En la región la mortalidad por cáncer es tres veces mayor en personas con educación básica
SALUD. Antofagasta también presenta la segunda tasa más alta de fallecidos por cáncer en el país, y la mayor en defunciones por casos al pulmón.
Grave. Así se puede definir la situación que Antofagasta vive actualmente en lo referido a los índices de mortalidad por cáncer. Y si bien en gran parte de las autoridades y profesionales de la salud existe un consenso del alto impacto de ciertos tipos de cánceres como la principal causa de decesos, un nuevo estudio del la Fundación Foro Nacional del Cáncer (FFNC) ahondó en las causas socioeconómicas asociadas a pacientes oncológicos.
El estudio del FFNC titulado "Inequidades en Cáncer Chile 2017", afirma que la segunda región tiene la segunda tasa más alta de fallecidos por la enfermedad en el país, con 242,7 defunciones cada 100 mil habitantes. La situación se torna más preocupante cuando se especifica en torno a muertes por cáncer al pulmón, donde Antofagasta lidera con 44 decesos.
Aunque los datos son de hace tres años, estos dan un cuadro muy certero de la situación de Antofagasta en la materia. Aspectos como la contaminación del aire y la herencia histórica de presencia de arsénico en el agua hasta los años '70 propician que la presencia de las patologías oncológicas se mantengan en alza.
"En los cuatro años que han pasado no creo que la situación haya cambiado mucho. Además con la pandemia, muchos de los factores que causan la enfermedad como la mala alimentación o la falta de chequeo se van a exacerbar", advirtió el presidente de la FFNC, doctor Jorge Jiménez de la Jara.
"Con este tipo de estudio, podemos obtener una foto de la situación frente a la mortalidad por cáncer a nivel país y también por cada región. En general, el tener datos actualizados que estén disponibles para hacer los análisis se da de forma muy tardía. Lo ideal sería trabajar con incidencia, pero es complejo", señaló la epidemióloga de la Universidad Católica de Chile y participante del estudio, Paz Cook.
Determinantes sociales
Más allá de lo duras que resultan las cifras, el análisis de la fundación también tuvo un foco social. Esto debido a que también se buscó indagar en cómo algunos determinantes sociales, como la educación, pueden tener un efecto directo en el desarrollo de patologías oncológicas.
En ese sentido, la segunda región muestra un índice de desigualdad relativa (IDR) de 2,715. Esto quiere decir que las personas que solo completaron su educación básica tienen casi tres veces más posibilidades de contraer cáncer que aquellas que llegaron a estudios superiores. Un factor preocupante, considerando que es la cuarta con el mayor índice a nivel nacional.
Al indagar en las causas, los especialistas apuntan a la desigualdad como factor común. En términos concretos, se atribuye responsabilidad a las diferencias en el acceso a información para prevenir la enfermedad, así como también, en las posibilidades de llevar un estilo de vida saludable.
"Estos elementos son afrontados desde temprano por aquellas personas que tienen un nivel educacional más alto. Por lo general tienen la posibilidad de hacer más actividad física, acceso a áreas verdes donde realizarla y mayor disponibilidad de frutas y verduras desde la niñez. Los alimentos sanos suelen ser más caros que otros ricos en grasas, por ejemplo", indicó Cook.
"La inequidad también se ve en eso, porque uno habla de mucha fruta y verdura, lo que es fácil de decir, pero el acceso a ellas depende del nivel socioeconómico. La gente a veces no tiene el dinero suficiente y tiene que alimentarse con lo que llamamos una "pobre caridad", cargándose hacia el hidrato de carbono", agregó el doctor Ricardo Baeza, ex director del Centro Oncológico Norte.
Al problema, añaden, se suman políticas de ayuda social que no han sido eficientes para lograr un mayor cuidado de la población frente al peligro de enfermedades como el cáncer.
"Hay vínculos entre problemas. A menor ingreso, menor calidad de la vivienda y ambiente. Estas variables cambian juntas y son indicadores de un escenario socioeconómico. Es lo que llamamos la desigualdad por línea de equidad, y es un tema que hay que corregir considerando aquellos que reciben menores ingresos", explicó Jiménez.
Soluciones
Para los expertos, entre las propuestas para detener la alarmante tasa de casos y abordar la desigualdad, lo más aceptado es buscar formas de aplicar una descentralización tanto a nivel de tratamientos, como de educación, con el fin de construir una solución acorde a la realidad particular que presenta cada región.
"Debemos preocuparnos que la gente tenga acceso a la actividad física y la alimentación saludable, así como también, a tener conciencia del aire que estamos respirando. Hay que ser enérgicos en analizar cómo está nuestra región objetivamente respecto a la contaminación ambiental y hacernos cargo de eso", subrayó Baeza.
"Hay que dejar de considerar los promedios nacionales, porque suelen ser malos indicadores. Identificar los problemas de salud que afectan a cada ciudad, profundizar el estudio de los factores causantes y ahí tomar las medidas de prevención", profundizó Cook.
"La inequidad también se ve en eso, porque uno habla de mucha fruta y verdura, lo que es fácil de decir, pero el acceso a ellas depende del nivel socioeconómico".
Dr. Ricardo Baeza Centro Oncológico del Norte