La pelota se mancha
Cuesta entender la insistencia de organizar un torneo en uno de los continentes más golpeados por la pandemia y con conflictos sociales en pleno desarrollo. Pero el covid o los conflictos sociales no se paralizan o silencian ante el grito de gol. Ya no corre la frase de la canción de La Polla Records "Gol en el campo, paz en la Tierra".
¿Cuáles son los intereses detrás de la realización de la Copa América que han llevado a dirigentes de la Conmebol a insistir con la realización de este torneo a pesar del complejo momento sanitario actual?, ¿la alegría de los hinchas compensará los riesgos que están tomando jugadores y cuerpos técnicos?
Cuesta entender que se insista en realizar la Copa América en el continente más golpeado por la pandemia según la OMS. Es como si dirigentes, auspiciadores y las señales televisivas que compraron los derechos de transmisión, vivieran una realidad paralela donde el covid, mientras corre la pelota, entra en una etapa de hibernación.
Pero el covid o los conflictos sociales no se paralizan o silencian ante el grito de gol. Ya no corre la frase de la canción de La Polla Records "Gol en el campo, paz en la Tierra". Muy bien lo saben los jugadores del Atlético Mineiro de Brasil y el América de Cali de Colombia. Su partido por la Copa Libertadores debió ser suspendido en seis ocasiones debido a los gases de bombas lacrimógenas que ingresaron al estadio, mientras la policía reprimía a manifestantes en las inmediaciones. El partido se siguió jugando con victoria para los brasileños, pero eso poco importó a la ciudadanía. Tal vez sí a los auspiciadores y a la Conmebol que necesitan que la pelota, aunque manchada, siga rodando y facturando.
Poco después Colombia terminó de bajarse completamente de la realización de la Copa América y Argentina, con un presidente en el otro extremo ideológico, dio a entender que podía organizarla por sí sola. Chile también se quiso sumar, a pesar de los problemas internos. Pero esta semana la Copa se alejó definitivamente de Argentina ante su alza de casos y terminó momentáneamente en Brasil. Paradójico tomando en cuenta que el de Bolsonaro es uno de los gobiernos más cuestionados por el mal manejo de la pandemia, con 64 mil casos diarios y más de 500 mil muertos por covid acumulados, lo que lo deja en el segundo lugar mundial de países con más fallecidos.
En casi todo el continente los niños no pueden ir al colegio, las bibliotecas y teatros están cerrados y los comercios naufragan en la crisis. Pero como en Roma, los gladiadores deben seguir saliendo a la cancha.