"La danza siempre ha sido parte de mí"
ANTOFAGASTINIDAD. Militza Molina, instructora de danza.
Militza Molina nació en Chuquicamta en 1965, como hija de una profesora normalista y un empleado de Codelco.
Temprano descubrió en la danza una maravillosa forma de expresar emociones y así se convirtió en una de las alumnas pioneras de la Escuela de Ballet para posteriormente integrarse al Ballet de Cámara de Antofagasta, bajo la dirección de María Eugenia Candia.
Hoy, esta diseñadora gráfica de profesión, pero con alma de bailarina, enseña a alumnas de todas las edades, pero principalmente adultas, las bondades de este bello arte.
¿Qué significa la danza en tu vida?
-La danza es mi esencia, siempre ha sido parte de mí, a los tres años ya me apasionaba. Su historia, su música, sus repertorios, sus metodologías, todo eso me apasiona y me encanta aprender más de ballet, estudiar todo lo relacionado con esta disciplina. No lo veo sólo como mi trabajo, es una de mis grandes pasiones. Ver una función de ballet es hermoso, pero para mí es más alucinante observar las clases y los ensayos que son el proceso de esa función. Cómo los cuerpos se transforman buscando la perfección del movimiento, pero con un sentido, no solo la destreza de girar o saltar sino que te narran una historia, te expresan un sentimiento.
¿Cómo te inicias en la danza y cuál es el recuerdo más bello que guardas?
-Me inicié a los tres años en Chuquicamata, luego en la academia en la Escuela de Niñas del grupo escolar en Calama. Más tarde, cuando me vine a Antofagasta en 1985, entré a estudiar en lo que fue mi realización plena en la Escuela de Ballet del Teatro Municipal. Es difícil identificar solo uno: el recuerdo de ser parte de la primera audición de alumnos para formar dicha escuela, el ser parte de ese pequeño pero importante grupo de bailarines que dimos vida al Ballet de Cámara de Antofagasta, bajo la dirección de María Eugenia Candia, es un recuerdo muy significativo. El bailar en el Teatro Municipal de Santiago junto al Ballet de Cámara de dicha escuela, o el haber participado en el festival internacional de danza independiente junto a mi querido amigo Javier Candia (Q.E.P.D.) con el pas de deux Tango. El ballet me ha dejado maravillosos recuerdos y me sigue regalando hermosos momentos.
¿Por qué te decidiste a enseñar danza, en especial a personas adultas?
-Necesitaba trabajar, y quienes me conocen me decían "haz clases de ballet", pero no quería hacer más de lo que ya se estaba haciendo, las típicas clases de ballet para niños… Fue así como, buscando y buscando, descubrí que en muchas partes del mundo se estaba dando clases para bailarinas adultas, y mi mente y mi ser dijo eso quiero, pero no solo para quienes fuimos bailarinas y queremos retomar, sino principalmente para quienes siempre tuvieron el sueño y por diversas razones no lo pudieron cumplir.
¿Cuáles son tus proyectos o sueños más ambiciosos en esta área?
-Poder llegar a más adultas, jóvenes y niños que deseen hacer del ballet parte de sus vidas. Tengo la experiencia y los conocimientos para hacerlo. Creo que todo maestro sueña con tener su propia escuela, estudio o academia con su sello, y me encantaría que hubiese más espacios físicos para poder desarrollar esta disciplina.
¿Cómo te definirías a ti misma como persona, cuáles son tus fortalezas y flaquezas?
-Es difícil autodefinirse pero siento que soy una persona agradecida de la vida, las cosas buenas te dejan satisfacciones, los momentos malos te dejan fortalezas, los momentos difíciles te dejan enseñanzas y todo eso se debe agradecer. Busco ser coherente en mi actuar, eso es algo que no siempre es bien comprendido o aceptado y me ha traído grandes desilusiones, pero busco hacer lo que digo según como lo pienso en base a mis principios y valores. Mi fortaleza sin duda es mi fe en Dios, soy creyente y creo firmemente en el poder del amor. Mi flaqueza es ser muy confiada, creo o espero demasiado de las personas.
¿Quiénes han sido tu inspiración en la vida, a quiénes admiras?
-Hago clases a adultas y niños, y de todos se aprende algo. Pero quien me inspira cada día es mi hija, es una joven que me motiva a pensar distinto, a ver las cosas de otra perspectiva, a buscar la otra opinión, a probar a aventurarme, a demostrarme cosas a mí misma. A quien admiro es a mi esposo, es un hombre muy optimista y alegre, siempre buscando, decidiendo y actuando bajo su premisa, qué es lo realmente importante en la vida, y según eso disfrutar y agradecer cada momento.
¿Cómo has vivido estos meses de pandemia?
- Encerrada con mi familia, haciendo clases online. No ha sido fácil, pero soy honesta al decir que me encanta estar en casa con mi familia, si bien un año de encierro e incertidumbre es mucho, lo veo como momentos que después atesoraremos, por las anécdotas y aventuras de organización de los tiempos y los espacios, que ha sido todo un desafío. Hay que guardarlo como un recuerdo de mucho aprendizaje.
¿Cuál es tu receta para ser feliz?
-No buscar la felicidad, sino buscar ser agradecida de la vida. Cuando logras agradecer cada día el hecho de estar viva, de respirar, de poder caminar, ver, oler… te das cuenta lo feliz que eres, y si esa experiencia la compartes con quienes amas la felicidad se vive y se multiplica.