"Podemos hacer una región tan grande como el tamaño de nuestros sueños"
ANTOFAGASTINIDAD. Freddy Arteaga Valdés, presidente Rotary Club Antofagasta
Está muy orgulloso de la familia conformada por su esposa Adriana, matrona y su hijo Freddy, doctor en Medicina Interna. En ambos, el antofagastino -criado en el barrio de calle Copiapó- Freddy Arteaga Valdés (61) destaca la enorme vocación por la salud pública. De hecho, trabajan en consultorio de atención primaria- CESFAM.
¿Qué recuerda de la infancia y de la crianza que le entregaron sus padres?
-Muchos, esencialmente de mi madre que nos crió, quien me incentivó a realizar deporte desde muy niño; a estudiar. De hecho soy primera generación de mi familia con título profesional universitario, gracias a su trabajo y esfuerzo. Mantengo muy vivo los recuerdos de cuando nos llevaba a las matinés rotativas del cine y disfrutábamos con mis hermanos, de los sándwich, golosinas y bebidas. También las salidas a la playa…eran unos verdaderos picnic. Son momentos imborrables de la cercanía con mi madre.
¿Cómo era la ciudad de antaño?
-La recuerdo como una ciudad con muchas carencias, en especial, con el tema del agua potable. Solo disponíamos de ésta dos o tres veces a la semana. Eran tiempos complejos desde el punto de vista sanitario. Fue así como los antofagastinos comenzamos a construir una ciudad fuerte, que se forjó con muchas dificultades. Gracias a eso hoy podemos tener una gran ciudad, con la misión de seguir desarrollándola.
¿Cómo empezó en servicio público?
-Fue la formación que recibí en el Colegio San José, forjó mis deseos de servir. A fines de los años 80, en mi calidad de tecnólogo médico, trabajé para una ONG de la Comunidad Económica Europea a cargo de un programa de salud y desarrollo comunitario. Luego, desde la Intendencia, don Blas Espinoza me invitó a trabajar a cargo del Departamento Social. Posteriormente, ingresé al Gobierno Regional. Hoy trabajo en el Consejo Regional como Coordinador de la Asesoría Técnica de la Secretaría Ejecutiva. Durante muchos años me he preparado para desempeñar de manera eficiente mis responsabilidades.
¿Cómo se definiría como persona?
-Soy bastante estructurado, organizado y muy estudioso. Casi todo lo tengo que planificar. A veces me altero un poco cuando las cosas no están completamente ordenadas. El ser organizado y planificado me juega a favor, porque me permite adelantarme frente a algunas situaciones, pero también en contra cuando me encuentro con personas que no tiene la misma manera de gestionar. Afortunadamente, tengo la capacidad de entender que no todos operan igual. Soy una persona que le gusta compartir con amigos. Con mis compañeros sanjosesinos de la Generación 77. Soy muy deportista, de hecho sigo practicando voleibol con mis amigos.
Hoy eres presidente del Rotary Club Antofagasta ¿qué significa ser rotario?
-Significa esencialmente estar dispuesto a servir a los demás. Nos caracterizamos por ser personas tolerantes, comprometidas y que estamos convencidos de que a través de la amistad se puede hacer servicio a nuestros semejantes. Rotary es una institución dinámica, resiliente, capaz de levantarse ante las dificultades y seguir sirviendo para cambiar vidas.
Alguna experiencia que destacar de su carrera como rotario.
-Hace 15 años que soy Rotario y tengo la fortuna de ser el Amigo Rotario de la Escuela Especial "Juan Sandoval Carrasco" E-77 de Antofagasta. Es un privilegio que ha brindado la vida, el ser parte de esa maravillosa comunidad educativa que brinda un espacio de desarrollo e integración tan mágico a niños, niñas y jóvenes con capacidades diferentes.
La pandemia nos ha golpeado fuerte, ¿cree que se podrá sacar algo positivo de todo lo provocado por este virus?
-Lo positivo es la innegable cercanía que se produjo con nuestras familias. Empezamos a volver a reflexionar que el trabajo es un medio y no un fin; y que el fin siempre es la familia. Lamentablemente, en esta vorágine laboral muchas veces se nos olvida a nosotros y a quienes nos emplean. Esta pandemia nos convoca y obliga a valorizar la vida. En este escenario adverso además volvió a aflorar nuestro espíritu solidario y gregario. Comenzamos a valorar la importancia de saludarnos; de sentirnos cerca con nuestros familiares y amigos; darnos cuenta de que había una sociedad muy carenciada para muchos oculta y que hoy se reveló con claridad y contundencia con esta crisis sanitaria.
¿Cómo vislumbra el futuro de la ciudad y de la región?
-Yo creo que podemos hacer una región y una ciudad tan grande como el tamaño de nuestros sueños. Creo que debemos darnos la oportunidad de soñar con una paleta completa de colores. Veo una región potente desde el punto de vista económico, pero que su riqueza no alcanza a todos.
¿Y cuál es su sueño para la región?
-Sueño con una región vivible, inclusiva, solidaria y dispuesta a servir a sus semejantes, que en su crecimiento y desarrollo, respete todos los aspectos de quienes se han comprometido a hacerla más grande. Con liderazgos que pongan primero a la región y su gente, con el ánimo de servir a nuestra gente para cambiar sus vidas.