Un llamado a los rezagados
Es necesario reforzar la comunicación de riesgo a los más jóvenes, pues muchos siguen pensando que el virus sólo es peligroso para los adultos mayores. Un millón de personas están rezagadas en el proceso de vacunación contra el covid, en su mayoría del grupo etario de 50 a 59 años, que es justamente el segmento que más aporta a las UCI.
Chile ya superó los 8 millones de vacunados 70,% con ambas dosis. Un gran logro para el sistema sanitario y para un país que sigue destacando en el manejo de una crisis que sorprendió a toda la humanidad, sin excepciones.
Suele notarse poco, y no faltan los apocalípticos que piensan que todo se ha hecho mal, pero basta mirar la realidad de otros países, del continente que sea, para darse cuenta que en el nuestro la respuesta a la pandemia ha sido de las más oportunas.
Y estas no son loas para el gobierno de turno, que por cierto ha comedido errores, pero también ha tenido aciertos importantes -como asegurar convenios tempranos para la rápida vacunación de la población- sino que es un reconocimiento para todos los que se han involucrado en la lucha contra este virus: Gobierno, ministerios, personal médico, universidades, municipalidades, Carabineros, Fuerzas Armadas, y la propia comunidad, que -en general- y por largo tiempo, ha mantenido las conductas de autocuidado que insistentemente se recomiendan.
Pero, claro, no todo es positivo. En 14 meses de pandemia un millón 200 mil personas han enfermado y casi 26 mil fallecieron. Y estamos atravesando una segunda ola que ha sido más potente y avasalladora que la primera.
Además, y acá hay un punto importante, la percepción de riesgo se ha ido perdiendo y estamos observando una ralentización de los ritmos de vacunación a medida que se desciende en la pirámide etárea.
Cifras del DEIS revelan que a estas alturas un millón de personas están rezagadas en el proceso de vacunación contra el covid, en su mayoría del grupo etario de 50 a 59 años, que es justamente el segmento que más aporta a las UCI. Es decir, los que más se enferman, son los que menos se vacunan.
Es necesario mejorar la comunicación de riesgo a los grupos más jóvenes de la población, a quienes siempre se dijo que si enfermaban, no sería tan grave.
Hoy sabemos que eso no es así, sino que todos, jóvenes, adultos y ancianos, están expuestos si no se protegen. Por eso el llamado es a vacunarse.
Nadie está complemente a salvo con un virus tan traicionero como el SARS-CoV-2.