La tercera pandemia
"Lamentablemente los adolescentes se están transformando en indiferentes incentivadores de la transmisión del virus". Osman Cortés Argandoña, Periodista
Ser joven no significa ser irreflexivo. Todo lo contrario. Fueron los jóvenes los que plantearon los problemas reales de la nación desde esas manifestaciones masivas de octubre del 2019. Son los jóvenes los que siempre han expuesto sus protestas al orden establecido por su misma condición de capacidad de analizar lo que están recibiendo de un sistema de poder que muchas veces se olvida del ser humano que se está formando.
La reforma universitaria fue mundial a fines de los años 60…" fue la sintonía que motivó al Mayo Francés, las protestas en el campus de Berkeley los enfrentamientos en Nanterre y Berlín, las ocupaciones en las universidades Católica de Santiago y Valparaíso, las asambleas en la Universidad de Concepción, la ocupaciones en la Escuela de Comunicación Social de la Universidad del Norte de Antofagasta. Y todos al mismo tiempo". ("El Mundo está Cambiando". Osman Cortés A. Editorial Plural Universidad Mayor de San Andrés, La Paz, Bolivia. Noviembre 2017. 400 páginas).
Esa es la fuerza que posee el denominado Poder Joven en todo el planeta que no tiene relación con lo que se aprecia los fines de semana en toda la nación con "las reuniones sociales" que fomentan los aprovechadores que lucran con los problemas transformando a la irresponsabilidad en la tercera pandemia liderada por los jóvenes.
Irresponsabilidad que conforma una actitud atentatoria contra la comunidad que puede llevar a la muerte a muchos por la contaminación que promueven los de menor edad.
No creemos que los jóvenes se estén descerebrando como ese candidato que propone vender Codelco para "favorecer a los pobres de Chile". (¿El sofá de Don Otto?).
Las convivencias son normales y acrecientan la vida, pero en tiempos normales. La anormalidad se observa en las respuestas de los jóvenes cuando responden a la policía al ser intervenidos en las calles y en fiestas en horas prohibidas.
Los balbuceos inconexos rinden un homenaje retrógrado a todos los jóvenes que alguna vez lo fueron y se sacrificaron por dejar una sociedad más libre, enfática, consciente y desarrollada.
La policía por preocuparse de atender denuncias vecinales de encuentros fortuitos de jóvenes descuida los delitos en ascenso que se cometen en todo el país sobre todo con bandas que contratan a otros jóvenes para robar vehículos. Lamentablemente los adolescentes se están transformando en indiferentes incentivadores de la transmisión del virus demostrando con ello una abismante falta de solidaridad con su entorno.
Puede ser que los mismos adultos sean responsables de esa característica de los jóvenes de hoy, transformándose todo en una consecuencia de una sociedad aletargada donde los derechos humanos de los ciudadanos no poseen importancia. Esta tercera pandemia que desarrolla cada fin de semana la savia joven de la sociedad de la nación es más seria de lo que se podría esgrimir como defensa de lo contrario.
Entendiendo que no todos los jóvenes son responsables de lo que hemos planteado debemos pensar en el futuro del país con ese mañana que deberá ser gobernado por parte de la actual generación incipiente e irreflexiva.