Organizaciones sociales han disminuido sus fondos hasta en un 80% en pandemia
SOLIDARIDAD. Menos socios e imposibilidad de efectuar eventos benéficos, están afectando el presupuesto de las fundaciones que trabajan apoyando a los sectores más vulnerables.
A más de un año de la crisis económica y sanitaria desatada por el Covid-19, diversas organizaciones sociales y fundaciones de Antofagasta han visto disminuidos hasta en 80% sus ingresos. Esto principalmente a que no han podido realizar actividades y eventos que servían para la recaudación de fondos y socios.
Una de las más afectadas ha sido la corporación OncoFeliz, que actualmente apoya a 35 niños de Antofagasta, Mejillones y Calama, y que justamente ha visto reducidos sus ingresos en un 80%. Dentro de sus mayores gastos están los medicamentos para los pacientes, pasajes, compra de insumos clínicos y, desde el año pasado, víveres y apoyo económico para todas las familias de sus pacientes oncológicos.
Rafael Bannura Durán, presidente fundador de OncoFeliz comentó la difícil situación que están pasando como Corporación: "Los ingresos mensuales son mínimos y corresponden solo a transferencias de algunos socios colaboradores. Recibimos un 20% del monto mensual acostumbrado. Hemos podido cumplir con la parte médica y psicosocial de nuestros beneficiarios gracias a fondos anteriores y al apoyo de dichos socios colaboradores. Esto nos ha permitido mantener las ayudas y no cerrar ningún programa".
También reconoció que la última fuente de ingresos oficiales que tuvieron fue en abril del 2019 a través de un desfile de modas, posteriormente ese año no se realizaron más eventos profondos debido al estallido social; y el año pasado por la pandemia no hubo ningún evento. Por lo mismo hizo un llamado a la comunidad a comprometerse con la lucha contra el cáncer infantil en el norte, aportando económicamente.
Aldeas SOS
Las Aldeas Infantiles SOS, institución que lleva 55 años en Chile y 33 en Antofagasta acogiendo a niños y niñas en extrema vulnerabilidad, también ha visto afectada seriamente sus ingresos.
Carlos Aracena, director nacional de Aldeas Infantiles SOS explicó que han sufrido un fuerte impacto económico de entre un 35% a 40%, entre sus tres modalidades (socios, empresas y puntos fijos). "Básicamente la mayor parte de la interacción que tenemos con nuestros socios y donantes es en terreno, en la calle, y con la cuarentena nuestras acciones se encuentran detenidas", argumentó.
Eso sí, reconoce que Aldeas Infantiles Chile presenta una suficiente solidez financiera para enfrentar esta pandemia. Esto debido a que año anteriores habían adoptado medidas, fundamentalmente asociadas a la diversificación en sus fuentes de ingresos y a la conformación de una reserva que hoy permite amortiguar los impactos. Sin embargo, todavía no están claras cuáles serán las consecuencias finales.
El director aprovechó de hacer un llamado al sentido solidario de las personas, pensando que organizaciones como las Aldeas sustentan su financiamiento en gran medida en los aportes de sus socios individuales y de las empresas, lo que complementan con la subvención que entrega el Estado, a través de Sename que se constituye en un aporte económico, pero que no financia los costos reales para cumplir con los estándares de atención necesarios justamente en un área tan sensible como la protección de la infancia.
Hogar de Cristo
El Hogar de Cristo de Antofagasta, organización que se encarga de prestar apoyo a las personas más vulnerables de la ciudad, ha visto afectados sus ingresos en un 30% debido a la dificultad que tiene para llegar a sus socios a causa de las restricciones sanitarias. Otro problema que tienen, es la baja en la captación de socios nuevos, la que descendió en un 66% en la Región de Antofagasta.
Andrea Cox, jefa de operación social territorial del Hogar de Cristo en Antofagasta comentó que: "Esta realidad nos tiene muy preocupados, porque nuestro movimiento social depende de la generosidad de la comunidad. Si no fuera por el compromiso solidario y sensible de quienes comparten la causa de los más pobres y desvalidos, en la forma de donaciones de algunas empresas y familias cercanas, estaríamos en una difícil situación, y con ellos las 264 personas que atendemos en la región".
Hogar Don Orione
El Hogar Don Orione de Antofagasta, que acoge a niños, jóvenes, adultos y adultos mayores en condición de vulnerabilidad y con capacidades diferentes, también ha visto afectado sus ingresos ya que han tenido que funcionar sin la subvención que les solía entregar la Municipalidad de Antofagasta, la que equivalía a $15 millones anualmente.
Asimismo, por la crisis sanitaria no han podido realizar sus clásicos bingos que les permitían recaudar fondos y solventar sus gastos. Si bien intentaron hacer una versión online del evento, no lograron el mismo alcance.
Victoria Parraguez, directora del Hogar Don Orione de Antofagasta comentó que "ha sido un tiempo súper complicado, hemos logrado salir adelante gracias a que nos adjudicamos un programa del Servicio Nacional de la Discapacidad (Senadis), estamos recién partiendo con este proyecto. También gracias a la gente de la ciudad que es muy generosa y nunca nos han abandonado. Estamos muy agradecidos con la comunidad. No nos ha faltado (para funcionar), pero si nos ha faltado dinero", explica la directora.
Tabor
Otra organización afectada ha sido el Centro Terapéutico Tabor, quienes ayudan a la población en situación de calle y se encuentran en la "primera línea social". Comúnmente realizaban un concierto a beneficio anual, en el que recaudaban entre 2 a 3 millones pero, pero por las restricciones sanitarias no han podido realizarlo.
Actualmente funcionan gracias a los aportes entregados por el gobierno, que son los que financian programas de apoyo del Servicio Nacional de Menores (Sename) y el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda), pero obviamente no son suficientes.
Lilian Tapia Donoso, directora ejecutiva de la Comunidad Terapéutica Tabor, comentó que a pesar de la disminución sus programas siguen vigentes.
"Hemos mantenido todos nuestros programas, sea como sea hemos podido, pero obviamente nos ha afectado, hay que apretarse un poco el cinturón (…) Este año hemos tenido menos donaciones de personas, no han podido venir por razones sanitarias. También la Despensa Popular nos ha apoyado con cositas. Creo que la solidaridad de la gente se ha notado pero siempre falta, los presupuestos no son tan altos para los trabajos sociales que uno tiene que desempeñar", destacó la directora.
"Recibimos un 20% del monto mensual acostumbrado. Hemos podido cumplir con nuestros beneficiarios gracias a fondos anteriores".
Rafael Bannura, presidente de OncoFeliz
"Hemos mantenido todos nuestros programas, pero obviamente nos ha afectado, hay que apretarse un poco el cinturón".
Lilian Tapia, comunidad Tabor