo has planeado toda tu vida, ¿qué te empujó a cumplirlo en este momento tan complejo en todo el mundo?
-Siendo sincero, y sin ánimo de creerme alguien, sentí que Antofagasta y Chile me habían quedado chico en todo lo que trataba de hacer. Por eso decidí tomar mis cosas y venirme a África sin saber el idioma ni nada. Al principio trataba de no hablar mucho y me comunicaba con señas moviendo las manos.
¿Fue muy difícil tomar la decisión de dejar a tu familia por este anhelo personal?
-Sin duda. Yo me quería venir con mi familia pero por el coronavirus no fue posible.
¿Cómo fue tu primer día en África?
-Fue difícil porqué las temperaturas son extremas. Pueden alcanzar hasta los 45 grados. El tema de la comida también fue complejo. Aquí no se come igual que en Chile. No es cosa de ir al negocio de la esquina porque no hay.
Por lo general la imagen que tenemos los chilenos de África es la de una pobreza extrema. ¿Con qué realidad te encontraste?
-Lo que uno ve en documentales o en las noticias sobre la pobreza, es cierto. Los niños están desnutridos pero no es por falta de alimento sino que por falta de información. Ellos no comen lecho o huevos, por ejemplo. Lo que hacen es comer pura nshima (alimento preparado a base de harina de maíz y agua) y eso a los niños no los alimenta. Aquí no se da la cultura de alimentación.
¿Cómo te impactó emocionalmente esta experiencia?
-El impacto fue muy fuerte. Pese a todo nosotros en Chile tenemos una realidad tan linda. La gente puede acceder a un celular, o comprar una televisión y todos los medios para hacer cosas. Pero aquí las personas no tienen para comer ni un hospital donde ir si necesita atención. Eso me cambió totalmente la perspectiva de que era mi país comparado con lo que pasa acá.
Para la gente de África que a un niño se lo coma un cocodrilo, o que un vecino se muera de hambre, es algo normal. La muerte acá es muy latente.
¿Qué tipo de ayuda social es la que estás entregando a la gente de África?
-Todos los días que tengo libre me voy a meter a los orfanatos a entretener a los niños haciendo show tratando de sacarles una sonrisa. Además, gran parte del dinero que gano haciendo pitutos en minería lo destino en llevar alimentos y productos de higiene personal. Es impresiónate que la gente te abrace y te dé las gracias solo por llevarles un jabón. Eso te da cuenta que es una realidad muy distinta a la que nosotros estamos acostumbrados.
¿Tienes fecha de retorno a Chile?
-Espero volver pronto porque ahora quiero recorrer todo Chile visitando los hospitales cuando se acabe la pandemia. Hay muchas partes donde puedo ayuda. Esto lo hago porque me gusta y siento que puedo ser un aporte.