Amelia Carvallo

Con una nueva canción y un videoclip protagonizado por la modelo chilena Constanza Tognarelli, la cantante, compositora y productora chilena Martina Petric llegó a Barcelona para internacionalizar su carrera musical.

"Right & Wrong" se llama el corte de innegables aires ochenteros que contó con producción de René Roco, destacado compositor de electrónica chilena, reciente ganador de un Pulsar como Mejor Artista y nominado a Mejor Artista del Año.

Muy activa en la escena femenina y LGBTIQ+, Petric se lanzó como solista en 2016 con su sencillo "Got me" y en 2018 lanzó su primer disco "Velvet", con el que ganó un premio Índigo a "Mejor Artista Revelación".

Una odisea

Martina califica su desembarco en Barcelona hace dos semanas como una odisea. El viaje incluyó a su polola y su gata, compañías que le hacen pensar que no será tanto el desarraigo. "Nos vinimos en familia, eso ha sido bueno, porque parece que este cambio es duro cuando se está sola", cuenta por teléfono desde la casa de un primo adonde se está quedando hasta encontrar un departamento.

"Estamos buscando dónde nos vamos a asentar y empezar todo de nuevo, de a poquitito, eligiendo barrio y aprovechando de pasear un poco por la ciudad", afirma.

-¿Cómo conociste a Constanza?

-Por Instagram. A ella le estaba yendo súper bien en Chile y ahora en México está desarrollando su carrera de modelo. Siempre he estado relacionada al mundo de la moda y a Constanza, la había conocido antes de una marcha del 8M, y cuando hice una convocatoria abierta por Instagram, para ver quién quería participar bailando en mi próximo video, ella se interesó porque quería bailar, abrir sus horizontes y yo feliz le mandé las referencias. Trabajar con ella fue súper motivador, tiene muy buena onda y vibra.

Balada ochentera

Cuenta que "Right & Wrong" es un tema inspirado en las baladas ochenteras, que empezó a buscar acordes en esa onda que le gusta desde siempre. "Hace tiempo venía pensando que quería hacer una canción con esa estética, un poquito más movido de lo que venía haciendo. La letra es bien dramática, bien romántica, puro romance y drama, bien literal comparada con mis otras letras que son más de metáforas. En esta pensé ir más al hueso", cuenta Martina y añade que por consejo de René Roco aceleraron un tanto la canción. "Estaba fijándome todo el rato en las baterías, en las cajas, en los efectos de la guitarra, en los sintes, en partir la canción con un fading, que es algo que nunca había hecho. Fue bien entretenido", relata.

-¿Cómo conociste a René Roco?

-Lo conozco desde el 2015, a partir de un proyecto suyo que se llamaba Virtual Memory Virus, en el que él componía y hacía las letras y las melodías de voz. Me invitó a participar en el disco que estaba preparando en ese momento, porque le había gustado mi voz. Nos hicimos bien amigos, le mostré maquetas, esto fue antes de que me convirtiera en solista: de hecho, fue un poco gracias a él, que me dio el empujoncito, porque no estaba muy clara de lo quería hacer musicalmente. Tenía muchas canciones guardadas y quería buscar mi sonido, quién era yo en la música. Empezamos a trabajar mis canciones y así espero que siga siendo por un buen tiempo. René coproduce conmigo ahora, porque yo me metí de lleno en la producción, luego él mezcla y, nada, es puro talento.

-¿Cómo es esta apuesta que haces por internacionalizar tu música?

-Es un cambio duro tratar de internacionalizarse yéndose de Chile de una, pero es la única manera. Uno como que tiene que empezar a buscar nuevos horizontes, nuevos nichos, en Chile como que nunca lo encontré mucho y creo que, como canto en inglés, había como una barrera del idioma. Sentí dentro mío algo que me decía que tenía que probar afuera y se dio la oportunidad de poder irme y la tomé, porque una ya tiene 30 años y ya tiene que atreverse, buscar desafíos nuevos.

"No sé bien qué me depara el futuro", dice Martina y cuenta que en noviembre vendrá un nuevo single con lanzamiento en Barcelona. Mientras, trabaja a toda máquina en el videoclip y luego tocará en algunos lugares pequeños, "algo medio unplugged", y a la par compone y produce para un artista en Londres que se llama Percy Richter, con el que ya ha lanzado dos singles.

La universidad tokiota de Waseda, alma mater del escritor Haruki Murakami, inauguró ayer una biblioteca dedicada a su pupilo, en la que recoge su obra en más de 50 idiomas, títulos inspiradores para el autor y sus vinilos predilectos.

Situada en el campus principal de la institución educativa, la biblioteca consta de casi 3.000 libros, entre primeras ediciones de sus novelas u obras de autores internacionales, como "Cien años de soledad", de Gabriel García Márquez; y una selección de manuscritos y documentos personales ya depositados en la universidad.

"No hemos terminado de recopilar los libros, por lo que tenemos previsto que este número aumente", dijo la profesora Richi Sakakibara, directora asociada de la biblioteca.

La idea original de la donación surgió de Murakami, "pero la universidad le propuso guardarlos en una nueva biblioteca", explicó.

El novelista se alegró por el proyecto, con la esperanza de que la biblioteca se convierta en un centro de intercambio internacional que contribuya a enriquecer el debate y el conocimiento literario.

Vinilos y música

Los vinilos, de los que Murakami es un confeso enamorado, son una constante en las instalaciones. Repartidos por sus pisos hay unos 360 actualmente, un número que también se espera que vaya creciendo.

Las instalaciones incluyen una sala de música para escuchar una selección del propio autor, un estudio de radio para locutear, una actividad que el propio Murakami ha realizado en varias ocasiones, una sala de exposiciones y un laboratorio para seminarios y cursos.

Erigida en un antiguo edificio del campus, la remodelación es obra del arquitecto Kengo Kuma, artífice de edificios emblemáticos como el nuevo estadio olímpico de la capital, y la madera, uno de sus sellos distintivos, tiene una presencia dominante.