Guaneras de Mejillones
El predominio del lucro sobre el patrimonio histórico es una realidad cada vez más severa. El compromiso con el progreso hace que -en general- se tenga una mirada muy benigna respecto a emprendimientos económicos y francamente despectiva con el plano histórico.
Un ejemplo dramático es Mejillones, poblado definido como la "cuna del Chile moderno" por su incidencia en la posesión del Desierto de Atacama en el siglo XIX, pero que aún no posee ningún monumento nacional.
El año 2011 historiadores ligados a "Azotacalles" solicitamos al Concejo Municipal la declaración de "La Caleta" como "zona patrimonial". Motivos: 1.- La explotación de guano blanco en sus costas generó en 1842 la promulgación de la ley que fijó el límite norte de Chile en el paralelo 23. 2.- El descubrimiento de guano rojo por Juan López en el Morro de Mejillones durante 1862 otorgó valor al Desierto de Atacama. 3.- Desde ese lugar salió en 1870 el "Cangalla" Méndez para descubrir el yacimiento de plata "Caracoles" y 4.- En tal lugar fue sepultado el almirante Grau y los suyos tras el Combate de Angamos el 8 de octubre de 1879.
El municipio no tomó ninguna medida de protección. Posteriormente otorgó permiso para la construcción de un hotel. A pesar de nuestras protestas iniciaron los trabajos y mientras cercaban el recinto, se toparon con cuerpos del siglo XIX. Obvio. Era un cementerio.
El año 2017 -ya como Consejo Patrimonial- solicitamos la declaración de una extensa área como "Monumento Nacional Las Guaneras de Mejillones". Aún se está tramitando. No obstante, en forma posterior terceros gestionaron pertenencias mineras en el corazón de La Caleta.
Desde hace 10 años se está pidiendo no intervenir una zona altamente histórica. Sin embargo, en esa década no sólo no se protegido sino se han autorizado construcciones, se han gestionado concesiones mineras y se han permitido -o no se han fiscalizados- movimientos de tierra en zonas pedidas como monumento nacional. ¿Merece Mejillones que su maravilloso patrimonio histórico se siga destruyendo?
Wilfredo Santoro Cerda, Consejo Patrimonial de Mejillones