Redacción
Un terremoto inédito causó en el fútbol europeo el anuncio de la creación de una Superliga en la que ya confirmaron su participación 12 de los clubes más importantes de ese continente: Real Madrid, Barcelona y Atlético de Madrid de España, Milan, Inter de Milán y Juventus de Italia, Liverpool, Manchester City, Arsenal, Chelsea, Manchester United y Tottenham de Inglaterra.
La idea es sumar a tres clubes más al grupo de fundadores, entre los que se rumorea podrían estar el Paris Saint-Germain de Francia y el Bayern Munich de Alemania. Una vez con 15 equipos, se clasificarían cinco equipos más cada año para disputar el torneo con 20 participantes y la primera edición se iniciaría en agosto próximo.
"De cara al futuro, los clubes fundadores esperan mantener conversaciones con la UEFA y la FIFA buscando las mejores soluciones para la Superliga y para el conjunto del fútbol mundial", reza el comunicado de la Superliga, que será financiada por el banco JP Morgan.
La creación de la nueva Liga es una respuesta a "la inestabilidad del actual modelo económico del fútbol europeo" a causa de la pandemia. "Durante años, los clubes fundadores han tenido como objetivo mejorar la calidad y la intensidad de las competiciones europeas existentes y crear un torneo en el que los mejores clubes y jugadores puedan competir de manera más frecuente".
"Avaricia y egoísmo"
Pese a las buenas intenciones que expone el grupo de clubes de la Superliga, de inmediato surgieron reacciones de rechazo, encabezadas por el presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, quien acusó que "esto tiene que ver con la avaricia, el egoísmo y el narcisismo de algunos".
"Me enfada ver que este equipo de doce ricos quiere robar el dinero de los demás, porque les da igual todo. Hacen un comunicado hablando de solidaridad, aunque solo les importan sus bolsillos y su fama personal, pero les vamos a hacer famosos de una forma que no quieren. Ya sabemos quién es quién. Lo peor es escuchar rumores de reuniones en salas oscuras. Pediría respeto, algo que hasta ahora no ha abundado", añadió el dirigente.
Dijo además que "el 90% del dinero de la UEFA regresa al fútbol y no solo a la élite. La UEFA no se mueve solo por el dinero. Desarrolla el fútbol. La Superliga no es así. Solo es negocio. Solo interesa los bolsillos y no la solidaridad".
Rechazo transversal
No solo a nivel dirigencial se produjo el rechazo al anuncio de la Superliga. Jugadores, entrenadores y políticos también entraron en la discusión.
Gary Neville, ex jugador del Manchester United, afirmó que "hay que movilizarse. Nos están intentando robar el fútbol". El exastro portugués Luis Figo añadió que "este movimiento codicioso e insensible significaría un desastre".
Tras el empate del Leeds con el Liverpool (uno de los equipos en conflicto), el técnico Marcelo Bielsa afirmó que "no me sorprende. Los equipos más poderosos han logrado su poderío a partir de la competencia del resto. Cuando no nos necesitan para ganar más dinero, la lógica con la que funcionan les permite descartar al que ya no le sirve para sus objetivos".
Hasta el primer ministro británico Boris Johnson y el príncipe William de Inglaterra rechazaron la idea. "Ahora, más que nunca, debemos proteger a toda la comunidad futbolísticas, desde el más alto nivel hasta las cantera, y los valores de la competición y su justicia", afirmó este último.
18% subieron las acciones de Juventus tras el anuncio y 9% las de Manchester United.