Ansiedades políticas
Dra. Francis Espinoza F. Académica UCN
Hace años que mis análisis políticos vienen recogiendo las corrientes psicológicas de la teoría contemporánea y las expresiones emocionales (Emociones Política, Martha Nussbaum, 2014) y afectivas (Democracia Afectiva, Walter Riso, 2019) de los/as sujetos políticos. La construcción de sociedades con democracias sanas requiere de la consideración empática de los estados psico-sociológicos que experimentan los/as ciudadanos/as a raíz de las tomas de decisiones por parte de las elites que gobiernan. Finalmente, un/a presidente/a y sus instituciones gobiernan para un país que puso su confianza en esa institucionalidad a través de un voto.
Más allá de las emociones típicas como el amor, el odio y la ira, los estados mentales también juegan un rol fundamental en el quehacer teórico y práctico de la política. En Relaciones Internacionales, los conceptos de ansiedad y trauma se han puesto de moda. Ambos desarrollados en el trabajo del sociólogo inglés Anthony Giddens (1994) sobre seguridad ontológica. Según su punto de vista, los/as individuos evitan la experiencia paralizante de la ansiedad a través de una serie de prácticas ritualizadas como discursos determinados y rutinas. Así por ejemplo, frente a los resultados preocupantes de la encuesta CEP sobre la mala valoración del Ejecutivo (11% de aprobación), el ministro vocero de Gobierno, Jaime Bellolio, afronta el trauma con expresiones de un exceso de autocrítica (EMOL, 15/09/2021). Esta vez no se intenta denostar al 'mensajero', sino más bien dar la señal de que la ansiedad es resuelta a través de un mea culpa. Posiblemente esto sólo ocurra en el discurso, pero no en la evidencia empírica.
Un efecto ansioso que también provocó la encuesta CEP fue el análisis de los comandos políticos de los/as presidenciables. Mientras que Gabriel Boric y Sebastián Sichel sacaron cuentas alegres, Yasna Provoste, José Antonio Kast y Marco Enríquez-Ominami prefirieron señalar que todo aún está por verse. En teoría política, los guarismos constituyen un argumento complejo y simple a la vez para posicionar a un/a candidato/a en función del número de votos o lo que comúnmente se denomina 'con calculadora en mano'. Esto es simplemente la 'tiranía de los datos'
Se entiende por seguridad ontológica aquel sentimiento humano de confianza hacia nosotros/as mismos, el resto de la gente y las instituciones que nos representan. Cuando estas últimas no están a la altura o no cumplen con las expectativas del pueblo, la ansiedad política se genera provocando traumas y decepciones. Una preocupación fundamental que también arrojó esta semana la encuesta CEP es la crisis de confianza que experimenta el país hace un par de años y que estaría frenando el avance de Chile, según la Presidenta del Consejo para la Transparencia (CPLT), Gloria de La Fuente (El Mostrador, 15/09/2021). Este fenómeno constituye una de las variables fundamentales que explicarían el 18/O del 2019 y toda la desobediencia civil (David Henry Thoreau, 1849) que se viene generando hace rato, sobre todo en esta 'ciudad Estallido Social'.
Los trabajos más contemporáneos de Thomas Hobbes, Jacques Lacan y Anthony Giddens dan cuenta de la relación entre ansiedad, populismo y trauma. De esta manera, lo lógico que podríamos pensar es que a una ciudadanía ansiosa e inclusive histérica, un líder populista se transforma en el remedio para el mal. Sin embargo, el advenimiento del Antropoceno ha tenido un impacto tanto en las mentes como en los cuerpos de las poblaciones. La erudición crítica en las relaciones internacionales ha reconocido desde hace mucho tiempo la influencia histórica de las imaginaciones occidentales racializadas en la formación del conocimiento disciplinario sobre lo que constituye un/a 'sano'. Así, si hacemos una operación deconstructiva al revés, invirtiendo las jerarquías (Derrida, 1998), podríamos asegurar que un liderazgo populista enferma a la población y la llena de traumas y ansiedades políticas. Tenemos claros ejemplos en Jair Bolsonaro en Brasil, Donald Trump en Estados Unidos y el Primer Ministro de Hungría Viktor Orbán, sólo por mencionar algunos.
El Covid-19 ha impactado seriamente la salud mental de la ciudadanía, la cual ya venía en bajada desde períodos anteriores al 18/O. Las ansiedades políticas se han ido incrementando con el mal manejo o gobernanza tardía de la pandemia, la preocupación de muchos es que los traumas acumulados hagan estallar un nuevo descontento ciudadano. Así como el populismo enferma, la gobernanza empática, transparente y ética logrará sanar las preocupaciones políticas de la ciudadanía.
"Se entiende por seguridad ontológica aquel sentimiento humano de confianza hacia nosotros/as mismos, el resto de la gente y las instituciones que nos representan. Cuando estas últimas no están a la altura o no cumplen con las expectativas del pueblo, la ansiedad política se genera provocando traumas y decepciones".