Habla mujer que salió en libertad tras estar presa por defenderse de su agresor: "Aprendí a no callar"
JUSTICIA. Solo días después de recuperar la libertad, luego de estar un año y siete meses encarcelada, relata las agresiones sufridas, el hecho que desencadenó su condena, sus días en la cárcel y su reacción al ser notificada de su absolución por parte de la Corte de Apelaciones.
Han pasado cinco días desde que Gabriela M. salió en libertad tras pasar un año y medio tras las rejas. Un momento así parecía muy lejano luego de la sentencia del Tribunal Oral en lo Penal de Antofagasta de junio de este año que la declaraba culpable de homicidio frustrado tras acuchillar a su expareja, condenándola a 5 años y un día de presidio.
Este hecho representó el pináculo de un martirio que la mujer había vivido tras una violenta relación con el individuo al que atacó, el cual la sometió a maltratos físicos y psicológicos por más de un año, y que había amenazado con asesinarla el día en que sucedieron los hechos que conforman este caso.
"Yo venía en un proceso para alejarme de él. Habíamos terminado hace un mes y no quería estar más con él, porque al final siempre era lo mismo. Esa noche él me llamó para decirme que me iría a buscar al llegar del trabajo y le indiqué que no llegaría y que vendría al día siguiente en la mañana. En ese momento, se enoja y me dice que soy una mentirosa y que me voy a juntar con otro hombre", relató Gabriela sobre cómo empezó aquel día.
El sujeto efectivamente acudió adonde residía Gabriela cuando ésta se disponía a ir a una junta con amigas. Para evitar mayores altercados, la mujer le ofreció que la acompañara para probar que lo que decía era cierto, pero en el lugar de la junta las cosas comenzaron a tensionarse aún más.
"La noche anduvo sin problemas hasta que me llega un mensaje a mi teléfono y él lo leyó. Era de un amigo, con el que habíamos salido hace una semana y me escribió algo como "qué bien lo pasamos, se tiene que repetir" y él comienza a insultarme e interrogarme sobre quien era. La discusión continuó afuera y me pegó una cachetada", contó.
Gabriela logró huir a su casa de regreso, siendo perseguida por el hombre. Una vez allí, este comenzó a tirar piedras exigiendo que Gabriela saliera. Tras tratar de calmarlo sin éxito por teléfono y recibir la amenaza de que sería asesinada, ella decidió salir con un cuchillo.
"Nunca tuve la intención de herirlo y pensé que si me veía con un cuchillo se asustaría y me dejaría tranquila. Cuando salí y me ve, comienza a reírse y me pregunta: "¿qué vas a hacer con ese cuchillo?". Me agarró del brazo y comenzamos a forcejear hasta que logró quitarme el cuchillo. Yo lo empuje y corrí, él me grita y cuando me volteé a mirarlo, veo como se cae al piso y que la polera blanca que traía tenía una mancha de sangre", dijo Gabriela.
Tras el hecho, ella trató de pedir ayuda a conductores que pasaban por esa calle, hasta que eventualmente uno llamó a Carabineros. La detuvieron y la llevaron a tomar declaración.
Libertad
19 meses pasó Gabriela en prisión, y además fue condenada en junio de este año por el Tribunal Oral por homicidio frustrado, a 5 años de cárcel. Pero hace una semana la Corte de Apelaciones de Antofagasta acogió el recurso de nulidad presentado por el defensor penal público Hugo León, el cual acreditó el historial de violencia que sufrió en esa relación, además de comprobar que el ataque fue en defensa propia tras las agresiones de su expareja.
Tras todo el calvario vivido en este tiempo, ella reflexionó sobre lo que vivió en la cárcel y lo que espera en el futuro próximo luego de volver a estar en libertad.
Fue condenada, ¿pensó que recuperaría su libertad?
-Enterarme que fui condenada me trajo una depresión. En la sentencia me acusaron indicando que las cámaras habían registrado el momento en que supuestamente lo apuñalé y no fue así, y toda la información en textos, en testigos, todos sabían que me golpeaba nada de eso valió, porque él con su relato dio vuelta todo, me acusó de todo lo que él hacía. Una vez me dijo que si no estaba con él, no estaría con nadie y creo que eso quiso cuando inventó todo lo que inventó para que fuera a la cárcel.
¿Cómo fue su tiempo en la cárcel?
-Estuve mal. Fueron un año y siete meses que estuve allí. Solo recibí visitas de mi hermana y la señora que me recibió cuando llegué de Bolivia. Pero ahí adentro no hay nada, no tienen encomienda y no hay acceso a confort, shampoo o alimentos. Al principio pensaba en él, preguntaba cómo estaba. Después del incidente le preguntaba si estaba bien, pero él no quería hablar conmigo.
¿Su familia supo lo que le había pasado?
-Mi mamá se enteró al mes que yo estaba detenida. Yo no le quise contar porque ella es una persona mayor y no la quería preocupar, pero ya con el tiempo se dio cuenta que no respondía las llamadas y una compañera de trabajo le terminó por confirmar que estaba presa, fue ahí que decide enviar a mi hermana a apoyarme desde Bolivia. Antes de eso, estuve dos meses en plena soledad. Eso fue lo peor, porque una cosa es estar lejos de tu familia, pero estar lejos y estar en la cárcel es horrible.
¿Qué lecciones se aprenden de esta experiencia?
-Se aprenden los errores. Una no siempre se da cuenta, porque tiene que pasar algo malo para caer en cuenta. Pero lo principal que aprendí fue a no callar. Hay que avisar a la justicia lo que está pasando, porque uno se aguanta y se aguanta y van pasando muchas más cosas y se llegan a extremos muy complicados. En mi caso, yo no le hacía caso a nadie más que a él. Yo no podía hacer nada, pero él siempre era libre de hacer lo que quisiera.
¿El hecho de que le dieran la libertad la sorprendió?
-Cuando me avisaron que me absolvieron yo no lo podía creer, pensé que estaban bromeando, le dije que por favor no jugara con mis sentimientos y ahí me dicen que es cierto. Y así como estaba vestida salí, me fui con lo puesto. En el momento en que salí de allí dejé cosas y no creo que las vuelva a buscar.
¿Y qué viene ahora para usted?
-Quiero empezar de cero, quiero volver a empezar quizás en su momento una nueva relación, pero distinta, no cometer los mismos errores de antes si no hay respeto, no se puede seguir.
Si tuviera que darles un mensaje a quienes la condenaron ¿Qué les dirías?
-Que tenían que haber revisado mejor el caso. No vieron el teléfono en donde él me amenazó, ni la cámara donde salían los hechos. Ni hablar de los fiscales, a quienes solo les interesa que la persona sea culpable para meterla en la cárcel. No se preocupan de los motivos ni de lo que pasó en verdad.
"Así como estaba vestida salí, me fui con lo puesto. En el momento en que salí de allí (la cárcel) dejé cosas y no creo que las vuelva a buscar" "Tenían que haber revisado mejor el caso. No vieron el teléfono en donde él me amenazó, ni la cámara donde salían los hechos"
Defensoría penal pública
Esta entrevista fue publicada gracias a la gestión de Comunicaciones de la Defensoría Penal Pública. Se prefirió mantener en reserva el rostro y el apellido de Gabriela, quien ahora busca rehacer su vida.