Correo
Funciones del cargo
La elección de Elisa Loncon como presidenta de la Convención Constitucional tiene una significación simbólica relevante para quienes poseemos identidades no hegemónicas. Es mujer en una posición de poder, cuando lo usual es que no sea así, y además mapuche, pueblo originario en aún peor posición en relación con su acceso a cargos de decisión política.
Pero eso está lejos de ser lo relevante del cargo que ostenta, pues lo que se espera de esa función es promover la moderación, canalizar el diálogo y hacer respetar el marco normativo e institucional que rige la instancia que se preside. En ello, la presidenta no ha dado las suficientes garantías. Basta notar que fue parte de los 34 convencionales que llamaron a extralimitarse obscenamente en sus atribuciones y a desconocer las reglas constitucionales que permiten que hoy sean convencionales. Esperemos que su nueva investidura la haga rectificar y cumplir cabalmente su rol, por el bien del proceso que comienza.
Diego Villalobos León
Pueblos originarios
Hace una semana se realizó con cierta dificultad la inauguración de la Convención Constitucional, proceso en el cual se busca la redacción de una nueva Constitución. En el transcurso de la ceremonia se eligió de forma democrática como presidenta de este órgano a una mujer mapuche llamada Elisa Loncon. Ella es una fiel representante del pueblo al cual pertenece y, al mismo tiempo, gracias a sus vivencias y conocimientos sobre la materia es una persona capaz para ser la portavoz de este proceso tan importante para nuestra nación.
A raíz de lo mencionado, me gustaría destacar cómo gradualmente se ha valorado y considerado a los pueblos originarios de Chile para cargos como el ya mencionado; sin embargo, aún queda un largo camino para alcanzar el respeto e importancia que merecen.
Camila Puentes Sánchez
Inquietud
Hace una semana comenzó la Convención Constitucional. Sin embargo, ¿cómo podemos estar seguros que aquellos constituyentes tienen lo necesario para escribir esta nueva Carta Magna? ¿O será que estos participantes de dicha Convención tienen un equipo detrás de ellos que hacen el trabajo por ellos?
Gabriela Mella
Respeto
De acuerdo a lo expresado por varios convencionales, en el sentido que no se sienten chilenos y que pretenden refundar el país, junto con no aceptar las reglas bajo las cuales presentaron sus candidaturas, creo que es aberrante que se permitan estas declaraciones y nadie se atreva a tomar medidas para resolver esta situación.
Un Chile soberano creó esa Convención y llamó a elecciones bajo esas normas, comprometiéndose a darles todos los recursos necesarios para que desarrollen sus labores, pero muchos de los hoy elegidos dicen no reconocer a Chile como su país y pretenden refundarlo.
Bueno, si es así, este Chile soberano debería quitarles a esos convencionales que no reconocen su país, todos los recursos comprometidos; y a los que queden debería exigirles un compromiso de respetar los orígenes de la nación, partiendo por su himno nacional y todos sus símbolos patrios, para poder continuar con su labor.
Lo que se les encomendó fue redactar una Constitución para Chile y no refundar un nuevo país.
Estenio Mesa
Símbolos patrios
Ahora entiendo por qué la mayoría radical que manda al interior de la Convención no permitió que a un acto oficial del Estado de Chile asistiera el Presidente de la República y tampoco autoridad alguna del Poder Judicial o del Poder Legislativo; por qué no solo no se permitió izar la bandera nacional, sino que ella estuvo completamente ausente en la ceremonia; por qué se pifió el himno nacional interpretado solo por algunos infantes violines; por qué la completa ausencia de todo símbolo que representara a nuestro país; por qué la elección de una presidenta que no representara al Chile de siempre y mayoritario, y el porqué de su discurso "refundacional". Claro, Chile como Estado y como nación debía estar ausente para iniciar la fundación de una nueva nación plurinacional, según esta minoría audaz, violenta y organizada la concibe.
¡Ahora me queda claro! "La hoja en blanco no es la nueva Constitución, la hoja en blanco es Chile". La pregunta que surge es: ¿permitiremos los chilenos, de todas las tendencias, que nos borren nuestro país para imponernos el que sus mentes afiebradas tienen escrito? Está por verse.
Francisco Bartolucci J.