De lechugas a frutillas: la consolidación de los agricultores del "Barrio Hidropónico"
ECONOMÍA. En Altos La Portada más de 100 agricultores proveen de hortalizas al mercado local.
Jorge del Barrio observa lo que ha construido. Hace siete años que llegó a Altos La Portada, donde ahora tiene tres invernaderos y cultiva lechuga en pleno desierto usando hidroponía. Antes vivía en el sector del "Kilómetro 12", frente a la planta de aguas servidas. En ese lugar tenía una casa que ocupaba los fines de semana, donde también cultivaba, pero afirma que era solo un hobbie. El trabajo principal de Jorge era ser constructor. Previamente, comenta, no se preocupaba de los números. Solo invertía en la parcela. "Ahora estoy casi por pensionarme. Esto lo estamos tomando como un negocio, para posteriormente subsistir, para complementar la pensión", explica sus planes a futuro.
"Aquí yo creo que en todo este asunto debe haber unos $15 a $20 millones invertidos, solamente en invernadero. Fácilmente hay $80 millones invertidos", dice Jorge, mirando al interior de sus invernaderos.
Cuenta, además, que tiene cuatro almacenes fijos como clientes a los que abastecer todo el año. También vende sus productos a comerciantes de La Vega de Antofagasta. Mensualmente, calcula, tres mil lechugas, pero dice que tiene capacidad para producir hasta seis mil. Cada unidad cuesta $700.
Lechugas de medio kilo
A la salida norte de Antofagasta, 120 agricultores desafían la aridez del desierto, y cultivan diversos frutos en base a hidroponía en las 100 hectáreas que ocupan.
Dolores Jiménez, presidenta de la Asociación Gremial de Agricultura Altos La Portada, explica que el proyecto comenzó el 2005, "cuando Bienes Nacionales nos entregó tres hectáreas para hacer el piloto. Luego el 2011 nos entregó la concesión por siete años, y el año el 2017 nos dieron 25 años la concesión a largo plazo".
Una de las hortalizas que más cultivan son las lechugas. Por ejemplo, Elba Baptista y su pareja, Carlos Ledezma, llegaron el 2012 al sector. Ledezma, agrónomo de profesión, se dedica a lo técnico, en tanto Elba se encarga del área comercial.
"Estudié agronomía. Toda mi familia es minera. Estudié en la Universidad Católica del Valparaíso, y volví a mi tierra", explica Carlos, mientras muestra uno de los dos invernaderos que miden 1.600 metros cuadrados y donde cultiva solamente lechuga. "Es lo que más vendemos", dice.
Elba cuenta que tiene los mismos clientes desde hace 28 años, cuando cultivaba en La Chimba. Todos son de Calama, la mayoría del Terminal Agropecuario. "Para allá se va todo. Y de ahí se distribuye a restaurantes y hoteles".
La pareja cuenta que sus clientes necesitan productos que pesen medio kilo. De lo contrario, no lo aceptan. Cada unidad se vende a $700.
Pero no solo se da lechuga en el sector. Dolores Jiménez explica que los socios cultivan zapallo italiano, pepinos, entre otros. Agrega que los productos han sido bien recibidos en el mercado. "Nos costó llegar al público. No conocían lo que era hidroponía. Tuvimos que educarlos para que supieran de qué se trataba".
La mayoría de los agricultores proviene de La Chimba, Coviefi y el Kilómetro 12, explica Jiménez. "Todos los agricultores de Antofagasta están reunidos acá", manifiesta.
Frutillas y helado
Fernando Salinas comenta que su padre, también agricultor de Altos La Portada, le enseñó lo básico para comenzar.
Además de lechugas, cultiva frutillas. Avanza por el invernadero mostrando sus cultivos, que aún se encuentran en etapa de crecimiento. "Estas las plantamos a finales de julio, y ya están un poco más adelantada", dice .
Fernando utiliza fibra de coco con sustrato para cultivar las frutillas, debido a que esta técnica retiene más humedad. Además, cuenta con riego tecnificado, que optimiza el consumo de agua.
"Tenemos cerca de tres mil plantas de frutillas. Ahora que avanza el verano llega harta del sur, barata. Pero el plus que tenemos es que nuestra frutilla aguanta más. Bien almacenada, dura hasta cinco días en verano. En invierno aguanta mucho más", explica Fernando, quien además busca impulsar su marca, "Planeta Agrícola".
"Ahora estamos haciendo helado de frutilla. Con las que nos quedaron del año pasado, La idea es ir innovando. No solamente queremos producir fruta, queremos un valor agregado a lo que hacemos" y explica que con otro socio que cultiva maracuyá, están planeando hacer helados con ese fruto.
"Me gusta mucho esto. Cuando llegué había cosas que no sabía. Trabajar con serrucho, hacer un sistema de riego. Esas cosas se van aprendiendo y después cuando te enfrentas a hacer una bodega, ya se hace todo más fácil", señala.
"Nos costó llegar al público. No conocían lo que era hidroponía. Tuvimos que educarlos para que supieran de qué se trataba".
Dolores Jiménez, AG Altos La Portada