El deporte chileno en los Juegos Olímpicos
A la luz de los resultados hoy es fácil criticar la falta de medallas o la actuación de quienes llegaron a Tokio. Pero desconocen que prepararse en pandemia no fue fácil, menos en nuestro país. En lo principal, largos confinamientos han impedido que los deportistas pudieran cumplir con un régimen de entrenamiento adecuado para la alta competencia.
Los resultados de los deportistas chilenos, y en general de los latinoamericanos, en los Juegos Olímpicos que se desarrollan en Tokio, salvo contadas excepciones, están lejos de las medallas y sucumben ante el poderío de las potencias europeas. Y ello no debe extrañar, porque en condiciones normales el panorama era similar, pero en pandemia se ha acentuado por razones atendibles.
Es que la expansión del covid-19 ha golpeado con fuerza a esta parte del planeta y muy pocos gobiernos han encontrado las fórmulas para hacerle frente.
En lo principal, largos confinamientos han impedido que los deportistas pudieran cumplir con un régimen de entrenamiento adecuado para la alta competencia. En nuestro país los programas de los deportistas se han visto claramente perjudicados y eso terminó por atentar contra sus opciones de mejorar sus marcas y llegar hasta el podio de los mejores.
Se sabía que la pandemia tendría una repercusión en este tipo de actuaciones, porque aunque los esfuerzos individuales se multiplicaban no eran suficientes.
Los centros de alto rendimiento recién empiezan a abrir sus puertas para recibir deportistas, cuando muchos de ellos ya estaban en plena participación y notaban cómo hoy más que nunca la diferencia para lograr los objetivos se ponía aún más cuesta arriba.
Claramente quienes están en la alta competencia critican que se pudo hacer algo más para que la participación tuviera un mayor éxito. Tal vez una ayuda especial para los deportistas o facilidades para que cumplieran con una preparación mínima para una justa deportiva a la que llegan los mejores del planeta.
Los resultados están a la vista y no faltarán quienes critiquen el nivel de los chilenos y piensen que más que asistir a una competencia lo hicieron como un paseo. Tarea que resulta fácil hacer pero que deja de lado el esfuerzo que sí hicieron por dejar bien puesto el nombre de Chile en el exterior.
No es tiempo de mirar con desdén a quienes participaron o que van a participar en Tokio 2020. Quienes conocen del desgaste físico y emocional de cada uno de los integrantes del team chileno saben que pusieron su máximo esfuerzo y si antes era difícil hoy fue aún peor. Hay que reconocer y estar orgullosos de quienes en estas condiciones se entregaron y pusieron todo de su parte por el deporte de nuestro país.