El compromiso con el medio ambiente
La minería se ha sumado a los esfuerzos por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en sus operaciones y de este modo disminuir el impacto ambiental. Nunca es tarde y si en un momento la política extractivista, per sé, se percibía como una de las más dañinas se debe reconocer que en la actualidad el compromiso es distinto .
Tras los últimos informes respecto al cambio climático y a las razones antrópicas resulta importante destacar el compromiso de nuestras autoridades gubernamentales respecto a lo que se debe hacer para reducir las emisiones que están provocando daño ambiental. Mismo compromiso al que se están sumando las grandes industrias, principalmente, las del rubro minero que son las que tienen operaciones mayores en la zona.
Uno de los puntos es que cada día se avanza en el uso de agua salada o desalada en sus procesos productivos. Incluso hay mineras que ya no recurren a los afluentes continentales y que la necesidad la satisfacen en su totalidad con el recurso proveniente del mar.
Y las que aún no lo hacen ya están avanzando en planes para lograrlo. Por ejemplo, Codelco tiene estipulado que antes de fin de año licitará la construcción de una planta desaladora la que mediante kilómetros de tubería traerá agua de la costa hasta las faenas del distrito norte, en un megatrabajo de ingeniería.
BHP sumará otra planta y estima que de aquí al 2030 podrán estar cien por ciento abastecidos con lo producido por sus desaladoras.
Pero estos esfuerzos no se detienen allí, también van orientados a reemplazar el uso de combustibles fósiles en la producción energética para sus faenas por fuentes limpias.
Mineras como El Abra y Zaldívar están 100% abastecidas con fuentes renovables no convencionales. Mostrando que es posible lograrlo, desafío al que también suscriben otras operaciones de mayor envergadura que se energizan mediante fuentes lumínicas y eólicas.
Y a estos compromisos se suma la llegada de vehículos eléctricos, los que en etapa inicial están destinados al traslado de personal y a tareas menores, pero que en el corto plazo se apuesta a contar con otros de mayor tonelaje para destinarlos a faenas extractivas.
La minería no se quiere restar de esta lucha por el cuidado al medioambiente e invierten en iniciativas revolucionarias cuyo único fin es cuidar la casa común que es nuestro planeta.
Nunca es tarde y si en un momento la política extractivista, per sé, se percibía como una de las más dañinas se debe reconocer que en la actualidad el compromiso es distinto y se alinea con lo exigido por los mercados internacionales. La huella de carbono y el impacto ambiental ahora es tan importante como entregar un buen producto final.