Museo de Antofagasta estudia reubicación de sus instalaciones
CULTURA. Ante deterioro de edificios patrimoniales y riesgo de inundación, nueva administración analiza alternativas.
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El edificio que alberga al Museo de Antofagasta, y que cuenta con 152 años de vida, se enfrenta ante una disyuntiva; resolver una pronta restauración u optar por el cambio del edificio, pues su actual condición y deterioro han aumentado los riesgos de derrumbe. A ello se suma que por ubicación, sus colecciones están expuestas ante los riegos de un posible tsunami.
El inmueble fue construido en Valparaíso el año 1867 y posteriormente armado por primera vez en el Puerto de Mejillones dos años después. Llegó vía marítima a la zona, y al tratarse de una construcción modular, se trasladó a Antofagasta el año 1888 donde funcionó como la aduana hasta 1966.
A lo largo de esos años ha sufrido diversos siniestros, como el incendio que ocurrió en 1980, lo que con el correr del tiempo ha hecho que su estructura esté críticamente dañada.
"Consideramos es un momento importante para analizar la posibilidad de dar una solución al Museo Regional de Antofagasta, y que tiene que ver con que hoy en día usamos edificios que no fueron diseñados para museo y que, sin restarle ningún mérito al valor patrimonial que tienen, nos encantaría tener la posibilidad que la región, pudiese tener un edificio que esté a la altura de lo que significa nuestra historia", enfatizó René Huerta, actual director del Museo de Antofagasta.
Huerta sostuvo que ambos edificios que componen el recinto necesitan un informe técnico de sus estados para definir un plan de conservación que apunte a una restauración parcial o completa.
"Es importante considerar que estar en la zona de inundación otorga un grado de vulnerabilidad a las piezas que se custodian. Por tanto, pensando en este plan de conservación, estamos viendo cuál va a ser la factibilidad de sacar la colección de ahí; mantenerla en un depósito transitorio que cumpla con las normas internacionales para que nos de la seguridad que va a tener todos los elementos técnicos para su conservación", indicó Huerta.
Alternativas
El arquitecto Claudio Galeno, académico de la UCN, sin embargo, sostuvo que el museo funcione en un inmueble que no fue diseñado para tales fines no constituye el principal problema.
"Cualquier edificio debe estar adecuado para recibir correctamente las colecciones, por ejemplo, cuidando la luz solar o la humedad. El edificio también es parte de un conjunto notable que fueron testigos y son la herencia de nuestro período salitrero y de la plata, así que yo no lo movería de donde está, por que juntos suman un conjunto de expresiones de fines del siglo XIX e inicios del XX", indicó.
"Tal vez lo que debiera preservarse de un posible tsunami", afirmó Galeno "serían los depósitos que están en el edificio de la Gobernación, al frente del museo. Podría ser que esa parte se reubicase en altura en algún edificio cercano. Además, se podrían hacer algunos estudios y diseños de mitigación del impacto de un tsunami", manifestó.
Para Alberto Texidó, académico de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Chile y expresidente del Colegio de Arquitectos, el riesgo ante una posible inundación es parte de la historia del país.
"En el norte chileno los tsunamis de 1868 y 1877 fueron una marca importante en el proceso de destrucción de ciudades, como en el caso de Arica, señaló.
Ante ello y en relación a la protección de las colecciones, el destacado especialista indicó que "yo plantearía un sistema de bóveda para material valioso que no se afecte por inundabilidad o la reubicación como una alternativa. En el caso de no hacerlo también sería el resguardo estructural del edificio y la solución en altura, entendiendo que hay olas de tsunami que llegan a cota 11, cota 16, y por tanto ni cuatro o cinco pisos logran solucionar el asunto", cerró.