Puertos chilenos en la ruta de la droga
Importantes cargamentos, procedentes principalmente de la zona central, han sido detectados en terminales internacionales. De acuerdo a un documento oficial, esta situación podría constituir "en el corto y mediano plazo una real amenaza para el desarrollo económico de Chile, toda vez que puertos nacionales pudiesen comenzar a ser evaluados de alto riesgo".
El volumen y la diversidad de las cargas que moviliza el transporte marítimo hacen que ese medio sea prioritariamente utilizado en el tráfico internacional de droga. Esta realidad ya nos está afectando, pues se ha detectado que importantes cargamentos de cocaína pura que llega a diversos puertos del mundo son enviados desde Chile.
El Observatorio de Narcotráfico, dependiente del Ministerio Público, informa que entre mediados de 2018 y 2019 se han requisado en diferentes terminales marítimos internacionales, 23 mil kilos de esa cocaína en naves principalmente procedentes del puerto de San Antonio.
Este hecho enciende alertas que focalizan, justa o injustamente, sospechas en las cargas despachadas desde nuestro país, lo que, en lo inmediato, supone mayores controles que frenan la entrega de los envíos a sus consignatarios. De acuerdo a un documento oficial, esta situación podría constituir "en el corto y mediano plazo una real amenaza para el desarrollo económico de Chile, toda vez que puertos nacionales pudiesen comenzar a ser evaluados de alto riesgo por parte de las principales economías mundiales".
Reafirmando esta inquietud, el gerente de la Asociación Nacional de Armadores (ANA), Ricardo Tejada, afirma que "cuando al extranjero lleguen cargas provenientes de estos puertos va a ser mucho más fiscalizada, lo que va a significar trabas burocráticas, pues hay desconfianza. Se ven las debilidades de nuestro comercio exterior que permiten que, de alguna manera, la carga sea vulnerada".
Esta situación es grave; hay una pérdida de confianza que, en último término, afecta la competitividad de nuestro país, sus puertos y productos de exportación.
Y esa es la amenaza que enfrentan nuestros puertos y nuestro comercio exterior, en el cual, como dice el ejecutivo de ANA, aparecen "debilidades" que facilitan la vulneración de las cargas. La tarea es, entonces, identificar esas vulnerabilidades, tanto en el despacho de las cargas como en el ingreso, ya que gran parte de la droga de "exportación" procede de otros países del continente, pues Chile no es el productor.
En esa ineludible tarea es clave la coordinación entre los diversos servicios que participan en el proceso de importación y exportación, recomendación de Javier León, secretario ejecutivo del Consejo Regional Logístico (Corelog), intercambiando información y experiencias nacionales e internacionales.
Ante este problema de alcances económicos y sociales hay que considerar que el tráfico de drogas y el consumo mundial asociado ha aumentado en un 22% entre 2010 y 2020, lo que significa un "negocio" de enorme magnitud que recurre a medios cada vez más sofisticados para mantenerse vigente, creciente y rentable. Y entre esos medios no se puede descartar la corrupción de personas e instituciones.