Dispar balance realizaron los ramaderos en Antofagasta
INVERSIÓN. Locatarios manifestaron que no lograron grandes ventas tras las celebraciones, pese a la alta afluencia de público durante las tres jornadas.
Transcurridos tres días desde la apertura de las ramadas en Antofagasta, comienzan los balances en torno a la celebración patria que este año se concentró en el sector norte de la ciudad.
Opinión dividida existe entre los ramaderos de La Chimba, respecto a lo sucedido durante estos días, ya que, a pesar de tener una gran afluencia de público, no todos alcanzaron las ganancias esperadas tras el retorno de las actividades de Fiestas Patrias, que fueron suspendidas en 2020 producto de la pandemia.
Es el caso de Mónica Valenzuela del stand de juegos típicos "Cine Entretenido", quien, tras dos años sin trabajar, considera que esta oportunidad fue muy beneficiosa, a pesar de las restricciones sanitarias y el toque de queda.
"La verdad es que me ha ido bien y ha venido harta gente, no pensé que iba a ser prácticamente normal. Yo trabajo en el otro costado en Ruinas de Huanchaca y es primera vez que trabajo aquí, y a pesar de que todo se hizo a última hora, gracias a dios me ha ido bien", comentó la emprendedora.
Aforos
Distinta fue la situación para los stands de comida, que, debido básicamente a los aforos dentro de sus locales, vieron mermadas sus ganancias en comparación a años anteriores. Este es el caso de Eliot Vilca, de la cocinería "Toque de queda", quien, pese a no tener las ganancias esperadas, agradece poder ser parte nuevamente de esta iniciativa.
"Ha sido bastante la congestión de público, si tú te fijas, cada mesa tiene mínimo un metro de distancia y tratamos de que no se aglomere la gente por acá. Así como Dios te atribuye también te quita, y hay que ser igualmente agradecido. Esta es una oportunidad que se nos da y hay que aprovecharla al máximo, es una experiencia más", puntualizó el pequeño comerciante.
Situación similar fue la vivida por los chicheros, que cada año llegan desde Los Andes, quienes en esta oportunidad debieron instalar sus stands en el mismo terreno de las ramadas, debido a que no contaron con los respectivos permisos para instalarse en el lugar que lo hacía habitualmente. Esto, indican, les perjudico en las ventas, debido a que se transformó solo en un punto de paso y no de venta directa como en años anteriores.
"Es complicado por el hecho de que a las ramadas viene mucha gente a consumir, no viene con el propósito de llevar. El tránsito allá de nosotros era de compra y ya no es lo mismo porque a la gente no le gusta andar con un bidón colgando", señaló Luis Campos de Chichas Pincetty.
Sumado a esto, el hecho de que no se permitieran las degustaciones de licores, por protocolo sanitario, consideran fue otro punto que incidió en la baja de las ventas.
"Se recupera poco porque este año vino muy poca gente, lo que a nosotros nos perjudico fue la cuestión de la prueba, como estos años no pudimos dar degustación de los licores que traíamos la gente no compraba", indicó Marcela Hernández, dueña de chichas La Pelolais.