Kristel Köbrich va a sus quintos Juegos Olímpicos con la ilusión de una novata
TOKIO 2020. La atleta nacional ya compitió en Atenas, Pekín, Londres y Río de Janeiro.
Efe
Todos los días el despertador de Kristel Köbrich retumba a las 03:56 de la madrugada: la jornada es larga para la mejor nadadora chilena de la historia, quien a diario combina trabajo físico y mental fuera de la piscina con cerca de 20 kilómetros en el agua en dos turnos de entrenamiento.
Es la misma rutina que cumplía para sus primeros Juegos Olímpicos, Atenas 2004, y que mantiene con idéntica ilusión durante su quinto ciclo olímpico, alentada por del debut que hará en Tokio 2020 su especialidad deportiva: los 1.500 metros libres.
Cuando debutó en unos Juegos, Köbrich tenía 18 años e iniciaba una carrera profesional que hoy se encuentra consagrada, con un oro en los Panamericanos de Guadalajara 2011 en 800 metros, el primero oro de la natación chilena en un torneo de esa categoría, además de múltiples medallas de todos los metales en Juegos Sudamericanos y campeonatos de natación.
Hoy, con 35 años, Köbrich dice que "yo soy una bendecida de poder decir hasta el día de hoy que sigo haciendo lo que me gusta y que adoro: es un honor, un orgullo, representar a mi país".
Los 1.500 metros
La nadadora se clasificó a los Juegos de Tokio en 2019 tras llegar segunda en la prueba de fondo en el TYR Pro Seres de Estados Unidos con una marca de 16:17.92, casi 15 segundos bajo el corte de clasificación.
El entusiasmo por competir en la prueba que más le acomoda es alto y la seriedad de su trabajo es la misma que pone para todos los campeonatos: "Siempre trato de crecer, de ser mejor persona y deportista en cada uno de los Juegos Olímpicos, cada pequeño torneo provincial o regional, no importa, siempre hay distintos aprendizajes".
La pandemia de covid-19, que ha vivido en ciudad argentina de Córdoba, donde reside desde 2003, también le ha dejado aprendizajes: "Hemos vuelto a la esencia de los deportistas, la esencia de los que nos gusta, la razón por la que te levantas de la cama. Si ese objetivo está claro, nada te modifica, ni siquiera el coronavirus"
Disciplina
Durante casi 17 años Köbrich ha trabajado con el mismo entrenador, el argentino Daniel Garimaldi, por quien siente "una confianza ciega" basada en su profesionalismo.
"Ha sido una dupla en que nos hemos podido comunicar y entender bien, tenemos claros los objetivos y los sacrificios, las cosas que tenemos que tener para estar siempre en el alto rendimiento", dijo.
Atenas, Pekín, Londres y Río, todos los JJ.OO. que Köbrich tiene en el cuerpo, sumados a las seis finales mundiales de pruebas de fondo, han sumado en el fortalecimiento físico y psicológico de la nadadora.
"Hay que caerse y hay que levantarse; hay que entender que es un camino difícil, que no es todo de un día para otro", reflexionó.