El Renacimiento de la Democracia
Dra. Francis Espinoza F. Académica UCN
Dos documentos internacionales aparecieron en marzo de este año analizando el renacimiento de las democracias en el mundo. En el informe "Global Trends 2040. A more contested world" ("Tendencias Globales 2040. Un mundo más disputado") , el gobierno de Estados Unidos, en su escenario 1 sobre el Renacimiento de las Democracias, precisa que es urgente la necesidad de mejorar los niveles de transparencia, aumentando la rendición de cuentas a nivel internacional para así alcanzar la tan ansiada confianza pública. Estos esfuerzos ayudarán a revertir años de fragmentación social y restaurar un sentido de comunitarismo cívico. Por su parte, el estudio "Global Trends 2030. Challenges and choices for Europe" ("Tendencias Globales 2030. Desafíos y Elecciones para Europa") plantea que la sensación de cómo se sienten los/as ciudadanos/as respecto al rol de su Estado en el mundo, en contextos más contemporáneos, permea su identidad. Esto se víncula con el desarrollo de regímenes populistas y la sensación de pérdida de importancia o de poder a nivel global.
No sólo el desarrollo de populismos es lo que se estudia en el renacer de nuevas democracias, pese a que autores/as estadounidenses y europeos/as vienen analizando el derrumbe de las democracias hace un rato. Ya decía en otras columnas que Steve Levitsky y Daniel Ziblatt en su libro Cómo mueren las democracias (2018) se refieren a que la agonía en los sistemas democráticos no está dado en la actualidad por revoluciones o golpes de estado, sino por gobernanzas populistas que erosionan las instituciones. De manera complementaria, la periodista estadounidense Anne Applebaum (El Ocaso de la Democracia. La Seducción del Autoritarismo, 2021) analiza el surgimiento del populismo, opuesto a la democracia sana, en la debilidad de las instituciones estatales y la mediocridad política. Esta 'baja política', en contradicción con la alta discusión de la 'polis', es entendida en cómo se ejercen las gobernanzas, los liderazgos y el poder de los partidos políticos en las tomas de decisiones de las naciones-estado.
La pregunta que subyace a esta 'Edad Media' de la política (como época de oscurantismo), es cuándo y cómo podremos ver un florecimiento de las democracias. Es importante entender que la construcción de lo político y del/la sujeto político van más allá de las concepciones tradicionales de Occidente sobre una buena democracia. En el caso del documento gringo, la recuperación de la hegemonía estadounidense como un modelo global de democracia constituye el estereotipo a seguir y las antidemocracias están representadas por Rusia y China. Esta argumentación última es el 'lugar común' que nos hemos venido 'comiendo' desde el supuesto triunfo de las democracias capitalistas y la caída abrupta de la Cortina de Hierro. Sin embargo, no podríamos vivir en una eternidad sin historia y en estos supuestos de Guerra Fría. El mundo avanza, el Covid-19 ha transformado los sistemas democráticos en 'dictaduras sanitarias' y la ciudadanía emerge con un nuevo actorazgo político que transforma la lucha de los derechos humanos en peleas de dignidad y buen trato cívico-ciudadano.
Mientras en el planeta se analiza el éxito de las democracias asociadas a la buena gobernanza del Covid en regímenes sanos como Noruega, Islandia, Suecia y Nueva Zelanda (Democracy Index, 2020), en Chile todavía estamos pegados/as en los retiros del 10%, las acusaciones constitucionales en contra de ministros, las discusiones valóricas sobre el aborto y el excesivo normativismo en las discusiones sobre el Estallido Social y sus consecuencias. Es lógico que nos de una fatiga de discurso cuando las preocupaciones de los/as ciudadanos/as son más tangibles y pragmáticas. La investigadora argentina Yanina Welp (2017) se cuestiona el real interés de los liderazgos por la ciudadanía y el respeto a los derechos humanos.
Particularmente siento que para pensar en un verdadero renacimiento de nuestra democracia criolla, debiéramos elevar las conversaciones hacia espacios de mayor trascendencia y preocupación de la ciudadanía como la recuperación económica, la justicia y cohesión social y el trato digno del Estado y sus instituciones. En resumidas cuentas y como lo dije en la columna anterior, una gobernanza inteligente debiera llevarse a cabo a través del ejercicio de un poder benigno, ético y responsable ('force for good', Aggestam, 2008; Barbé & Johansson-Nogués, 2008; Pace, 2008).
"Siento que para pensar en un verdadero renacimiento de nuestra democracia criolla, debiéramos elevar las conversaciones hacia espacios de mayor trascendencia y preocupación de la ciudadanía como la recuperación económica, la justicia y cohesión social y el trato digno del Estado y sus instituciones".