Necesaria atención a crisis migratoria
La designación de un delegado regional del Servicio de Migración, abre esperanzas en que habrá más herramientas para afrontar los problemas del ingreso irregular. Hay que mirar hacia adelante y lograr que esta migración no sea dañina para la convivencia en las regiones, todo lo contrario que se pueda ordenar y controlar.
Hace semanas que las autoridades regionales insistían en que el Gobierno debía poner especial atención a la crisis migratoria que se vive en el norte del país. Pedían una política que abarcará no sólo a las comunas fronterizas, donde se presentan las principales dificultades, también a otras de la macrozona que sufrían con el incesante flujo de extranjeros que ingresaban de modo irregular.
Por ello, la designación de directores del Servicio Nacional de Migración para las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta, fue bien recibida y se espera que con la presencia de esta nueva autoridad se pueda enfrentar mejor la crisis migratoria que hoy sobrepasa la acción territorial de las autoridades locales.
La mirada es que se entienda que el fenómeno merece la adopción de medidas particulares y que puedan replicarse en toda la macrozona, principalmente desde el punto de vista humanitario porque son muchas las familias que buscan ayuda. De este modo regular su tránsito, ser testeados para detectar la presencia del covid y con asistencia para que no sean víctimas de abusos.
Esto requiere de una labor enmarcada en lo que es una crisis humanitaria, que la mayoría son refugiados que tienen familiares en nuestro país y que confían en que se les dará asilo. Y no como ocurre hoy, que muchos se toman lugares públicos para pernoctar y viven de la caridad del chileno.
El foco humanitario no puede perderse y las nuevas políticas debieran partir desde ese punto, porque es la única manera de evitar los conflictos como los ocurridos en Iquique.
Estos nuevos jefes regionales de Migración deberán escuchar a las autoridades locales y parlamentarios y utilizar las herramientas para ordenar la llegada de inmigrantes irregulares. No solo con la intención de procesar su expulsión sino también con la posibilidad de otorgarle refugio y la documentación para que permanezcan en el país.
Si hubo tardanza ya no es tiempo de lamentaciones. Hay que mirar hacia adelante y lograr que esta migración no sea dañina para la convivencia en las regiones, todo lo contrario que se pueda ordenar y que quienes quieren y pueden quedarse en nuestro territorio lo hagan respetando nuestra legislación.