Nuevo plan para evitar colisión de barcos con cetáceos en Mejillones
MEDIOAMBIENTE. Estudio desarrollado por ONG Cifamac sugiere un corredor de ruta y velocidad menor a 10 nudos para buques que ingresen a la bahía.
Es la primera zona en Chile que busca regular el alto tráfico marítimo de la bahía. De acuerdo a los registros estadísticos, cada año, en Mejillones se producen entre 17 colisiones de grandes cetáceos con buques mercantes que ingresan a los terminales portuarios que operan en Mejillones. Entre octubre del 2020 y julio del 2021, la ONG del Centro de Investigación de Fauna Marina y Avistamiento de Cetáceos (Cifamac) registra siete colisiones, tres de ellas al interior de la bahía y el resto cerca de la península, en un área de 40 kms.
Por ello, y en un trabajo inédito en el país, Cifamac presentó a las autoridades del vecino puerto, el capitán de puerto de Mejillones, Marcelo González y el alcalde de la ciudad, Marcelino Carvajal, entre otros, una propuesta voluntario de regulación del tráfico marino que busca disminuir las muertes de cetáceos por colisiones.
"Son más de 5 años que estamos trabajando para colectar la mayor información posible de distribución de ballenas en Mejillones para saber cuáles son sus zonas de preferencia y junto con la ayuda de Great Whale Conservancy hemos diseñado este código voluntario de entrada y salida para buques mercantes en la bahía", señaló Ana García, investigadora e integrante de Cifamac.
Y la autoridad marítima acogió favorablemente la propuesta, lo que significa un primer paso para informar a los terminales portuarios, compañías navieras y capitanes mercantes que existe presencia de ballenas en Mejillones y que deben reducir, voluntariamente, la velocidad a menos de 10 nudos, evitando así ojalá su colisión. La propuesta fue bien acogida por las autoridades del sector.
"El gobernador marítimo tiene que terminar de evaluarlo", señala García, "Para de ahí compartirlo con las navieras y los terminales portuarios para sea acogido por las compañías y que les informen a los capitanes de los buques antes de entrar a la bahía. Tienen que darle la pauta que hay un código voluntario y se recomienda reducir la velocidad y que ojalá sigan la ruta. Es una propuesta voluntaria, pero al momento ha tenido muy buena acogida y todos están dispuestos a llevar adelante", sostuvo la investigadora.
De acuerdo a lo informado, la industria Enaex ya alertó a su buque de la existencia del código voluntario de entrada y ya su buque carguero de amoniaco navegó a menos de 10 nudos de la bahía.
"punta del Iceberg"
Para el doctor en ciencias naturales Guillermo Luna, académico del departamento de Biología Marina de la UCN, sede Coquimbo, la implementación del código en la bahía mejillonina resulta alentadora, toda vez que las muertes de cetáceos por colisiones, son solo una parte de un problema mucho mayor.
"Es bastante serio a nivel global. Lo que sucede es que las cifras que conocemos son solo una pequeña fracción de un número desconocido mucho mayor. Muchas colisiones de estos grandes barcos, pasan inadvertidas, no son reportadas porque los cuerpos heridos de los mamíferos se hunden al fondo del mar. Los animales que vemos muertos en las costas son solo la punta del iceberg", sostiene Guillermo Luna.
Un estudio de la UNCTAD publicado el 2019 describió el sostenido crecimiento del alto tráfico marítimo a nivel global. Entre el 1970 y el 2018, el factor de carga aumentó un 4.4% anual. El número de buques, aumentó de 85 mil a 95 mil entre los años 2008 y el 2019.
"Además el tamaño de los buques aumentaron y son tremendas embarcaciones. Todo eso tiene consecuencias globales como el aumento de la contaminación, la introducción de especies invasivas en otros ecosistemas y el aumento de la contaminación por ruido en ambientes acuáticos que confunde a los grandes animales marinos.
"Se estima que, aparte de las ballenas existen alrededor de 75 especies que presentan colisiones con buques. Tiburones, lobos, nutrias, tortugas, manatíes, marsopas. Por eso que la iniciativa que promueve Cifamac de cambiar las rutas y de disminuir la velocidad de los grandes busques es muy positivo porque disminuye el riesgo de colisiones, pero también la emisiones de gases invernadero y la contaminación acústica submarina", indicó el académico.