"Este oficio me permitió conocer personas, lugares y formar una familia"
ANTOFAGASTINIDAD. Ricardo De la Peña Toro, reportero gráfico.
Con una trayectoria de más de 40 años como reportero gráfico, Ricardo De la Peña Toro cuenta que su fotografía "regalona" es la paloma, con la cual obtuvo segundo lugar en el concurso que organiza la Unión de Reporteros Gráficos y Camarógrafos de Chile en la Categoría Naturaleza y Medio Ambiente en el año 2005.
Se inició en el año 1980 en El Mercurio de Antofagasta como compaginador de páginas; luego se desempeñó como laboratorista fotográfico y finalmente como reportero gráfico. Además también fue corresponsal para diferentes medios escritos a nivel nacional.
"Se me puede haber olvidado la técnica o el estilo, pero la maña jamás", asegura este reconocido reportero gráfico de Antofagasta.
¿Dónde creció y qué recuerdos guardas de su infancia?
-Soy tocopillano de nacimiento, pero desde los dos años aproximadamente que vivo en Antofagasta, cuando mi madre, junto a mi hermano René nos vinimos a radicar en esta ciudad.
Tengo muchos y bonitos de recuerdo de mi niñez y juventud, por ejemplo cuando mi mamá Fresia y abuela Berta nos llevaban a la pulpería, hoy el actual edificio de la PDI, y cruzábamos a la Plaza Colón, donde veía a esos señores con guardapolvos blanco y sus cajas de madera apoyada en un trípode, eran los fotógrafos minuteros de la época, desde esa época que me entró la curiosidad por descubrir la magia de ese cajón; las jugarretas con amigos del barrio, pichangas abajo del Curvo, donde el último gol gana el partido siendo ya de noche; practicar waterpolo, jugar béisbol, los veranos enteros en el Balneario Municipal.
¿Qué le apasiona de su oficio?
-Todo. Con este oficio me permitió conocer personas, lugares, formar una familia, darle una educación universitaria a mi único hijo. Además que me permitió ganar dos primeros lugares, a nivel nacional, en la Unión de Reporteros Gráficos y Camarógrafos de Chile; formar parte de libros de fotografía y con toda esta experiencia, también la he podido traspasar a niños con Síndrome de Down y capacidades diferentes en talleres de fotografía en Mejillones, siendo ésta una bonita experiencia.
¿Cuál es el espacio de la región que más le gusta?
-Lejos el Balneario Municipal, es "mi playa", la cuido y la limpio todos los años, sacando latas, botellas y un sinfín de otras cosas más de su fondo marino. Es algo que me gusta hacerlo, lo hago con agrado porque dejo mi playa limpia, por lo menos por un rato, porque sé que la gente no cuida.
¿Cuál es la principal enseñanza que te dejaron tus padres?
-Mi madre lo que más me inculcó fue la honestidad, la responsabilidad y cumplir siempre en todo compromiso que adquiriera.
¿Quiénes han sido su inspiración en la vida, a quiénes admiras?
-En lo personal a mi madre, profesora normalista, que educó a dos hijos y tres sobrinos, dándoles a todos la oportunidad de obtener una profesión, y en lo profesional a Tito Cerda Araya, quien me enseñó todo lo que sé de fotografía.
¿Cómo te definirías a si mismo como persona?
-Soy una persona inquieta, desordenado, "busquilla", en el sentido de estar siempre realizando proyectos, buscando cómo simplificar o adaptar las cosas a mi necesidad, todo en torno a la fotografía. Así fue como, después de 40 años de oficio, cumplí mi sueño, construir mi propia cámara minutera y exponerla en el Día de la Fotografía en la Plaza Colón.
¿Cuáles son sus fortalezas y flaquezas?
-Soy una persona optimista, persigo hasta el final mis metas o desafíos, así sean éstos inalcanzables, aunque me demore meses y años para lograrlo. Y las flaquezas, es que soy desordenado, no llevo ningún archivo o registro de miles de fotografías que he tomado en blanco negro, negativo color y digital, siendo que éstas en su tiempo fueron relevantes como por ejemplo el aluvión de 1991, la explosión del volcán Láscar, el terremoto de Tocopilla y así muchas cosas más.