En medio de un contexto social intenso que ha ubicado al sistema de pensiones como una de las grandes problemáticas a tratar, Criteria publicó un estudio de opinión realizado durante el mes de mayo y que reflejó la opinión de la población antofagastina respecto a la manera en la cual las AFP deberían administrar la propiedad de sus fondos y su accionar durante los retiros del 10% de las pensiones.

Este análisis fue pedido por la Asociación AFP Chile y tuvo como base una muestra de 305 personas residentes en la región, las cuales cubren desde jóvenes mayores de 18 años hasta adultos mayores de 60.

"La asociación siempre busca entender las percepciones y subjetividades de la ciudadanía en relación a distintos temas de opinión y el quehacer de las AFPs. Esto va orientado a conocer la realidad de regiones y darle la información a ellas. No necesariamente en un sentido de confrontarlas con Santiago, lo que sentimos que reduce la percepción de centralismo", señaló Cristian Valdivieso, director de Criteria.

Entre los resultados más resaltables, se destaca que el 96% de los encuestados considera que una reforma previsional es necesaria, así como también un 77% aprobaría que en esa reforma se incluyera una pensión básica universal para las personas en edad de jubilación, independiente de cuántos años hayan trabajado y de su situación económica.

"Puede llamar la atención que las personas en su mayoría acepten la idea de que personas de altos ingresos o patrimonio tengan derecho a una pensión básica universal. Sin embargo, las diferencias sobre la pensión universal podrían hacerse notar al preguntar sobre cómo se financia o si tienen derecho todos, independiente de haber cotizado", analizó el decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Santo Tomás, Enrique Paris.

Estatización

Por otro lado, un 63% de los participantes del estudio indicó estar en desacuerdo con una estatización de los fondos de pensiones, mientras que el 66% considera que el dinero ahorrado en la AFP pertenece a los trabajadores. Viendo el contraste con los datos anteriores, se percibe la intención de asistir a los menos beneficiados por el sistema, pero convencidos de que el dinero pertenece a los mismos contribuyentes.

"Hay una percepción de que la gente quiere que sigan permaneciendo en su propiedad, pero también se pide una mayor participación del estado, al menos tratando de garantizar un piso mínimo. El punto está en cómo se financia este sistema, porque será bien complicado cuando ves que hay tres millones de personas que ya no tienen fondos acumulados tras los retiros del 10%", explicó el economista de la Universidad Católica del Norte, Manuel Pérez.

"El prolongado debate sobre pensiones reforzó la convicción sobre la propiedad de los afiliados sobre los fondos ahorrados por lo tanto no sorprende que la gran mayoría rechace que estos se estaticen, pudiendo entenderse como el cambio de propiedad desde las personas al Estado", profundizó Paris.

Pese a lo anterior, el también académico también ahondó en las razones detrás del 37% que aprobaba una eventual estatización: "Detrás de estas posiciones posiblemente hay dos expectativas, la de quienes están más preocupados de proteger sus ahorros y eventualmente puedan disponer libremente de ellos y los de quienes tienen la expectativa que al estatizar los fondos mejorarán sus pensiones".

Retiro 10%

En lo referido a la evaluación por parte de los encuestados hacia el funcionamiento de las AFP durante el retiro del 10%, esta resultó positiva. Un 72% considera que estas actuaron de buena manera, haciendo todo lo posible para que las personas pudieran sacar sus fondos sin inconvenientes, lo cual puede considerarse una sorpresa considerando los cuestionamientos al sistema de pensiones.

"En su respuesta las personas están diferenciando la crítica que hacen al sistema de AFPs, responsable para ellas de las bajas pensiones, de la forma en que esas empresas prestan servicios. Tal vez sea indicativo que bajo un sistema que mejore las pensiones, muchas personas estarían dispuestas a mantener sus ahorros bajo la administración de este tipo de empresas", concluyó Paris.

"La gente percibe que el dinero está. Lo negativo hubiese sido si la gente tuviera problemas para acceder a su 10%, pero ha podido tenerlo en un periodo de tiempo más o menos rápido. Por otro lado, es un reflejo de que la gente realmente está sin dinero y esto garantiza un poco de confianza en el sistema", agregó Pérez.