Valentina Fuentes entró como fonoaudióloga al Hospital Regional el año pasado, en medio de la primera ola de contagios del covid-19. Desde ese momento no ha tenido descanso. Actualmente trabaja en el área de rehabilitación del recinto hospitalario.

Junto a otras disciplinas de la salud, como kinesiología, terapia ocupacional o psicología, Valentina ayuda a los pacientes que deben recuperar sus funciones básicas; desde alimentarse, hasta volver a comunicarse, en el caso de que la persona haya estado intubada a causa de un cuadro grave, algo frecuente en los casos más graves del SARS-CoV-2.

¿Cuál fue tu primera visita a Antofagasta? ¿Recuerdas detalles de ese momento?

Tengo muchos familiares acá, así que todos los veranos. Venía cuando se terminaban las clases. Fueron muchos, si me preguntas por detalles, te podría decir las tardes en la playa, las típicas comidas a fines de verano en el McDonald's del balneario, los paseos de domingo al terminal pesquero a comprar el almuerzo, o almorzar ahí. Eso son los recuerdos que tengo desde siempre

¿Por qué decidiste estudiar fonoaudiología? ¿Qué te motivó?

Siempre busqué una carrera que me permitiera ayudar a la comunidad en todos los rangos etarios, por así decirlo. Fonoaudiología es una carrera que brinda apoyo a los bebés desde que nacen, hasta el último de vida de los ancianos. La verdad, esa era mi principal motivación: Contribuir a la sociedad.

¿Cómo ha sido enfrentarte a una pandemia como la del covid?

Fuerte. Los primeros meses fueron súper chocantes. La verdad es que si bien el covid me permitió estar donde más deseaba estar trabajando, de manera personal igual tuve que dejar varias cosas, o pausar algunas cosas de mi vida, que ahora miro para atrás y digo "wow! cómo he crecido estos meses".

¿Qué te ha enseñado esta crisis sanitaria?

Disfrutar las cosas. Disfrutar la vida, cuidarnos y por sobre todo tener autocuidado. Creo que varios profesionales de la salud hemos tenido que estar con licencia un par de días o semanas porque no estábamos acostumbrados a esto. Trabajábamos en modo zombie, en modo avión, y el cuerpo habla. Si hay algún mensaje que puedo sacar de esta pandemia, es escucharte, y darle al cuerpo lo que necesita, no todo en la vida es pega, ni plata.

¿Hay algo que te gratifique más trabajando con los pacientes en rehabilitación?

El hecho de que lleguen en coma y se vayan bromeando o se van enojados porque no se les dio el postre. Pero se van despiertos, hablando. Tenemos harta comunicación con la familia de los pacientes, entonces tener ese mensaje que te dice 'chiquillos, gracias por todo' yo creo que es la mejor paga que me pueden haber dado. Nos pasó hace poco con un paciente que estuvo hartos meses y no repuntaba. Me fui con licencia dos semanas y cuando volví, estaba, sentado y conversando. Ahí me di cuenta de que lo que estoy haciendo, lo amo demasiado, y no lo dejaría por nada.